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Los tipos de interés marcarán el ritmo de las fusiones bancarias

El FROB parece haber dado el pistoletazo de salida a un nuevo proceso tras anunciar una posible integración de Bankia y BMN en 2017. Las posibles fusiones adicionales estarán muy condicionadas a la evolución de la política monetaria

Madrid Actualizado: Guardar
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La realidad, al final, siempre supera a la ficción. A la teoría, vamos. Por mucho que nos obcequemos en ver viable lo que pensamos por simple lógica, o conozcamos de «carrerilla», la práctica se impone. Es lo real. Y ejemplos en la economía de hoy, a miles. Así, a bote pronto, dada su rabiosa actualidad, la necesaria concentración en el sector financiero español. Hoy muy distinta a la de hace apenas cuatro años, cuando el Gobierno Rajoy, esquivando el rescate país, y tras lograr el financiero -salvando a Bankia-, diseñaba sobre el papel el nuevo mapa bancario -desvelado, por cierto, por ABC-. Entonces, el «dibujo» del Ejecutivo se trazaba en torno a cinco grandes grupos con activos superiores a los 110.000 millones de euros (Santander, BBVA, Caixabank, Banco Popular y Banco Sabadell); un banco «de nicho» muy especializado (Bankinter) y tres entidades regionales viables (Unicaja, Ibercaja y Kutxabank).

Y, además, la nacionalizada Bankia, que pudiera incluso convertirse en cabeza de un holding público que agrupase a las entidades rescatadas. El resto, serían absorbidas por los grandes.

Hoy, la realidad es otra. Y lo que el Gobierno, con el ministro de la cuestión al frente, Luis de Guindos, visualizaba entonces, se ha quedado en poco menos que en agua de borrajas. Y si bien es verdad que la economía española ha mejorado año tras año, las incertidumbres que llegan de fuera, el parón político interno y los eternos bajos tipos de interés -hete aquí el verdadero «quid» de la cuestión-, ha dado al traste con sus planes. No en vano, las consecuencias de las medidas de obligado cumplimiento llegadas desde Bruselas como pago al rescate de sector (provisiones a tutiplén y exceso de regulación), han mermado, y mucho, el márgen para hacer negocio, lo que les aboca no solo a seguir hablando todos con todos, sino a esperar y ver a pesar de las presiones, pero dentro de un diseño que se antoja muy diferente.

Hoy, el FROB parece haber dado el pistoletazo de salida a ese nuevo proceso tras anunciar una posible integración de Bankia y BMN en 2017 como paso previo a la enajenación de ambos grupos. Después, las posibles fusiones adicionales estarán muy condicionadas a la evolución de la política monetaria y, por tanto, de los ingresos y rentabilidad del sector, donde todos coinciden que las perspectivas de que los tipos estén alrededor del 0% hasta 2020 condiciona la rentabilidad de entidades de tamaño medio como Ibercaja, Unicaja-Ceiss, Liberbank, Abanca, Kutxabank y BMN, antaño condenadas a desaparecer sí o sí ante su incapacidad para competir, pero que hoy, visto lo visto, podrían subsistir. De hecho, en el entorno de las citadas antiguas cajas advierten de que el nuevo pronóstico sobre los tipos de interés, que seguirán bajos pero ya no caerán más e incluso podrían repuntar ligeramente, podría cambiarlo todo. Y es que un Euribor al alza supone ingresos en vena para estos bancos y, por tanto, mayores ratios de rentabilidad.

Y mientras los medianos sobreviven en solitario o no, los grandes hablan y hablan, incluso entre ellos, algo que no gusta en el Ejecutivo. Se necesita a los cinco (¿o cuatro, después del movimiento interno de deslealtad visto en el Popular?) para estabilizar y sanear definitivamente el sistema. Así, mejor olvidar opciones de rumorología que unen al Sabadell con el Santander; a BBVA con Popular; a Sabadell con Popular, o en algún cruce a alguno con Caixabank... ¿Y si se fusionan BBVA y Bankia? Eso sería otro cantar... Si bien, en definitiva, para el Gobierno, tonterías, las justas.

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