La presidenta de la CNMV, Elvira Rodríguez
La presidenta de la CNMV, Elvira Rodríguez - archivo

Economía espera aprobar esta legislatura el «semáforo de riesgo» de la CNMV

La primera idea con la que surge el proyecto por parte de la CNMV es una clasificación de cinco colores

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El Ministerio de Economía espera aprobar antes de que acabe la legislatura el proyecto de calificación de riesgo de los productos financieros comercializados en España, conocido como el «semáforo», que hace un año impulsó la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

Esta iniciativa de la CNMV surgió con el objetivo de «advertir a los clientes minoristas sobre el riesgo de los instrumentos financieros de una manera muy sencilla y gráfica a través de un indicador del peligro», complementado con alertas en relación con la liquidez y la complejidad.

Pero a nadie se le escapa que debe el impulso a casos como el de las participaciones preferentes, que se comercializaron entre usuarios que posteriormente alegaron no tener conocimiento de lo que habían adquirido.

El Ministerio de Economía envió en julio de este año el texto al Consejo de Estado para que evalúe el proyecto, después de que la presidenta de la CNMV, Elvira Rodríguez, haya reiterado en varias ocasiones, desde el año pasado, la necesidad de hacerlo cuanto antes.

Clasificación cromática

Economía asumió en mayo las demandas del supervisor bursátil e hizo suya la iniciativa, colocando el proyecto en audiencia pública para consultar qué productos debían estar incluidos para ser calificados según su riesgo.

En este sentido, la primera idea con la que surge el proyecto por parte de la CNMV es una clasificación de cinco colores -verde claro, verde oscuro, amarillo, naranja y rojo- además de advertencias según la liquidez, la rentabilidad y la complejidad del producto.

Tras el periodo de consulta pública, el semáforo deberá utilizarse también para los depósitos bancarios, los seguros de ahorro y los fondos de pensiones, algo que no contemplaba en un principio la CNMV.

A su vez, en el último borrador del texto, el número de colores ha pasado a siete y también se han incluido otros productos financieros como los seguros de vida ahorro «en los que el tomador asume el riesgo de la inversión» y los depósitos bancarios, aunque quedan excluidos los fondos de inversión.

Por su parte, también se excluye la deuda pública, «dada la garantía con la que cuentan las administraciones públicas, que hace que su clasificación sea la de activos de elevada liquidez y solvencia a efectos de la normativa», señala el texto elaborado por Economía.

Una de las críticas que recibió esta idea fue por parte de los intermediarios y operadores, en relación a que tuvieran la obligación de enseñar el «semáforo» en cada una de las operaciones que llevan a cabo, tal y como preveía la circular que había enviado en un principio la CNMV.

Caracter voluntario

Finalmente, Economía ha optado por que esto sea voluntario. También la patronal bancaria expuso alguna objeción, alegando que este proyecto provocaría «confusión» en el sector y recomendando que se aplicara únicamente a los clientes de forma individual.

Con todo, el texto que recoge el Ministerio encabezado por Luis de Guindos señala que se establecen siete niveles acompañados de siete colores, en los que el verde más claro es para aquellos productos con menor riesgo y el rojo para los que conllevan más peligro para los clientes.

Además de dicha clasificación cromática, los distintos órganos supervisores como el Banco de España, para los depósitos, la DGS, para los seguros de ahorro y los planes de pensiones, y la CNMV para el resto de productos financieros, podrán incluir otras advertencias.

Por ejemplo, para la liquidez se señalizará con un icono de un candado en el caso de que el compromiso de devolución del capital sea a vencimiento y que la venta anticipada pudiera provocar pérdidas, mientras que serán dos candados los que alerten de que la venta pueda implicar pérdidas «relevantes».

En cuanto aquellos productos más complejos, deberán estar señalizados con exclamaciones, para advertir que el instrumento financiero por el que se interesa el cliente «no es sencillo y puede ser difícil de comprender».

Según ha defendido el Isefi (Instituto Superior de Empresa y Finanzas) este lunes en un comunicado, el semáforo permite identificar a primera vista el peligro de los productos que ofrecen las entidades financieras y evitar casos de inversiones con riesgo por desconocimiento del cliente como fue el caso de las participaciones preferentes.

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