La banca se plantea cómo se reestructurará Abengoa
La banca se plantea cómo se reestructurará Abengoa - REUTERS

La banca analiza cómo controlar y vender los activos de Abengoa

Los acreedores se reunieron ayer con KPMG y hoy lo hacen con la firma sevillana

SEVILLA Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Las entidades financieras con una mayor exposición a Abengoa (Santander, Bankia, CaixaBank, Popular, Sabadell, HSBC y Credit Agricole) mantuvieron ayer una reunión clave con KPMG (la firma que está coordinando el proceso de reestructuración de la deuda) para perfilar cómo se va a reestructurar la compañía y, más concretamente, para definir cómo se van a vender sus principales activos en concesión para repagar el importe máximo posible de la deuda.

El primer borrador que ha elaborado esta consultora incluye un análisis muy exhaustivo de la situación financiera de cada una de las filiales fuera de España y el pasivo asociado a cada uno de sus proyectos. En esta reunión entre la banca acreedora y KPMG -que se alargó hasta la medianoche- no hubo ningún representante de Abengoa. Hoy será el día en el que habrá un segundo encuentro donde los principales directivos de la compañía sevillana sí estarán presente y volverá a exponer sus planes para reflotar el grupo.

Las entidades estiman que el volumen total de deuda de Abengoa podría ascender a más de 20.000 millones de euros, de los cuales, según fuentes financieras, sólo serían asumibles cerca de 5.000 millones. Pero hay que tener en cuenta que todo este pasivo tiene una estructura muy compleja y la deuda corporativa -que cuenta con el aval de la matriz- es independiente a la deuda asociada a cada proyecto concesional, que es autónomo a efectos financieros. Este último tipo de obligaciones, que cuentan con un «rating» específico para cada proyecto, se inscriben en el epígrafe «deuda neta sin recurso en proceso», y en las últimas cuentas de la compañía asciende a 2.100 millones de euros.

En este contexto, la banca está estudiando junto a KPMG la situación de todos y cada uno de los activos concesionales de Abengoa, como las desaladoras de la India, Algeria, Marruecos o Gana (en las que Abengoa tiene porcentajes accionariales que van del 25% al 56%) o las grandes líneas de transmisión eléctrica de Brasil. En paralelo, hay proyectos en concesión que están ahora en desarrollo, como Atacama Solar en Chile (una planta solar de más de 210 MW en la que Abengoa tiene un 45%).

«En cada uno de los casos se va a analizar si se capitaliza la deuda para tomar el control de esta infraestructura o si se busca directamente a un comprador que quiera asumir el porcentaje accionarial que tiene Abengoa». El objetivo final es pilotar el proceso de desinversión de Abengoa, para lo que hay «numerosos fondos interesados en los distintos activos, aunque las opciones en este momento no son las más adecuadas ya que se trata de ofertas oportunistas».

Necesidad de liquidez

A muy corto plazo, se están estudiando cuáles son las necesidades inmediatas de liquidez de la compañía andaluza para que pueda asumir sus compromisos más inmediatos en los próximos cuatro meses y evitar la muerte por inanición. Abengoa pidió 425 millones de euros, frente a los 300 millones que las entidades estiman que son necesarios. El gran obstáculo para lograr este balón de oxígeno son las garantías que puede aportar la firma presidida por José Domínguez Abascal, dado que en un hipotético concurso esta deuda no tendría privilegio y, por lo tanto, sería muy difícil recuperarla. Con este complejo escenario, a los bancos no les convence, de momento, la propuesta que hay sobre la mesa por parte de Abengoa -asesorado por Álvarez & Marsal- en el que propone quitas del 60%. Por ello, la gran cuestión es cómo asumirán las entidades acreedoras las riendas de la compañía en las próximas semanas.

«Los bancos son los que más van a perder en este proceso y deben dirigir por ello el inevitable proceso de reestructuración», indican fuentes cercanas a la negociación. La capitalización implicaría convertir parte de la deuda del grupo en acciones de la compañía.

El control de la reestructuración también se podría hacer en el concurso de acreedores, lo que dotaría de mayor protección a los nuevos préstamos realizados por las entidades y permitiría controlar la dirección de la compañía. Aún así, el concurso de acreedores es un proceso lento y burocratizado, «con lo cual también se corre el riesgo de agravar la situación de la matriz».

Los acreedores consideran que Abengoa cuenta con recursos para obtener liquidez con la venta de una participación (que se podría situar próxima al 10%) del 47% que dispone su filial Yield, cotizada en EEUU y donde su porcentaje está valorado en más de 600 millones de euros). La banca también presiona para que la compañía se desprenda de su filial de bioenergía.

En medio de esta profunda reestructuración, la supervivencia de la empresa pasa por preservar su filial de ingeniería y construcción (su cartera de proyectos contratados rozan los 9.000 millones de euros). Junto a ello, Abengoa podría continuar como socio tecnológico en aquellos activos que saldrán a la venta en las próximas semanas. A largo plazo, para la actividad de ingeniería y construcción se podría buscar un socio industrial que asuma el control.

Ver los comentarios