¿Qué hacer ante un inquilino conflictivo?

Existen una serie de consejos que se puede seguir en escenarios en los que el arrendatario provoca desperfectos en la vivienda o supone una molestia para la comunidad de vecinos

Pisos en alquiler

Pisos.com

Aunque no es lo habitual, alquilar una casa puede convertirse en una verdadera pesadilla si el inquilino decide adoptar una postura de enfrentamiento. En ocasiones, aunque la selección sea metódica, lapersona que entra en nuestra casa puede convertirse en un quebradero de cabeza. Más allá de problemáticas como el impago del alquiler, son muchas las situaciones comprometidas a las que tendremos que plantar cara si nos toca un inquilino conflictivo. Ante esta tesitura, muchos optan por resignarse. Otros buscan asesoramiento experto y acaban acudiendo a la vía legal . Pisos.com repasa las hipotéticas situaciones para ofrecer una salida.

1. Daños en la vivienda. Un temor de lo más común es que nuestra casa se convierta en el escenario de actos vandálicos, sobre todo, una vez resuelto el contrato de arrendamiento , como venganza. Podemos encontrarnos desde cerraduras rotas y puertas destrozadas a muebles inservibles e instalaciones dañadas. El arreglo de estos destrozos puede llegar a costar miles de euros. Existen seguros que impago de alquiler que incluyen reparaciones hasta un máximo de 3.000 euros.

2. Actividades ilícitas o molestas. ¿Y si el inquilino usa la vivienda como tapadera de una empresa clandestina? El artículo 7.2 de la Ley de Propiedad Horizontal permite exigir no solo que se ponga fin a esta clase de actividades, sino la resolución inmediata del contrato de alquiler. Dentro de este capítulo también entraría el hecho de que el inquilino celebre fiestas y no deje dormir al resto de la comunidad o que presente comportamientos reprochables en cuanto a higiene.

3. Problemas de convivencia. El problema no solo puede producirse de puertas adentro, sino en las zonas comunes. La situación puede llegar a ser insostenible, con faltas de respeto incluidas, pero siempre hay que recurrir al diálogo en primer lugar. Si resulta imposible razonar con tu inquilino, entonces habrá recurrir a métodos más contundentes para la resolución del conflicto. El envío de un burofax poniendo sobre aviso al inquilino al respecto de tus reclamaciones será el paso previo al inicio de las acciones legales.

4. Obras inesperadas. No está de más recordar que cualquier obra realizada sin tu consentimiento expreso y por escrito no está permitida y, por lo tanto, es motivo suficiente para la resolución del contrato. En ocasiones, esta clase de reformas se hacen de buena fe, con el objetivo de mejorar ciertos puntos flacos del piso, pero es fundamental que el inquilino tenga tu visto bueno, ya que se trata de tu casa, no de la suya.

5. Subarrendamiento de la vivienda. A veces el problema no lo causa la persona que figura como inquilino en el contrato, sino un tercero con el que este inquilino ha pactado el subarriendo de la casa sin avisarte. Este acto suele estar recogido en el contrato como cláusula, exponiendo claramente que si se lleva a cabo supondrá el fin de la relación contractual . Se trata de un ejercicio de picaresca, en el que el inquilino hace negocio con un bien que no es de su propiedad, por lo que tienes todas las de ganar.

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