Telefónica y Liberty echan un pulso a British Telecom con la fusión de O2 y Virgin

La teleco española dará un tijeretazo a su deuda al recibir 6.500 millones de su socio por la operación. Pallete recurre al «scrip dividend» para mantener el dividendo de 2020 tras caer los beneficios un 56,2%

La operación, valorada en 35.900 millones de euros, supone ya la mayor en la historia de Telefónica EFE

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El ambiente era de euforia ayer entre el equipo ejecutivo de Telefónica . La multinacional ha sellado una gran operación corporativa en Reino Unido, lo que se le resistía desde hace más de un lustro, cumpliendo a la vez dos objetivos estratégicos: reforzarse en uno de sus mercados clave al tiempo que enjuga deuda. La compañía presidida por José María Álvarez-Pallete ha acordado la fusión de su filial británica, O2, con Virgin Media, operador del estadounidense Liberty Global. La integración de ambas marcas en una compañía conjunta («joint venture»), de la que cada firma controlará un 50%, crea un gigante de telecomunicaciones que discutirá el liderazgo a British Telecom (BT) en la isla y aligerará la deuda de Telefónica.

La operación, valorada en 35.900 millones de euros , supone ya la mayor en la historia de Telefónica, precisamente después de la compra en 2005 de O2, propiedad hasta 2002 de BT, por más de 26.000 millones. La transacción dará lugar a un grupo con 46,5 millones de clientes -32,6 de móvil, 4,9 de fijo, 5,3 de banda ancha fija y 3,7 de televisión- e ingresos anuales de 12.500 millones.

La fusión es del todo complementaria desde un punto de vista industrial. O2, con 34,5 millones de líneas, ofrece solo servicios móviles. Virgin, por su parte, es la segunda compañía de banda ancha fija y televisión de Reino Unido con 6 millones de clientes de cable y 3,2 millones de móvil. La conjunción de esos negocios permitirá a la nueva teleco tener una oferta convergente de fijo, móvil, internet y televisión .

La única compañía en Reino Unido que ahora tiene esa capacidad es el exmonopolio BT , que en 2014 adquiriró el operador móvil EE por 15.700 millones para tener un catálogo completo. Por tanto, la combinación de O2 y Virgin va a sacudir el mercado británico. Primero, porque superará ligeramente a BT en clientes , arrebatándole el liderazgo, y podrá plantarle cara comercialmente. De hecho, ayer BT cayó un 8% en Bolsa. Además, O2 y Virgin marcarán distancias con Vodafone y Three, que solo operan en móvil y ahora podrían verse presionadas a reacciona r para tener también oferta total.

Pendientes de Competencia

Ahora serán las autoridades las que deben evaluar y aprobar, condicionar o rechazar la integración. El asunto lo abordará en primera instancia la Comisión Europea , aunque esta podría dejarlo después en manos de la autoridad de competencia británica. Los directivos de Telefónica confían en que, dada la complementariedad de los negocios de O2 y Virgin , se apruebe sin imponerles ningún remedio, y en este sentido recuerdan el visto bueno a la fusión, casi idéntica, de BT y EE. Los socios prevén que se cierre a mediados de 2021.

«Estamos creando un competidor fuerte, con una escala significativa y con fuerza financiera para invertir en infraestructuras digitales en Reino Unido , ofrecer más opciones y aportar un mayor valor a millones de consumidores, empresas y clientes del sector público. Hoy se crea un operador líder convergente en Reino Unido , lo que es motivo de orgullo para ambos socios», valoró Álvarez-Pallete. «Hoy damos un paso de gigante», recalcó.

Reducción de la deuda

La operación tiene además lógica financiera para Telefónica, que llevaba años tratando de poner en valor su franquicia británica para reducir su deuda financiera , que al cierre del pasado marzo se situaba en 38.223 millones, un 5,3% menos que un año antes, según los resultados del primer trimestre presentados ayer por Telefónica.

Liberty compensará a la teleco española con 6.500 millones por la deuda de 12.200 millones de Virgin que absorberá la sociedad conjunta, mientras que O2 traspasará su negocio sin ningún pasivo. Telefónica, según informó ayer en una rueda de prensa telemática Álvarez-Pallete, destinará la totalidad de esos 6.500 millones a reducir deuda . El grupo estadounidense, por su parte, recibirá de la nueva sociedad 1.600. En el marco de la transacción, que requerirá una serie de recapitalizaciones, Telefónica ha firmado con un sindicato de bancos 4.570 millones de euros en nuevos créditos no dispuestos en relación con el negocio de O2.

Los socios esperan generar unas sinergias de costes, inversión e ingresos de unos 620 millones anuales a partir del quinto año de la integración, alcanzando así unas sinergias totales de 7.100 millones y tras afrontar costes por la fusión de 800 millones.

Gobernanza

La compañía estará dirigida por un consejo de administración compuesto por ocho vocales, cuatro de O2 y cuatro de Virgin, entre ello s Álvarez-Pallete y el presidente ejecutivo de Liberty Global, Mike Fries . La presidencia la ocuparán de forma rotatoria cada dos años ambos socios, empezando por la estadounidense.

El pacto contempla una serie de compromisos accionariales: sol o a partir del tercer año desde la fusión, uno de los dos socios podrá lanzar una opa sobre el 50% del otro ; y solo a partir del quinto podrán vender sus acciones a un tercero, aunque el otro tendrá derecho preferente de compra.

Telefónica despeja así su futuro en Reino Unido, donde llevaba al menos desde 2014 intentando una operación, aunque el enfoque ha ido cambiando de la desinversión total prevista entonces a esta transacción con la que además de reducir deuda se refuerza en ese mercado. Tras fracasar su intento de venta a BT en 2014 , de que la Comisión Europea vetase después la compra de O2 por Hutchison por 13.500 millones y de que el Brexit entorpeciese su salida a Bolsa, Telefónica, ya con Álvarez-Pallete en la presidencia, se replanteó su futuro en la isla, que a la luz de los buenos resultados de O2 ha vuelto a ser así un país estratégico para la teleco.

El pasado verano, la directiva inició un replanteamiento estratégico que desembocó en el plan anunciado el pasado noviembre y que incluye un repliegue en Iberoamérica para centrarse en Brasil, España, Alemania y Reino Unido. Pallete apostó por la fusión con Virgin Media y se iniciaron unas negociaciones que se extendieron durante siete meses y que se cerraon -ya en reuniones vía telemática- en plena crisis del coronavirus.

Las acciones de Telefónica, en mínimos, cerraron ayer en plano, pues ya se habían revalorizado en los último días al desvelarse las negociaciones. Tampoco los resultados deslumbraron a los inversores, pese a que el impacto del coronavirus ha sido por ahora limitado. Las ganancias del grupo cayeron un 56,2%, a 406 millones, por la debilidad de sus ingresos (-5,1%), que bajaron en Brasil (-13,6%) y el resto de Iberoamérica (-8,4%) por la depreciación de divisas y en España (-1,6%). Solo mejoraron en Alemania (+3,8%) y Reino Unido (+2,9%). Aun así, Telefónica ha decidido mantener el dividendo de 2020 y pagará 0,4 euros por acción, pero dando la opción de cobrarlo en efectivo o en acciones.

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