El Ganso vuela hacia nuevos territorios

En uno de sus viajes veraniegos a Londres, los hermanos Cebrián, Álvaro y Clemente, tuvieron una idea. En la capital inglesa se comercializaba un estilo de ropa muy particular, con unos precios difícil de encontrar en España. Los Cebrián pensaron en importar la fórmula. «Sabíamos bien qué queríamos, pero nos faltaba el conocimiento del sector textil», recuerda Clemente Cebrián.

Esperaron al momento oportuno, y en 2004 decidieron dejar sus trabajos y arriesgar en su nuevo proyecto. Tanto Clemente como su hermano Álvaro conocían bien la dirección de empresas. Ambos estudiaron en CUNEF y estaban ligados al ámbito empresarial.

El primero trabajaba en Telefónica, mientras que el segundo estaba empleado por una cadena de accesorios. «Lo dejamos todo y fuimos a por ello, desarrollamos nuestro producto y lo ofrecíamos a tiendas multimarcas, pero no tenía mucho éxito», asegura Clemente Cebrián.

El cofundador de El Ganso considera que hubo dos puntos clave para el desarrollo de la empresa: la implantación de tiendas físicas y la externalización. El primer paso se produjo cuando la marca se estableció en 2006 en la madrileña calle Fuencarral, un hecho que según Cebrián supuso «vender al público final, que la gente entendiera el producto». A partir del primer local, el crecimiento fue cada vez más visible. En poco tiempo la marca inauguró una segunda tienda en Madrid y llegó a Barcelona. Y a partir de ahí, alcanzó al resto del territorio nacional. «Nos costó un poco funcionar en Barcelona, pero conseguimos aprender de los errores y salimos adelante».

Tras consolidarse en España, el siguiente avance se produjo fuera de nuestras fronteras. El Ganso logró externalizarse en 2011, apostando por el mercado europeo. «Abrimos una pequeña tienda en París, nos fue muy bien y probamos suerte en otros países, como Reino Unido, Alemania u Holanda», recuerda el cofundador de la compañía.

Este verano la marca española ha continuado su política internacional con la inauguración de su cuarta tienda en Londres y ha superado la cifra de los 110 locales. «El crecimiento está fuera», aseguran desde la compañía.

Un público más maduro

A medida que la marca fue creciendo, también lo hizo la edad del público objetivo. El Ganso tuvo que regenerarse en varias ocasiones y, aunque en un principio estuvo dirigido a un «target» que rondaba los veinte años, fue ampliando paulatinamente el ratio de edad de sus clientes.

Actualmente éste se sitúa en torno a los treinta y siete años. «Intentamos abarcar un público amplio, tanto alternativo como tradicional», asegura Cebrián.

Es un dato que ha repercutido en la marcha de la compañía. Las ventas han crecido sustancialmente en los últimos años, lo que ha permitido que la firma cerrara 2014 con una cifra de negocio cercana a los 60 millones de euros anuales.

Tras más de una década en el sector textil, los creadores de El Ganso comienzan a recoger los frutos de sus veraneos en el Reino Unido.