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La oposición carga contra Rajoy: «triunfalista», «mentiroso» y «mitinero»

Nadie se salió del guión. La oposición ha denostado el discurso de Rajoy por distanciarse de la realidad y hacer campaña. Dicen que sólo le ha faltado pedir el voto

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La oposición parlamentaria ha salido a mediodía a lamentar prácticamente al unísono la previsibilidad del discurso ofrecido por Mariano Rajoy, aunque también sus propias críticas podrían haberse escrito de antemano. Nadie, ni PSOE ni CiU ni IU ni UPyD ni PNV ni los minoritarios, se ha salido del guión. Ni el más mínimo reconocimiento de avance, -por un decir, en lo económico-, ha salido de las bocas de los portavoces de los diferente grupos por que para eso, como ellos mismos se han ocupado de recordar, es año electoral.

El único atisbo de remota aprobación lo ha merecido el anuncio del real decreto-ley de «Segunda Oportunidad», aunque fuerzas como el PNV o Coalición Canaria han censurado que no se planteara hace tres años habida cuenta de que no requiere esfuerzo presupuestario alguno.

Se hubiera ahorrado un sufrimiento inmenso, han enfatizado, y muy especialmente lo ha hecho UPyD, desde donde Rosa Díez ha recordado que la iniciativa lanzada hoy a bombo y platillo la formularon ellos en noviembre de 2011. En consecuencia, Díez ha acusado a Rajoy de «falta de piedad».

Pero el reproche generalizado a la visión planteada por el presidente del Gobierno ha su «triunfalismo». El retrato de un país que esquivó el rescate profusamente descrito por Rajoy no ha convencido a nadie, de modo que el segundo epíteto que le han colgado ha sido el de «mentiroso» por hablar de una España que no existe. En plan enmienda a la totalidad, el portavoz socialista, Antonio Hernando ha sentenciado que en política existen «medias verdades, mentiras y grandes mentiras», y que lo del jefe del Ejecutivo esta mañana obedecía íntegramente a la última categoría: grandes mentiras. Como «que no ha habido rescate –enumeraba- que no ha habido recortes en el Estado del Bienestar o que ha habido lucha contra la corrupción. El señor Bárcenas está viendo este debate desde una pista de sky». El representante del PSOE ha sido el único que ha nombrado al extesorero del PP, un ejercicio de memoria que invita a pensar que esta tarde su líder, Pedro Sánchez, no olvidará los EREs de Andalucía.

Aparte de triunfal y mentirosa, la comparecencia de Rajoy ha sido tachada de bochornosa, vergonzosa, hipócrita, de «botafumeiro total» o de hiriente, palabra esta última elegida por José Luis Centella, de IU, para descalificar omisiones en el discurso presidencial «como que la pobreza energética crece al mismo ritmo que el beneficio empresarial». Se ha destacado la ausencia de otros asuntos, aunque principalmente el poco tiempo que Rajoy ha dedicado a la corrupción, como si no fuera con él. Pero uno de los ataques más repetidos ha sido tildarle mitinero, el reproche al presidente de que ha utilizado la tribuna del Congreso de los Diputados para hacer si no un discurso de investidura, campaña pura y dura. Olalla Fernández, del BNG, ha dicho que «solo le faltó pedir el voto».

Como nota a pie de página, no ha faltado en el análisis de CiU, hecho por Josep Antoni Duran, la queja por lo escuchado en relación a Cataluña, ante lo que ha advertido que el problema «no se resuelve con vivas a España o los tribunales». Del mismo asunto territorial, y también en clave de reproche, se han pronunciado Amaiur y el PNV.

La nota de color, ya todo un clásico, la han puesto en sus valoraciones Joan Baldoví, de Compromís-Equo y Alfred Bosh, de ERC. El primero no ha dudado en comparar a Rajoy con el «león de la Metro Goldwyn-Mayer», para decir que cuando se ve tanto a uno como a otro existe la sensación de que «la película ya la hemos visto». Bosh ha concluido a raíz del discurso del presidente que «ya estamos en fallas, luz, color, fiesta… pero hace falta menos fuego de artificio y más realidad».

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