El supervisor urge a cubrir el colchón anticrisis que aprieta a la banca pequeña

El Banco de España vigila que esa deuda no se coloque entre ahorradores e insta al sector a volver al dividendo en acciones para reforzar capital

Sede central del Banco de España EP

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El esfuerzo de recapitalización ya hecho por la banca española no ha llevado al supervisor a relajarse. El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, y la subgobernadora, Margarita Delgado, llevan presionando a las entidades para que sigan mejorando su solvencia desde que asumieron el cargo hace un año. Además de instarles a elevar el capital, les están apremiando a cubrir el colchón de recursos propios para absorber pérdidas y evitar el uso de ayudas en caso de rescate que exigen las autoridades europeas. El mensaje se dirige sobre todo a bancos pequeños y medianos, para los que es más difícil y caro captar esos fondos.

Para evitar que los futuros rescates bancarios los paguen los contribuyentes, la Junta Única de Resolución (JUR) europea ha fijado que los bancos de la Eurozona deben contar con unos niveles mínimos de fondos propios y pasivos elegibles -MREL, por sus siglas en inglés- cuyos tenedores sufrirían quitas si la entidad es resuelta, como sucedió con el Popular. Al implicar la posibilidad de perder el dinero, los inversores exigen a cambio de estos títulos de deuda mayor remuneración .

«El reto de cubrir estas emisiones es mayor para aquellas entidades de tamaño más reducido, que tienen escasa presencia en los mercados y una mayor orientación al segmento minorista», admitía ayer la subgobernadora, Margarita Delgado, en un foro sobre los retos actuales del sector financiero organizado por KPMG.

Esto no implica complacencia del supervisor; al contrario, Delgado, como ya hizo el pasado viernes el gobernador, urgió a los bancos, y en especial a los de menor tamaño, a que «planifiquen de modo adecuado las emisiones a realizar» y «aprovechen aquellas ventanas temporales en las que aumenta el apetito inversor por este tipo de activo para anticipar en la medida de lo posible el calendario de emisión».

Consciente de las dificultades que implica, la JUR concedió el año pasado una prórroga, hasta 2024, para cumplir del todo con esos requisitos, pero fijó plazos intermedios que deberán ir cumpliendo, de forma que no pueden esperar a emitir de golpe toda la deuda que se les exige. La autoridad de resolución ha fijado un requisito individualizado para cada banco que en el caso de los españoles van del 18,85% al 28,04% de los activos ponderados por riesgo.

Esto obligará a las entidades de toda Europa a emitir al mismo tiempo en los próximos meses y años miles de millones de euros en productos como deuda subordinara y deuda senior no preferente. Actualmente, los bancos españoles están pagando de media por esa deuda entre un 4% y más de un 6% .

«Es un alto coste que presiona aún más las cuentas de resultados, sobre todo para el grupo de bancos procedentes de antiguas cajas y aquellos más pequeños pero ya con cierto tamaño, como cajas rurales», señalan fuentes del sector en referencia a entidades como Unicaja, Abanca, Ibercaja, Kutxabank, Liberbank y Banco de Crédito Cooperativo (Cajamar). De hecho, varios de estos bancos aún no han sido capaces de emitir deuda de este tipo. Y la queja principal del sector es que esos requisitos pueden acabar haciendo inviables entidades que ahora son viables.

Peticiones de flexibilidad

Esto ha despertado voces críticas incluso entre las autoridades financieras. El pasado viernes, en un acto en Madrid por el décimo aniversario del FROB, se escucharon algunas de ellas. El presidente del Instituto para la Estabilidad Financiera (FSI) y exsubgobernador del Banco de España, Fernando Restoy, reclamó mayor flexibilidad con las entidades menores. «Tener un 8% de MREL no es factible para los bancos medianos y pequeños », añadió el exgobernador del Banco de Francia y exdirector gerente del FMI, Jacques de Larosière, que recordó que la mayoría de entidades se financian solo con depósitos y no cotizan en Bolsa ni han emitido nunca en los mercados.

Como fuere, el Banco de España señaló ayer que esta deuda no es adecuada para los pequeños ahorradores por su complejidad y que vigilará que no se comercialice entre inversores minoristas, pues en caso de crisis puede ser difícil aplicarles quitas, lo que complicaría la solución de una entidad.

El supervisor nacional atribuye parte del alto coste que sufren los bancos al emitir esa deuda a su nivel de capital de máxima calidad. «A mayor nivel de ratio de capital CET1, menores costes de emisión de deuda», dijo la subgobernadora, que ayer volvió a insistir a las entidades en la necesidad de reforzar su capital, aún por debajo de la media del resto de países europeos . Esto ha provocado en los últimos meses un enfrentamiento entre bancos y supervisor. El Banco de España se refirió ayer a las «quejas» de las entidades admitiendo algunos de los argumentos del sector, pero reiteró su postura de que debe seguir reforzando su capital.

Colchón anticíclico

Delgado indicó que, a diferencia de España, la mayoría de países europeos ya han aprobado colchones anticíclicos de capital, lo que se interpreta como un aviso a navegantes sobre la posibilidad de que se fije próximamente. Y volvió a pedir austeridad en el reparto de dividendos , llamando incluso a los bancos a que valoren recuperar la retribución en acciones y no en efectivo («scrip dividend»), modalidad a la que recurrieron las entidades en plena crisis para elevar capital y que con la recuperación fueron abandonando porque suponen la dilución del accionista.

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