El Rey toma el relevo de su padre y se pone «al servicio de Iberoamérica»

El Rey ha intervenido en la primera sesión de la XXIV Cumbre Iberoamericana como jefe de Estado. Don Felipe ha afirmado que al inicio de su Reinado, tiene el honor, el privilegio y la responsabilidad de tomar el testigo de su padre, Don Juan Carlos, de quien ha recordado que impulsó con todas sus fuerzas estas cumbres. El honor «de representar a mi patria ante todos ustedes y, como Rey de España, de ponerme también al servicio de Iberoamérica», ha subrayado.

El Rey ha explicado que España es indisociable de la realidad y de la idea de Iberoamérica. «Iberoamérica forma parte de nuestra identidad, de nuestro pasado, de nuestro presente y también de nuestro futuro. Todo en España tiene una dimensión o una proyección iberoamericana».

En ese sentido, ha señalado que la Corona, «como la más alta magistratura del Estado y de la Nación, asume constitucionalmente una especial función de representación ante las naciones de nuestra Comunidad histórica».

Don Felipe ha recordado que como Heredero de la Corona representó a España en las tomas de posesión de presidentes iberoamericanos. La secretaria general de Iberoamérica hizo cuentas y apuntó después que han sido 66 veces. Por eso, el Rey ha expresado su profunda vinculación y cariño por los pueblos hermanos de Iberoamérica.

El Rey también ha hablado en portugués durante su intervención: «Os povos ibero-americanos partilhamos, além disso, duas grandes línguas veiculares, o espanhol e o português, que os proprios Chefes de Estado e de Governo têm definido como uma base linguística comum. A sua proximidade e afinidade contribuem a multiplicar o extraordinário peso que os nossos idiomas já têm em todo o mundo graças à sua presença internacional em tantos âmbitos».

Don Felipe ha defendido estas cumbres iberoamericanas, y ha recordado que fueron pioneras en el encuentro político de los jefes de Estado y de Gobierno de la región, y así han contribuido a fomentar la integración y la concertación latinoamericanas. «El balance de las cumbre es muy positivo. Las cumbres impulsan valores y alimentan los lazos de amistad y de familia».

Ha puesto énfasis en la educación, «llave del progreso de nuestras sociedades, de nuestras economías, de la prosperidad de nuestros jóvenes y del mantenimiento y el crecimiento de esa cultura que está en la base de todo».