Competencia vetará rutas para dar luz verde a la venta de Air Europa
Las conexiones con las Islas y el vuelo Madrid-Bilbao quedarían sin alternativas a Iberia
Una vez cerrada la negociación empresarial, la venta de Air Europa a Iberia llega a la fase decisiva: la aprobación de las autoridades de competencia. Bruselas y la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) que trabajarán codo a codo para analizar la operación y, si bien la investigación está todavía en una fase muy inicial, ambos organismos ya han detectado que la transacción podría generar un monopolio en algunas rutas.
Según explican fuentes del sector aéreo, las señaladas son la ruta entre Madrid y Bilbao y algunas de las que unen la capital con las Islas (tanto Baleares como Canarias). La compra de Air Europa por parte de Iberia eliminaría la competencia en algunas frecuencias, que solo son operadas por IAG o por la aerolínea hasta ahora en manos del grupo Globalia . Por ello, estos organismos exigirán previsiblemente a Iberia deshacerse de «slots» para dar el visto bueno a la compra de Air Europa.
La compra también limitaría la competencia en otras conexiones, como el puente aéreo entre Madrid y Barcelona y los vuelos hacia Sevilla. Sin embargo, fuentes empresariales destacan que en estas conexiones habría una salvedad: el AVE. La alta velocidad cuenta con un buen número de frecuencias en estas rutas (en el Madrid-Barcelona acapara más del 60% de los viajes frente al avión), por lo que en el sector entienden que la competencia se mantendrá pese a la integración de Air Europa en Iberia. Más si cabe con la liberalización del transporte ferroviario, prevista para el 14 de diciembre del año que viene.
El lunes, Iberia se defendió de las acusaciones de posible monopolio explicando que el grupo resultante de la adquisición de Air Europa tendría un peso menor que otras aerolíneas similares en sus «hubs». «De hecho, la cuota conjunta de IAG con Air Europa es del 39%, un porcentaje menor que la que tienen los competidores en París Charles de Gaulle, Fráncfort o Ámsterdam », explicó la firma. El sector espera que cuando se complete la transacción cada aerolínea se haga con un nicho de mercado diferenciado.
Pero los grupos implicados no han aclarado si esta opción está sobre la mesa. Y es que la adquisición todavía se encuentra en una fase muy inicial. Ni la Comisión Europea ni la CNMC han recibido aún la notificación de la compra, un paso indispensable para radiografiar la transacción. Una vez notificada, Bruselas tendrá un primer plazo de 25 días para analizar la operación y decidir si da su visto bueno o abre una segunda etapa de la investigación para efectuar una evaluación con más profundidad. Si la Comisión decide abrir esta segunda fase, dispondrá de un plazo adicional de 90 días para tomar una decisión.
Bruselas y la CNMC se repartirán en un primer momento el peso del análisis. Es cierto que ambas aerolíneas facturan un importante porcentaje de su negocio fuera de España, pero también lo es que la mayoría de problemas de competencia se producirían en el mercado nacional. Por tanto, lo previsible es que la Comisión Europea y la CNMC actúen de forma conjunta en este análisis, que requerirá investigar la posición de la nueva Iberia en cada ruta que empiece a operar cuando se cierre la operación, en el segundo semestre del año que viene.
Quejas de los hoteleros
Pese a ello, la operación ya ha empezado a generar revuelo en el sector turístico . Ayer, la Asociación Hotelera y Extrahotelera de Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro (Ashotel) aseguró que seguirá «de cerca» el proceso y que está estudiando acudir a las instituciones europeas de Competencia para que analicen si esta adquisición se ajusta o no a derecho.
El sector hotelero -al igual que determinadas asociaciones de consumidores- teme que la operación provoque, en última instancia, un incremento de los precios de los billetes de los vuelos que se dirigen a las Islas Canarias y Baleares. Un factor que podría desequilibrar aún más el turismo en estas regiones, afectadas en los últimos meses por el cierre de bases de Ryanair y Norwegian y la quiebra del turoperador británico Thomas Cook.
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