El Barça, líder mundial en ingresos gracias a la Liga

La coyuntura actual en el mundo del deporte es idónea para la gran mayoría de clubes y deportistas. Como es normal, todos quieren más trozo del pastel, pero el escenario político con Cataluña como parte integrante de España favorece el crecimiento de todos ellos. El deporte español se retroalimenta del catalán en muchos ámbitos. El ejemplo más cercano es el de Pau Gasol, nacido en Sant Boi de Llobregat, artífice del campeonato de Europa que acaba de lograr la selección española de baloncesto. Algo similar sucedió con la Selección de fútbol, campeona de Europa y Mundial gracias, en buena parte, a la calidad de jugadores como Xavi, Piqué o Puyol.

El Barcelona, el club más representativo de Cataluña por su dimensión tanto social como económica, anunció hace unos días que se había convertido en el primer equipo en superar los 600 millones de euros de ingresos en una sola temporada. Estas cifras serían impensables en una Cataluña independiente, ya que buena parte de esos ingresos provienen del contrato televisivo por los partidos de Liga. Y está claro que lo que paga la televisión por un Barça-Madrid no sería lo mismo si en lugar del equipo blanco, fueran el Nàstic o el Girona los rivales de los azulgrana.

A nivel individual, los deportistas catalanes también son un motor de España. Las nadadoras de la natación sincronizada, encabezadas por Ona Carbonell, son uno de los mejores ejemplos. Pocas disciplinas aportan más presitigio al deporte española con medallas en mundiales, europeos y Juegos Olímpicos. La mayoría de ellas son catalanas y todas entrenan en el Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat, con becas y subvenciones del Estado. La natación es solo un ejemplo de muchos otros deportes que siguen creciendo gracias al actual status quo.

Adiós a las becas y a los ingresos millonarios de los clubes

Como sucede en muchos otros ámbitos, casi todos, el deporte catalán quedaría gravemente perjudicado en caso de una hipotética independencia de Cataluña. Para empezar, a nivel colectivo, los clubes quedarían excluidos de manera inmediata de todas las competiciones españolas. Y aunque Artur Mas ha asegurado que la Liga de fútbol, por ejemplo, no podría sobrevivir «sin un Madrid-Barça», las autoridades le han desmentido. «Los clubes catalanes no jugarían la Liga, la legislación lo impide», aseguró hace unos días Javier Tebas, presidente de la Liga de Fútbol Profesional. «Si se diera el caso de la independencia, el Barça sería como el Celtic o el Ajax», ha añadido Manuel Cardenal, presidente del Consejo Superior de Deportes, en alusión a dos equipos que tienen una supremacía demasiado grande sobre el resto en su país.

A nivel individual, el panorama es igual de malo, o peor. Todas las becas que reciben decenas de deportistas de élite quedarían anuladas y el CAR de Sant Cugat, un ejemplo en España, dejaría de recibir subvenciones del Estado y sus gastos debería asumirlos la Generalitat en su totalidad.