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García Tejerina: «Los bosques se tienen que poner en valor y ser rentables»

Es firme defensora de actuar con rapidez cuando hay una crisis en el sector agrícola, como entonces (septiembre) con el veto ruso, porque «la ayuda temprana es más eficaz, al evitar la especulación de precios»

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Estaba (entonces) recién aterrizada en el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, o, mejor dicho: al frente de, porque el Ministerio lo conocía de primerísima mano como báculo principal de su antecesor. Se notaba en el discurso, absolutamente certero y nada dubitativo: materia dominada.

Isabel García Tejerina ha resultado ser una ministra valorada por la población y por el sector. No en vano heredó un trabajo que ya era parte de su rutina de primera línea. Así contestaba a alguna de sus primeras preguntas como titular de la cartera que dejaba Arias Cañete.

García Tejerina lleva pocos meses como ministra, apenas desde abril, pero está curtida como número dos del Ministerio con Miguel Arias Cañete durante años y tiene amplia experiencia también en el sector privado.

Conoce la cartera. Trabaja duro y lleva bolso grande, como Angela Merkel o Christine Lagarde, quizás toda una señal.

—¿En qué situación se encuentra el veto de Rusia a los productos agrícolas europeos, entre ellos los españoles?

—El viernes pasado hubo un Consejo de Ministros de Agricultura de la Unión Europea extraordinario y el mensaje es que la situación es compleja, evoluciona casi cada día, de modo que las ayudas europeas a los sectores afectados no están cerradas. El escenario cambia y lo lógico es que las ayudas que en su caso procedan también lo hagan. En España lo que hemos hecho a lo largo de todo el mes de agosto es ir analizando de manera sectorial los daños y también en función de los tiempos. El impacto no es el mismo dependiendo del momento de la cosecha en que esté el producto y, por supuesto, en función de su exposición al mercado ruso.

—¿Qué pidió España en la reunión del viernes?

—Que se siga monitorizando el impacto del veto ruso en las producción españolas y, cuando haya daños, que se actúe con rapidez por la vía de las ayudas, como se ha hecho en agosto. La cuestión es que a más rapidez más eficacia. También pedí que se extendiera la ayuda a cítricos, caqui y granada, ya que aunque aún no ha empezado la campaña, hay que prevenir que haya una caída de precios y evitar la posible especulación con los precios. El viernes se acordó que la decisión se tomará en el próximo comité de gestión, que es el procedimiento normal para estos casos.

—Parece que, en contra de su costumbre, la UE está actuando rápidamente en este asunto dando las ayudas con rapidez...

—Sí, pero no es por casualidad. En la ultima cumbre europea, la del 30 de agosto, Mariano Rajoy pidió que se incluyera en las conclusiones finales un compromiso formal de toda la Unión Europea de vigilar los daños que el veto ruso está provocando en la agricultura para establecer las correspondientes ayudas.

—¿Son suficientes las ayudas que ha dado la Unión Europea por importe de 60 millones para todos los países, para promoción de productos y aperturas de nuevos mercados?

—Los sectores afectados las consideran insuficientes pero hay que recordar que las subvenciones a la retirada de fruta y verdura son medidas de regulación y no son para sustituir al precio de mercado. Al margen de la queja del precio de retirada se han cubierto las principales demandas del sector e incluso se han incluido entre los beneficiarios a agricultores individuales.

—¿Cómo va la labor de abrir nuevos mercados para los productos agrícolas españoles, no es más un proyecto a medio plazo que algo que pueda sustituir ahora al mercado ruso?

—Claro, claro... pero en todo caso el sector agroalimentario español lleva trabajando mucho tiempo en la apertura de nuevos destinos para sus productos. De hecho esta industria está muy internacionalizada. El año pasado aumentó un 4% sus ventas fuera y solo hasta junio el crecimiento ha sido de un 5,7%. Entre las cosas más curiosas está por ejemplo la exportación de grandes cantidades de alfalfa a China, que está a punto de cerrase, o el mercado de Oriente Medio, que también es muy importante. En 2013 el valor de las exportaciones agroalimentarias alcanzó los 38.000 millones de euros, lo que nos convirtió en la octava potencia mundial en este terreno.

—¿Ha supuesto algún problema en esta crisis que la Comisión Europea esté en plena transición, ya que los actuales comisarios están de salida y los nuevos no han sido nombrados aún?

—En absoluto. En Bruselas todos los servicios de la Comisión Europea están muy engrasados y han funcionado bien, al igual que aquí en el Ministerio de Agricultura que, aunque la crisis se ha desatado en pleno agosto, hemos estado trabajando a pleno rendimiento.

—Debe ser de los pocos ministros que se ha quedado sin vacaciones.

—No pasa nada. Es mi obligación y lo importante es que se ha puesto en marcha rápidamente la maquinaria europea de las ayudas. Al margen de lo que pase con la exportación a Rusia lo que hay que conseguir es que no se hunda el mercado europeo, ni en precios ni en caída del consumo, de ahí la importancia de actuar con rapidez.

—¿Ha afectado el veto ruso al mercado interior español?

—De momento no. El Observatorio de Precios de los Alimentos hace un control semanal del mercado y no se han notado tensiones. En el caso de los melocotones y las nectarinas ha habido tensiones en los precios pero ya venían de antes, no son consecuencia del cierre del mercado ruso.

—Al margen de esta crisis, que supongo que le está ocupando la mayor parte del tiempo, ¿cómo va el reparto de los fondos de la Política Agrícola Común (PAC) que se aprobaron hace unos meses?

—Va bien. La nueva PAC entrará en vigor el próximo 1 de enero y ahora estamos trabajando en los ocho reales decretos que la van a desarrollar en asuntos como las ayudas acopladas, etc... la verdad es que los 47.000 millones de euros que consiguió Miguel Arias Cañete para los agricultores españoles hasta 2020 van a ser muy importantes ya que les asegura el 30% de su renta hasta ese año. Este dinero garantiza la viabilidad del sector y que conserve su potencial productivo.

—Uno de los principales activos que tiene la industria agroalimentaria española es la calidad de sus productos. ¿Tiene algún proyecto en cartera para aumentar la protección de las denominaciones de origen?

—El Gobierno va a aprobar una Ley de Denominaciones de Origen e Indicación Geográfica supraautonómica con la idea de que establecer una calidad diferenciada asociada a un territorio concreto. De esta manera también adaptaremos la normativa a las exigencias europeas.

—¿Y hay consenso en el sector, porque en ocasiones ha traído mucha polémica la regulación de las denominaciones?

— En este caso sí. En el caso del vino de Rioja por ejemplo lo han pedido los consejos reguladores. Calculo que la tendremos preparada este mes.

—¿Y en calidad alimentaria en qué está trabajando el Ministerio?

— Queremos mejorar la coordinación de las comunidades autónomas en materia de controles y sanciones, de modo que se aúnen también los controles de calidad frente a terceros países, que a veces se pierden un poco con los sellos de calidad.

—Este megaministerio además de la agricultura se encarga de la pesca, los bosques y el medio ambiente. ¿Qué proyectos tiene en este campo?

— Efectivamente, aquí hay mucho de lo que ocuparse. Estamos preparando un Plan de Activación Socioeconómico del sector forestal, ya que los bosques se tienen que poner en valor y ser rentables porque forman parte de nuestro patrimonio, por lo que vamos a trabajar con las comunidades para que destinen los fondos de desarrollo rural que tienen asignados a este sector.

—¿Y en medio ambiente?

— Sobre todo cuidar los recursos naturales. Hay una directiva europea sobre el agua y en 2009 España tenía que haber hecho los planes de cuenca de los ríos, lo que no se hizo, de modo que en los dos años y medio que lleva el PP de nuevo en el Gobierno se ha hecho el trabajo de ocho años. Una vez que acabemos con todos los planes de cuenca estudiaremos hacer un sistema integrado del agua basado en el ahorro y la reutilización.

—¿Y en pesca?

— Lo más reciente es que por fin se ha firmado el acuerdo pesquero entre la Unión Europea y Marruecos, con lo que 126 barcos europeos, la mayoría españoles, podrán volver a faenar en aguas magrebíes.

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