El ministro, durante la entrevista realizada al finalizar su visita a las instalaciones de IE Business School
El ministro, durante la entrevista realizada al finalizar su visita a las instalaciones de IE Business School - ernesto agudo
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Islandia: «No arriesgaremos la estabilidad del país por una deuda privada»

Entrevista a Bjarni Benediktsson, ministro de Finanzas y Asuntos Económicos islandés, sobre el «milagro» de su recuperación económica

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Bjarni Benediktsson, ministrode Finanzas y Asuntos Económicos de Islandiadesde 2013, participó hace unos días en un seminario organizado en Madrid por el ICEX para explicar el «milagro» económico islandés. Acompañado por una nutrida delegación formada por unas 80 personas, el político de inclinación centro-derecha visitó las instalaciones de IE Business School, donde ofreció un claro mensaje durante toda la entrevista: «No tenemos todas las respuestas, pero creo que nuestro ejemplo es muy significativo.Hemos salido de una enorme crisis económica con nuestra propia moneda; hoy el desempleo se ha reducido al 3%, nivel previo a la crisis, y el país es mucho más competitivo». No obstante, los islandeses tienen por delante la difícil tarea de consolidar su recuperación.

-El pasado mes de junio presentaron las primeras medidas para levantar los controles de capital que se impusieron en 2008, tras el estallido de una crisis financiera sin precendentes en Islandia, y con el objetivo de evitar una salida masiva de capital que hundiera aún más su economía. ¿Cómo piensan hacerlo ahora?

-El compromiso en nuestro programa es eliminar esos controles por completo en el plazo de dos años. Pero debemos ser cautelosos porque cualquier pequeño movimiento puede tener una gran repercusión en nuestra economía y lo que ahora necesitamos es que el equilibrio logrado se consolide. Hemos empezado forzando a los bancos intervenidos a alcanzar antes de final de 2015 acuerdos de conversión de divisas, o a aceptar una tasa del 39% sobre sus activos, porque no podemos permitirnos que el desbloqueo de capitales provoque una caída en picado de nuestra moneda frente al euro. No estamos dispuestos a arriesgar la estabilidad de la economía islandesa para pagar una deuda originada por el sector privado.

-Se trata entonces de una recuperación económica todavía muy frágil...

-Efectivamente, pero tampoco podemos quedarnos parados... Si nuestras proyecciones económicas se cumplen, podemos afirmar que estamos disfrutando del periodo de crecimiento sostenido más largo de nuestra historia reciente. Y tenemos importantes factores a nuestro favor en los que apoyarnos, como el desarrollo del turismo, que ofrece un gran atractivo a la inversión. Por ejemplo, la cadena Marriot va a abrir en Reikiavik el primer hotel de cinco estrellas de la isla. Queremos enseñar al mundo una Islandia que ha salido de una crisis excepcional en un tiempo récord, porque desde 2011 hay síntomas de esa recuperación en nuestra economía.

-Está hablando de confianza. ¿Fue su pérdida a nivel internacional lo que terminó por hundir a Islandia en 2008?

-Esa es una forma de verlo, pero yo culparía en primer lugar al mal comportamiento del sistema financiero. La banca acumuló tanta deuda que el país era un auténtico polvorín. Imagínese una deuda que entonces era 13 veces mayor que nuestro PIB. No hizo falta más que una chispa para que nuestra economía se desplomara, en línea con lo que estaba ocurriendo en otros muchos países. Y sí, después vino la falta de confianza internacional. Pero hoy la situación es diferente: las tres grandes agencias de calificación han subido nuestro rating tras presentar el programa para levantar los controles de capital.

-Como país han tomado vía referendum importantes decisiones económicas, como el impago de esa deuda originada por el sector bancario.

-Es cierto, se decidió por referendum no nacionalizar la deuda privada. Pero en 2013 el Tribunal de la EFTA (European Free Trade Association) falló que Islandia no tenía la obligación de ofrecer garantía de Estado en la devolución de esa deuda privada. Consideró que el error era del sistema no del Estado islandés

-¿Cree que puede cada Estado decidir libremente qué deudas pagar?

-Internacionalmente se acepta que no puede ser así en asuntos fiscales, de impuestos, pero en nuestro caso había una cuestión legal de fondo: si éramos o no responsables de esa situación. Y en el referéndum hubo una segunda pregunta: ¿Es justo? El 98% de la población respondió que no en 2011.

-Y una decisión de independencia, como en el caso de Cataluña, ¿se puede tomar vía referéndum?

-No soy partidario de decir a los demás qué pueden o no hacer, pero entiendo que existe una gran demanda de democracia directa en todo el mundo, nuestro caso no es una excepción. Desde el Gobierno islandés estamos planteando introducir una serie de cambios en nuestra Constitución para aumentar la participación popular.

-Islandia tiene una población que roza los 330.000 habitantes, eso facilita mucho organizar una consulta popular...

-Evidentemente, y por eso los cambios tienes que introducirse con cautela. Pero mi opinión personal es que los Parlamentos tienen que ser representativos de las demandas de la sociedad, una extensión del ciudadano…

-¿Es una alusión a lo que ocurre en el Parlamento Europeo?

-La gran debilidad del Parlamento Europeo es la escasa participación en las votaciones. Para mi es una especie de liga de segunda categoría en la que juegan los políticos que no han obtenido un papel en su país. Y eso es un problema en sí mismo, la baja calidad de los representantes en Europa.

-Intuyo entonces que no está entre sus prioridades la incorporación del país a la Unión Europea...

-Europa es nuestro mayor socio comercial, pero no nos conviene una integración plena desde el punto de vista fiscal. Y tiene que decidir si va a seguir creciendo en términos federales o si devolverá soberanía a los Estados... No sabemos que UE tendremos dentro de 20 años, pero es obvio que para su funcionamiento necesita una mayor consolidación fiscal, esto conlleva una cesión de poder al sistema por parte de sus miembros, algo que a mi personalmente no me gusta.

-¿Esa es también la opinión de los islandeses?

-Nunca hemos tenido una mayoría de ciudadanos partidarios del sí, un 40% ha sido el mayor resultado. Pero gran parte de ese porcentaje sólo quería saber en qué condiciones nos integraríamos.

-En lo que sí hay un gran consenso es el impulso del turismo. ¿Está siendo clave en la recuperación del país?

-En cinco años hemos doblado el número de turistas que nos visitan, el sector crece an ritmo de dos dígitos, estamos invirtiendo en nuevas infraestructuras, mejores conexiones... Hay un gran debate nacional sobre cómo desarrollar de forma sostenible esta industria que, sin duda, atraerá más inversión extranjera y ayudará a estabilizar nuestra economía.

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