La política del BCE impide a la banca española recuperar los beneficios precrisis

Las ganancias por acción de los bancos son hoy entre un 38% y un 92% más bajas que en 2007 debido, sobre todo, al impacto de los tipos negativos en el negocio crediticio

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La travesía por el desierto que inició la banca española con la crisis parece no tener fin. Una vez recapitalizado el sector de arriba a abajo, digerido el empacho inmobiliario y encauzada la crisis de confianza, ahora es la extensión en el tiempo de los tipos de interés negativos la que amenaza con retrasar la recuperación completa de la industria. Las entidades financieras han mejorado sus ratios de capital y han reducido su morosidad, pero siguen sin lograr aumentar su rentabilidad, una situación que está ahuyentando a los inversores de los valores bancarios.

Prueba de ello es que después de que el presidente del BCE, Mario Draghi, anunciase a principios de este mes que la institución mantendrá hasta al menos principios de 2020 los tipos de interés en el 0%, las cotizaciones en Bolsa de toda la banca europea se hundieron. A día de hoy solo Bankinter cotiza por encima de su valor en libros, mientras que el resto de entidades lo hacen con descuentos de entre el 30% y más del 60%.

«Si bien en un primer momento las noticias sobre la inyección de liquidez del BCE eran bien acogidas por las cotizaciones del sector, acabó pesando más el retraso en el tiempo de la primera subida de tipos de interés y la revisión a la baja de las expectativas de crecimiento del área euro», explica un informe de Analistas Financieros Internacionales (Afi), que apunta a que una condición necesaria para la recuperación en Bolsa de la banca «es un incremento sustancial de sus beneficios y estos, en términos de beneficio por acción, están todavía un 70% por debajo de los niveles de antes de la crisis».

El beneficio por acción (BPA) de las princiales entidades cotizadas del país se hundió desde el estallido de la crisis en 2007 hasta 2013, y desde entonces apenas han mejorado o lo han hecho tímidamente. Sin datos de Caixabank, Bankia, Unicaja y Liberbank por no existir como tal o no cotizar antes de la crisis, el BPA del Santander es de 0,45 euros por título, un 68,5% menos que en 2007 (1,43 euros); el de BBVA ha bajado de 1,7 a 0,76 euros, un 55,3%; el del Sabadell se ha desplomado un 92%, a 0,05 euros por acción, y el de Bankinter un 38%, a 0,57 euros.

En el camino de la recuperación de los niveles anteriores a la crisis, los tipos de interés juegan un papel fundamental ya que se trata de la materia prima del negocio bancario y el hecho de encadenar varios años en niveles mínimos ha comprometido su capacidad de generar negocio rentable. Desde el pico alcanzado en 2009, el margen de intermediación de la banca española ha menguado en 19.758 millones de euros o un 46%.

Una situación que no tiene visos de mejorar a la vista de las malas proyecciones para el negocio crediticio. «En el medio plazo el crecimiento de los préstamos será, en el mejor de los casos, lento, ya que el exceso de capacidad en la zona del euro, junto con el todavía bajo crecimiento de la renta disponible y elevado apalancamiento de la economía, dará lugar a un crecimiento crediticio débil», aseguran los expertos de Afi. De ahí que todos los bancos estén explotando cada vez más otros negocios menos dependientes de los tipos, como seguros y fondos de inversión, y préstamos con retornos mayores que las hipotecas, como la financiación al consumo.

Efectos sobre el crédito

El propio Banco de España reconoce también en un reciente informe el efecto de los tipos bajos en la concesión de créditos, que por el momento han visto endurecer sus condiciones, aunque no tanto la cantidad ofrecida. «Los bancos peor capitalizados tienen los términos más duros y las comisiones más altas», señala elsupervisor. Y avisa: «Cuando los tipos se mantienen en niveles muy bajos durante un periodo prolongado y el capital bancario es escaso y costoso, este mecanismo de erosión de los ingresos por intereses tiene lugar con más intensidad, lo que puede provocar un bucle entre bajas ratios de capital y escasos niveles de márgenes, en el que ambos factores se retroalimentan».

La banca también podría limitar la concesión de créditos por la presión regulatoria, con unos requisitos de capital que no se van a reducir en el medio plazo. Así las cosas, una de las principales palancas del beneficio de las entidades en España a corto plazo será la menor necesidad de saneamientos, aunque desde AFI aclaran que «esto no será suficiente para impulsar los ratios (ROE) de manera significativa».

Los bancos valen en Bolsa 42.000 millones menos que hace un año

Las entidades financieras españolas, al igual que la mayoría de europeas, vivien un auténtico vía crucis bursátil a raíz del difícil entorno de negocio. El valor en Bolsa de los seis principales bancos del país cotizados –Santander, BBVA, Caixabank, Bankia, Sabadell y Bankinter– ha decendido en los últimos doce meses en 42.190 millones de euros, un 23,5%, de 179.459 a 137.269 millones de euros de capitalización bursátil. La mayor depreciación la sufre el Banco Sabadell, con una caída en el último año del 44,7%, por delante de Bankia, qu cayó un 35,4%, Caixabank (27,6%), el Santander (21,1%), BBVA (19,3%) y Bankinter (17%).

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