Un directivo de Cofely buscaba ya por su cuenta su cuota de mercado

En el juego de intereses millonarios de políticos locales y empresas que era la trama descubierta en la operación Púnica, realizada por la UCO de la Guardia Civil, también había aparecido la figura del pícaro, la del tipo avispado que había visto las posibilidades de volar en solitario al margen de la organización.

Según fuentes de la investigación consultadas por ABC, ese era el papel que había comenzado a desempeñar uno de los directivos de Cofely detenidos, Pedro García Pérez, que habría comenzado a negociar en solitario con algunos ayuntamientos para la adjudicación de importantes contratos. «Vio que había un nicho de mercado importante y había dado los primeros pasos para actuar por su cuenta», sostienen las fuentes consultadas por ABC.

Cofely es la empresa alrededor de la cual giraba buena parte de la trama. Pedro García era su director de mercado público, lo que le proporcionaba una amplia red de contactos de políticos bien situados y con poder para decidir adjudicaciones. Lo confirma el juez Velasco, que en su auto de prisión señala que esta persona «es el principal interlocutor y articulador de la red de tráfico de influencias y de pago de cohechos de la que se servía esa empresa para lograr adjudicación de contratos públicos millonarios en diversas administraciones públicas».

Según parece, en las oficinas centrales de esta multinacional con sede en Francia ya habían comenzado a surgir suspicacias por los espectaculares resultados de su filial española. La operación Púnica probablemente les haya resuelto muchas de sus dudas y en Cofely no han tardado en reaccionar, ya que han expulsado a los cuatro detenidos que trabajaban para ellos, aunque desde la compañía se asegura que respetan la presunción de inocencia de los implicados.

Se trata, además de Pedro García, del director general, Didier Maurice; el director comercial. Constantino Álvarez y el jefe del centro operacional, José Antonio Hernández, que habrían participado en las negociaciones dudosas con administraciones. Velasco les impuso a los tres una fianza de cien mil euros.