El oasis en la emergencia energética está en pleno desierto

Pese a los retos naturales o de seguridad, estos espacios se configuran como una atractiva opción de maximizar las posibilidades de las renovables

La planta solar construida por Abengoa y Acciona en Cerro Dominador, en el desierto de Atacama, Chile

Alexia Columba Jerez

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Según el físico alemán Gehrard Knies , en solo seis horas los desiertos de todo el mundo reciben más energía solar de la que consumen los humanos en un año. Las áreas desérticas pueden convertirse en las pilas del mundo, un vergel de gran potencial donde está en juego la llave de una mayor capacidad y relevancia energética. Así Juan Manuel Lupiañez, experto en energía y analista de la Fundación Alternativas , explica que la radiación solar en desiertos como el Sáhara o Atacama, y tal como afirma la NASA cada metro cuadrado recibe, de media, entre 2.000 y 3.000 kilovatios/hora de energía solar al año.y día. «Es una cifra muy golosa para poder explotarla», reconoce.

Características

Lupiañez detalla que existen diferentes tipos de formas para obtener energía térmica: células fotovoltaicas, paneles solares y energía termosolar de concentración o CSP. Y matiza que «la que se ha desarrollado brutalmente» es esta última, a través de espejos que concentran la luz del sol moviendo las turbinas y generando energía eléctrica. «Es el caso del desierto de Almería donde tenemos 4500 horas de sol al año, es una barbaridad de energía que se puede explotar», asegura.

En la parte económica «es una maravilla», y precisamente, el analista apunta que «lo que están pensando las empresas es poner al lado de estas tecnologías para el desierto plantas de electrólisis para separar el agua y producir hidrógeno , que se puede almacenar en tanques, lo pueden licuar y llevarlo como gas licuado. O se puede poner allí una planta de baterías como la que planea Volkswagen que alimentará esas baterías, y luego las transportaría cargadas. A todo ello se une el hecho de que hay unque hay ciertas reticencias medioambientales»

«En cuanto a las posibilidades energéticas de los desiertos para España puede tener a largo plazo una competencia en el norte de África. Pero una de las lecciones de estos momentos es que la seguridad de suministro ha vuelto al centro del debate energético», afirma Luis Atienza, ex secretario general de Energía

Desierto en Dubai

Manuel Romero, director adjunto de Imdea Energía , incide en que «efectivamente los desiertos constituyen un gran reservorio de recurso solar si lo que se pretende es avanzar hacia una implantación masiva de la producción de electricidad o calor solar». Las áreas desérticas de potencial interés suponen alrededor del 7% de la superficie total terrestre. En el caso de España, por su especial posición geográfica, podría internalizar esa producción y se estima que c on unos 4.000 km2 de nuestro territorio sería suficiente para cubrir nuestra demanda.

Sin embargo, Romero puntualiza que explotar las posibilidades energéticas de los desiertos se enfrenta a una serie de dificultades. Una de ellas, muy relevante, es el ensuciamiento por polvo de los espejos y las tormentas de arena. Esto hace que la selección del emplazamiento sea muy importante. Unido al consumo de agua. La seguridad es otro factor esencial que puede acabar frustrando los proyectos más ambiciosos. «En el ámbito europeo, ha habido varios proyectos en el pasado que trataron de plasmar la visión de una conexión entre ambas orillas del Mediterráneo , trasladando por cable la electricidad solar desde los grandes desiertos de Marruecos, Argelia y Libia hacia el continente europeo », recuerda Romero.

Son muchos los proyectos que en la actualidad exploran las posibilidades energéticas de los desiertos. Un ejemplo es Noor Ouarzazate , en el Sahara , con el que Marruecos pretende que una vez activo, la electricidad solar llegue a Europa. También destacan El Romero Solar y Cerro Dominador en Chile, donde el 4% del desierto podría proveer la electricidad para toda Sudamérica , según afirma Francisco Torrealba de la Universidad de Stanford. Este país latinoamericano está haciendo una apuesta importante usando zonas de su desierto p ara la producción de hidrógeno verde , precisa Manuel Romero.

Experiencia probada

En ese aspecto Luis Atienza, ex secretario general de Energía, expresidente de Red Eléctrica y presidente de Argo Capital , detalla que para la producción de hidrógeno hay varios factores relevantes: uno es el coste de la electricidad, otra es el factor de carga de los electrizadores, es decir cuántas horas pueden funcionar con esa electricidad renovable, y el otro aspecto es la proximidad a las zonas de consumo de hidrógeno.

«El desierto del Sáhara , por ejemplo, si bien tiene una ventaja en cuanto al número de horas de sol, tiene más desventajas en lo que se refiere a la disponibilidad de agua para la producción de hidrógeno, a una lejanía de las zonas de consumo y a la necesidad de desarrollar infraestructuras de transporte , ya sea por gasoducto o transporte por barco. Esto unido al hecho que está en países que implican poca seguridad para el suministro y con sistemas eléctricos extraordinariamente fosilizados, de tal forma que para exportar hidrógeno verde primero deberían descarbonizar su sistema energético», señala Atienza.

Plataforma solar de Almería PSA

«Estamos hablando de algo para la década que viene, por eso creo que España tiene una gran ventaja, porque aunque no tiene mejor insolación que el Sáhara, tiene mejor insolación que el resto de Europa. Además tenemos un sistema eléctrico que se va a descarbonizar, cada vez más, a lo largo de esta década, una demanda de hidrógeno propia y una cercanía de fácil desarrollo de interconexión por tubería con la demanda de hidrógeno de los mercados centroeuropeos », indica el ex secretario. A largo plazo puede tener una competencia en el norte de África, pero una de las lecciones de estos momentos es que la seguridad de suministro ha vuelto al centro del debate energético.

Fortaleza industrial

Además la experiencia de las empresas españolas y la fortaleza tecnológica industrial son muy importantes para el desarrollo de proyectos en el extranjero en los desiertos. Un ejemplo concreto es el caso de Acciona Energía , que puso en marcha una planta fotovoltaica en el desierto de Atacama, en Chile . Una instalación de última generación, capaz de suministrar energía limpia a unos 240.000 hogares. O la planta fotovoltaica de Puerto Libertad, en el desierto de Sonora, en México. Instaló en dos meses más de un millar de paneles.

Proyecto de Acciona Energía en el desierto de Sonara, México Acciona

El gran competidor en el horizonte futuro es China , que cuenta con una de las plantas solares más grande del mundo en el desierto de Tengger, llamada ‘la Gran muralla China del Sol´ . Pero el gigante asiático también planea convertir los desiertos en grandes zonas cultivables y está fomentando el uso de hidrogeles para recuperar la fertilidad de las tierras y convertirlas en nuevas zonas agrícolas.

Otra idea a tener en cuenta es el uso de la arena para almacenar energía, es decir según comenta Imdea Energía, la arena de los desiertos se está explorando recientemente como fluido térmico en las plantas termosolares . «El atractivo de la arena es su bajo coste, permitiendo diseñar plantas con grandes capacidades de almacenamiento. Esta solución requiere todavía de cierto desarrollo tecnológico, toda vez que si bien acumular energía térmica en lechos de arena es muy atractivo con un precio un 30% inferior al coste de los sistemas actuales basados en sales fundidas, por el contrario requiere trasegar grandes caudales de arena caliente (toneladas por segundo), precisando utilizar tecnología que todavía no es comercial».

No obstante, la empresa finlandesa Polar Night Energy está desarrollando en una instalación piloto esta idea que aseguran que garantiza un periodo de almacenamiento de dos meses

Las manos adecuadas

En ese debate sobre la explotación de los desiertos como fuentes energéticas, Atienza recuerda que un proyecto abandonado fue Desertec , con la idea de desarrollo de renovables en el norte de África para transportar electricidad del desierto al centro de Europa, «pero nunca creí en ese proyecto, y no creo que deberíamos darle la llave o el interruptor de nuestra energía a países fuera de nuestro control. Marruecos apuesta para 2030 por las renovables, y hace bien en intentar reducir su dependencia de los combustibles fósiles, y ése es su gran reto, más allá de su aspiración a convertirse en un exportador de hidrógeno hacia Europa, ya que bastante trabajo tiene con este desafío interno. Mientras, España tiene ante sí más que un reto una oportunidad».

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