Rosell reduce a tres las vicepresidencias, que ocuparán Madrid, Cataluña y Valencia

Solo tres vicepresidencias y la que corresponde por estatutos a Cepyme. La junta directiva de la CEOE se reúne por primera vez desde que Juan Rosell fuera releegido presidente el pasado 17 de diciembre en un proceso electoral en el que la tensión fue protagonista y el resultado muy reñido con su contrincante, Antonio Garamendi. Hoy toca elegir órganos de dirección; los 242 vocales que componen la junta deberán dar el visto bueno a la propuesta de nuevo comité ejecutivo, un organigrama que ha logrado pactar con el presidente de Cepyme y que incluye cambios significativos.

Juan Rosell, sin embargo, ha diseñado un equipo en el que sobresalen sus fieles, aquellos que fueron determinantes en su elección para un nuevo mandato.

De los órganos de dirección desaparece la vicepresidencia primera, cargo que ocupó Arturo Fernández, en calidad de presidente de la patronal madrileña, hasta que abandonó CEIM y la CEOE por su relación con el escándalo de las tarjetas «B» de Caja Madrid. El empresario efectuó gastos de 37.326,57 euros, que ya devolvió, durante su etapa como consejero de la caja.

Rosell llega a la junta de hoy con un acuerdo con Garamendi, que implicará reducir de 7 a tres las vicepresidencias, que serán para el dirigente de la patronal madrileña (Ceim), Juan Pablo Lázaro, y para Joaquín Gay de Montellá, presidente de la patronal catalana Fomento del Trabajo y José Vicente González, presidente de la patronal valenciana. Pilar González de Frutos, responsable de la patronal Unesa, antes vicepresidenta, pasa a presidir la comision de fiscal y Julián Núñez, presidente de Seopán, la de concesiones.

Además de las vicepresidencias que se elijan, habrá una más de carácter fijo que, según los estatutos de la organización empresarial, ocupa el presidente de la patronal de las pequeñas y medianas empresas (Cepyme), cargo que corresponde a Antonio Garamendi. Su antecesor Jesús Terciado fue obligado a dimitir de su cargo por realizar cobros irregulares a través de facturas de sus empresas.

Juan Rosell logró imponerse a Garamendi el pasado diciembre por 33 votos, lo que dejó la organización, dividida en dos. Rosell se encontró con que la fuerza de su opositor era mayor de la que estimaba y Garamendi no consiguió todos los apoyos que preveía para dar el vuelco que pretendía.