De Trafalgar en Trafalgar

Si aquello no termina siendo un Trafalgar, todo español suelen salir de un debate proclamándose «claro» vencedor de la justa. Tan mal debió salir Sánchez del celebrado anteayer que fue el único candidato que ayer no se erigió en «triunfador» del cuádruple cara a cara.

Por la mañana, recién desayunados los sapos que le dedicaba la prensa a su lábil actuación, se fue a repartir propaganda a la calle Fuencarral, sin admitir preguntas de la prensa. «Dejadme repartir propaganda», dijo, como sacudiéndose los micros e intentado olvidar el cachazarro que se dio ante 10,5 millones de españoles.

Para colmo, el minuto de oro (con 11,8 millones) coincidió con el «Aquí no se viene a hacer prácticas, al Gobierno se llega aprendido» que Rajoy dedicó a la bisoña «troika» del cambio.

Susana, las encuestas, el debate... cada vez más lejos de Lepanto.