El BCE coordina con otros grandes bancos centrales la gestión de la crisis del coronavirus

De Guindos ha comentado además que no espera que el euro se mueva muy bruscamente por la turbulencia en los mercados y ha recordado que BCE no tiene un objetivo de tipo de cambio

Luis de Guindos, vicepresidente del Banco Central Europea (BCE) EUROPA PRESS

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Los bancos centrales mundiales han mantenido conversaciones sobre el impacto del brote de coronavirus, según ha confirmado el vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos , que ha atribuido estas consultas a los contactos rutinarios entre estas instituciones en momentos de volatilidad. De Guindos ha comentado además que no espera que el euro se mueva muy bruscamente por la turbulencia en los mercados y ha recordado que BCE no tiene un objetivo de tipo de cambio. «Mi impresión es que no se moverá mucho y que estará alrededor de 1,10 (dólares)», ha dicho.

Ante los evidentes efectos negativos que la expansión del coronavirus está teniendo sobre las economías a las que toca, Luis de Guindos ha asegurado que el BCE «está preparado» para actuar ante lo que ha descrito como «una capa nueva de incertidumbre sobre las perspectivas de crecimiento globales y de la zona euro». «El Consejo de Gobierno está preparado para ajustar todos sus instrumentos, según sea apropiado, para asegurar que la inflación evoluciona hacia su objetivo de manera sostenible», ha dicho, subrayando que la entidad «vigilará de cerca» los datos para reaccionar con rapidez si es necesario.

En el sector financiero comunitario sigue siendo un punto vulnerable el bajo margen de beneficio de los bancos de la zona euro y «el mayor tamaño y asunción de riesgo» , especialmente de las entidades financieras no bancarias. En opinión de De Guindos, el brote del virus «tiene el potencial de afectar a la economía de la eurozona a través de los canales tanto del suministro como de la demanda» y la demanda externa «podría verse golpeada directamente por las medidas de cuarentena impuestas en China» y la consiguiente suspensión de líneas de producción. Esto perjudicaría a las exportaciones desde la eurozona y podría causar trastornos en las redes globales de suministro, mientras que el sector de los servicios podría verse impactado por restricciones en los viaje, afirmó.

Ya el pasado jueves, la nueva miembro del Comité Ejecutivo, la alemana Isabel Schnabel, admitió que «todos estamos muy preocupados por lo que está sucediendo actualmente con respecto a la propagación del coronavirus (…) Sabemos que esto realmente está aumentando la incertidumbre en gran medida, para las perspectivas de crecimiento mundial, pero por supuesto también para las perspectivas de la zona euro. Pero lo que realmente necesitamos entender cuando estamos haciendo política monetaria es cuáles son las posibles implicaciones a medio plazo , y por el momento esto no está claro».

Schnabel daba así una pista de la posición que el BCE mantiene en los contactos con el resto de grandes bancos centrales del mundo. Si el viernes la Reserva Federal se comprometió a actuar de forma «apropiada» para ayudar a la economía, ahora el BCE, el Banco de Japón y el Banco de Inglaterra emiten señales de que pueda haber una actuación concertada de las autoridades monetarias para reducir las tensiones existentes en los mercados monetario e interbancario.

Tanto la declaración del viernes de la Fed, como el comunicado del gobernador del Banco de Japón de este lunes han sido consideradas inusuales en los mercados, y ha azuzado las especulaciones de que las autoridades monetarias puedan estar preparándose para una acción concertada, como la que se llevó a cabo en 2007, en 2008 y en 2011 entre el BCE, la Fed, el Banco de Canadá, el Banco de Inglaterra, y el Banco Nacional Suizo (BNS) para respaldar los mercados ante aumento de las presiones en los mercados de fondos a corto plazo.

Francois Villeroy de Galhau, gobernador del Banco de Francia y miembro del consejo del Banco Central Europeo, también ha asegurado este lunes que la autoridad monetaria de la zona euro está «preparada para apoyar la economía» , aunque de momento no se necesitan más acciones. En una entrevista a la cadena francesa BFM, el directivo ha dicho que de momento el BCE está aplicando ya una política monetaria acomodaticia y que está aportando mucha liquidez al sistema a través de los bancos. Aún así, ha dicho, «si se necesitara más y estuviéramos convencidos de que fuera efectivo, entonces podríamos hacer más, pero todavía no estamos en esa situación», ha dicho Villeroy.

De Guindos ha añadido a estas señales que desafíos como al que nos encontramos recuerdan la importancia de hacer que la unión europea y monetaria sea más resistente a los choques adversos, con el desarrollo de la unión bancaria y de mercados de capitales, en especial en las áreas en las que el sector financiero comunitario depende más de la City de Londres.

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