Los vigilantes de seguridad de Barajas mantienen la huelga tras reunirse con la empresa

Los paros, planeados para la semana que viene, se pueden extender a Santander y El Prat

EFE

G. Ginés

Los vigilantes de seguridad del aeropuerto de Barajas han decidido mantener la huelga prevista entre el 24 de agosto y el 3 de septiembre tras no alcanzar un acuerdo con la adjudicataria de estos servicios, Ilunion. Alternativa Sindical, uno de los dos sindicatos convocantes de las protestas (representante del 20% de la plantilla), ha advertido además de que es probable que las movilizaciones se extiendan a otros aeropuertos.

El principal punto de discordia entre ambas partes reside en la aplicación de una serie de pluses, como los de radioscopia, rotación o productividad. Se trata de una s variables que se incluyeron en el convenio sectorial después de un acuerdo entre la patronal y el Gobierno alcanzado en noviembre del año pasado.

Ilunion se niega a aplicar estas mejoras a toda la plantilla y, según los sindicatos, se remite al convenio de empresa. Este ofrece determinadas «mejoras sociales», según el portavoz de Alternativa Sindical Alberto García, pero no recoge los complementos mencionados. Y la aplicación de estos ha sido señalada por los trabajadores como condición indispensable para desconvocar las protestas.

Además, desde Alternativa Sindical advierten de que se han puesto en contacto con otras organizaciones para extender la huelga a otros aeropuertos. García señala que está «casi seguro» de que el aeródromo de Santander se sumará a los paros, mientras que en Barcelona El Prat se han producido «contactos» y la posibilidad se mantiene abierta.

Los próximos días serán determinantes para el desenlace del conflicto, ya que según fuentes sindicales es posible que el Gobierno interceda a través de AENA para intentar evitar la huelga. Hay que tener en cuenta que las propias aerolíneas, a través de su patronal Aceta, han advertido de que estas protestas supondrán pérdidas millonarias.

Lo cierto es que el caos vivido el verano pasado en El Prat por las protestas de los trabajadores de Eulen (empresa encargada en ese momento de los controles de seguridad de la instalación) está todavía muy presente en el sector aéreo. El conflicto generó colas kilométricas y se extendió durante varias semanas. Solo con la intervención de un laudo se pudo encontrar una solución.

De hecho, estas movilizaciones animaron al Gobierno a sentarse con los representantes del sector para intentar mejorar las condiciones laborales de estos trabajadores. El acuerdo suscrito entre ambos no solo fue incluido en el convenio sectorial, sino que también se recogió en el concurso públilco en el que Ilunion se adjudicó los servicios de seguridad de Barajas por 58,2 millones .

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