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Así es la Agricultura de Cataluña y así sería en la Cataluña independiente (X)

En el caso de la agricultura, la salida de la UE tendría consecuencias directas, cuantificables

Así es la Agricultura de Cataluña y así sería en la Cataluña independiente (X)

Cava, cuando la política se bebe a sorbos

Para su desgracia, si hay un sector que en los últimos años ha estado expuesto al vendaval de la política, sobre todo desde que irrumpió en la misma el debate sobre la independencia de Cataluña, ha sido el del cava.

Señalado como el producto catalán por antonomasia -la producción fuera de Cataluña es creciente, pero aún testimonial, el 3% del total-, el cava ha visto como la tensión política, ya antes del inicio del proceso soberanista, ha generado un efecto boicot difícil de cuantificar, pero de innegable impacto. No obstante, y tras siete años de caídas en el consumo de cava en España -una combinación de crisis y boicot- el consumo se recuperó en 2014, con una remontada de las ventas en España del 7,54%.

Falta por ver cómo repercutirán los acontecimientos políticos de este otoño en la próxima campaña de Navidad. El hecho de que un personaje tan significado como José Luis Bonet (Freixenet) se haya significado de manera tan rotunda contra la independencia añade en cualquier caso mordiente político a un sector que, a su pesar, ha sufrido como ningún otro las consecuencias del proceso.

En cifras globales, el sector facturó el año pasado un total de 1.030 millones de euros (un 6,1% más) y se mantiene su alto grado de internacionalización; sobre el 64% de las botellas se vende fuera de España.

Cava al margen, y de manera cada vez más acelerada en el caso de Cataluña, la agricultura prosigue con un declive que parece inexorable, una pérdida de peso relativo en la economía -no alcanza el 1% del PIB de la comunidad- que alarma en un sector muy dependiente de las ayudas de la Unión Europea.

Probable incremento del boicot y pérdida de ayudas de la UE

Una hipotética secesión catalana impactaría en el conjunto de la economía, y en el caso del cava y de la agricultura de manera particular. En el caso del cava, por dos motivos. Por un lado por la imposición de aranceles que podría suponer la salida de la UE, y por otro por un lamentable, aunque previsible, rebrote del boicot que se ha producido en los últimos años. Aunque el sector siempre es remiso a abordar el tema -se da por asumido un boicot latente-, la creciente internacionalización del sector difícilmente podría compensar la caída de ventas en el resto de España.

En el caso de la agricultura, la salida de la UE tendría consecuencias directas, cuantificables. Se estima que entre 2010 y 2015 los payeses catalanes han recibido una media de unos 315 millones de euros anuales en ayudas de la Política Agraria Común (PAC), una cantidad que se dejaría de recibir. Frente a esta visión, voces del sector vinculadas al independentismo señalan que esas ayudas se podrían suplir sin mayores problemas. más cuando, aseguran, Cataluña aporta el 19% de la producción agrícola española y recibe únicamente el 6% de las ayudas.

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