Cinco claves sobre la burbuja de los pisos turísticos

La patronal Exceltur asegura que 2019 cerró con 413.033 viviendas de este tipo, un 4% menos que el año anterior

Uno de los problemas que generaba este tipo de alquiler es que el comportamiento poco cívico de ciertos turistas molestaba a los vecinos Maya Balanya

Pisos.com

Según Exceltur, la oferta de pisos turísticos en España va a la baja. La patronal asegura que 2019 cerró con 413.033 viviendas de este tipo, un 4% menos que el año anterior. Los principales destinos urbanos de los viajeros van reduciendo su disponibilidad respecto a esta clase de inmuebles. Algunos de los aspectos que han precipitado este descenso son el desarrollo por parte de gobiernos regionales y municipales de normativas reguladoras, así como el aumento de los costes de mantenimiento de estos alojamientos. Desde pisos.com, te damos las claves del posible pinchazo de este nicho de mercado.

1. Crecimiento contenido . Después del repunte desbordado de esta oferta turística, era lógico que se tocara techo y su subida se estabilizara en niveles normales. Muchos propietarios volcaron sus inmuebles en busca de altas y rápidas rentabilidades. Ahora que la competencia es mayor, alquilar un piso por días o semanas quizá no sale tan a cuenta. Esta reducción de los beneficios hace que la curva ascendente se aplane hasta alcanzar un ritmo sostenible.

2. Mercado regulado . La expansión de este modelo turístico tan novedoso pilló a las administraciones fuera de juego. La mayoría de los ayuntamientos españoles no estaban preparados para esta avalancha. Para gestionarla, comenzaron a promulgar leyes, imponiendo restricciones y exigiendo licencias e inscripción en registros oficiales. Estas trabas han desmotivado a muchos propietarios, que ante los requerimientos han decidido abandonar el mercado.

3. Problemas sociales . Uno de los problemas que generaba este tipo de alquiler es que el comportamiento poco cívico de ciertos turistas molestaba a los vecinos, instalando el malestar en las comunidades de propietarios. Por otro lado, dado que gran parte de esta oferta estaba en las zonas céntricas, se producía un fenómeno conocido como gentrificación, desplazando a la población de estos barrios a la periferia debido al alza de los arrendamientos residenciales.

4. Demanda finita . Alojarse en un piso turístico es una tendencia muy asentada en otros países europeos. En España se puso de moda ante una demanda de turistas que quería disfrutar de la privacidad de un hotel, pero con las comodidades de estar en un espacio similar al de sus propias casas. No obstante, esta demanda tiene un límite, y una vez cubiertas sus necesidades, el mercado no tiene más camino que recorrer, como cualquier sector económico.

5. Alquiler tradicional . El boom de la vivienda turística mermó la oferta de alquiler de larga estancia. Ahora que se ha alcanzado el tope, el movimiento es la inversa. Se trata de una buena noticia, puesto que el stock de arredramiento residencial se ha visto muy comprometida en los últimos años. La bajada de la rentabilidad y los costes de mantenimiento han motivado este retorno de los propietarios que, hasta hace poco, vieron en el turismo la oportunidad de obtener un rédito más atractivo.

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