Presidente de la cooperativa olivarera Oleand

Antonio Candil: «El objetivo de crecimiento está fijado en el mercado nacional»

La incertidumbre internacional por el Brexit y los aranceles hace que la mayor cooperativa olivarera de primer grado de Andalucía centre su proyección en el mercado interior

Antonio Candil ABC

Inma Lopera

Oleand (fusión de las cooperativas de La Puebla de Cazalla Nuestra Señora de Las Virtudes y San José), es la mayor empresa olivarera de primer grado en el sector y la segunda en aceite para molino de Andalucía .

Está integrada por 5.000 agricultores que produjeron, en la campaña pasada, 25.000 toneladas de aceituna de mesa, 76.000 toneladas de aceituna para molino y 15.000 toneladas de cereal, con una facturación global de 63 millones de euros . Comercializa sus productos a través de la cooperativa de segundo grado Manzanilla Olive y cuenta con dos marcas bajo las que embotella sus aceites de oliva virgen extra: PueblaOliva y Soberbio .

Acaba de recibir el premio «Impulso a la Calidad» otorgado por la Consejería de Agricultura. Una calidad entendida como «elemento diferenciador dentro del sector» y con la que quiere a futuro ganar proyección en el mercado nacional.

—De los tres grandes males que afectan al aceite de oliva (bajos precios, aranceles y la amenaza de fraude en cuanto a la calidad), ¿Cuál afecta más a la cooperativa?

—Son amenazas que están golpeando al sector oleícola. El problema del fraude no es nuevo, y es necesario una regulación y un control más estricto por parte de las autoridades del que se hace actualmente. Luego, los bajos precios están afectando a la rentabilidad de las explotaciones, especialmente a las del olivar más tradicional que tiene mayores costes. No sigue una lógica de mercado, pues el consumo no ha caído en el mundo y sigue una tendencia en paralelo con la producción. Si bien, la campaña actual va a reducir en un 40 ó 50% la producción de la anterior, que fue récord. Por tanto, se van a equilibrar los niveles de existencias y esperamos que cambie la tendencia bajista de las cotizaciones.

Brexit y aranceles

—¿Tiene la entidad una valoración de daños ante la incertidumbre internacional por el Brexit y los aranceles en Estados Unidos?

—No podemos evaluar tan a corto plazo. Será el año que viene cuando empecemos a cuantificar, una vez que vayamos cerrando la comercialización del producto de esta campaña. Por ahora, en cuanto a aceituna de mesa, seguimos trabajando a dos turnos, suministrando pedidos ya cerrados antes de los aranceles. Manzanilla Olive cuenta con una filial comercializadora en Estados Unidos, y se están renegociando contratos con clientes. En aceite de oliva, el mercado está paralizado. Vendemos a granel tanto a clientes italianos como españoles, pues tan solo el 10% de nuestra producción es lo que envasamos bajo nuestras marcas, aunque la idea a futuro es crecer en los envasados en detrimento de los graneles.

—¿Qué estrategia está siguiendo la cooperativa para sortear o minimizar el coste de los aranceles en Estados Unidos, que amenaza con incluir también al aceite a granel?

—Estamos poniendo un mayor esfuerzo comercial en otros mercados, dentro de la Unión Europea.

—¿Cuáles son?

—El mayor proyecto empresarial en el que estamos volcados es en el de la fusión. Queremos que los resultados positivos se vean a corto plazo y para ello estamos trazando el plan estratégico y la estrategia comercial a seguir desde Manzanilla Olive. Un plan que pasa por crecer en el mercado nacional y posicionar nuestras marcas PueblaOliva y Soberbio en cabeza. Aparte, como queremos crecer en volumen de aceituna, tanto para aderezo como para almazara, estamos mirando a distintos mercados pero fuera de Estados Unidos, pues el mundo es muy grande. Europa, Canadá o Sudamérica son también destinos importantes para nuestros productos.

Expectativas económicas

—El objetivo de la cooperativa era alcanzar un volumen de facturación de 78 millones de euros para 2024. ¿Siguen estas expectativas?

—Sí. Nos pusimos unos objetivos a medio y largo plazo cuando ya sabíamos la implantación de los aranceles y la tendencia bajista de los precios del aceite de oliva. Es un objetivo a cinco años, por lo aún es pronto para hacer un replanteamiento.

—En cuanto a los precios del aceite, tras una segunda licitación de almacenamiento privado no están remontando, sino todo lo contrario. ¿Por qué?

—Somos de la opinión que el sector necesita afrontar el problema de una manera integral, desde muchos puntos de vista y con la implicación de todos. Una medida muy concreta como el almacenamiento, en un momento puntual, no puede ser la solución al problema global, que no es sólo de precios sino de muchas otras cosas.

—Una posible solución está en la innovación, pero para innovar hacen falta dos cosas: tamaño y presupuesto, lo que no está al alcance de muchas empresas, ¿no?

—Para investigar y después innovar lo primero que hace falta es un cambio de actitud, y es lo que hay que cambiar en muchas empresas. Para Oleand, la investigación y la innovación es una manera de gestionar el futuro desde el presente y, es por ello que, cooperamos en multitud de proyectos con universidades y centros tecnológicos de toda España. Queremos ser un actor importante en las mejoras que podamos aportar al sector, especialmente aquellas que afecten a una mayor preservación del medio ambiente. Ya no vale producir de cualquier manera, hay que hacerlo de manera sostenible, tanto ambiental como socialmente.

—Y en cuanto a la promoción, ¿se invierte lo suficiente y en los mercados estratégicos?

—Todo lo que se invierta será siempre poco, pero los recursos son los que son, por lo que hay que centrarla en los mercados donde resulte más efectiva.

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