Equipo Olímpico

Silvia Mas: «Ha sido acertado aplazar los Juegos, porque acabar con el Covid 19 es mucho más importante»

Será la regatista española más joven en participar en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020

Jaume Soler

La regatista catalana Silvia Mas Depares (Barcelona, 1996) es la benjamina del equipo olímpico español de vela que participará en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. A sus 23 años ya cuenta con un subcampeonato del mundo absoluto con la canaria Patricia Cantero en la clase 470 y con dos títulos mundiales en categoría juvenil conseguidos con la balear Paula Barceló y uno en 420 con Marta Dávila. Mas ha vivido la vela desde pequeña, su padre David fue entrenador olímpico en Atlanta 96, su madre Silvia entrenadora de Optimist y sus hermanos David, Luis y Pablo regatistas de 420.

¿Cómo llevasteis en confinamiento en el CEAR de Santander?

En nuestro caso no podíamos navegar ni salir al agua, y estando en el CEAR de Santander y ver el mar al lado y no poder tocarlo, fue una sensación un poco agobiante. Pero la verdad es que lo llevamos bien porque teníamos el día entero ocupadísimo, con un montón de actividades, como gimnasio, preparación física, muchas charlas con la psicóloga, de meteorología, reglamento, visualizaciones de entrenamientos y regatas con el entrenador. Nosotros además teníamos a Gustavo Martínez Doreste, nuestro técnico, y prácticamente estábamos todo el día de charlas y físico.

También sirvió para compartir otras experiencias con regatistas de otras clases.

Eso fue de lo mejor, porque al estar con el resto de regatistas que además nos llevamos muy bien todos, al ser de diferentes clases, hacíamos una reunión a mediodía de dos horas, y poníamos un tema encima de la mesa, y todos hablábamos y dábamos nuestro punto de vista sobre el tema. Esto nos unió mucho como equipo español a todos, y también ver las distintas formas de pensar y puntos de vista y te da ideas que a lo mejor no habías caído en ellas y en las que poder mejorar. Esto te enriquece un montón, ya no solo por lo bien que te lo pasas, sino también por lo que aprendes”.

Después de cuatro semanas confinados, ¿se os hizo muy largo?

“Fueron cuatro semanas pero para mí es como si hubiéramos llegado ayer. Lo único que se me hizo más duro fue el ver a tu familia, que sabías que estaban todos juntos, que tenían ganas de vuelviera a casa…pero excepto eso, la experiencia fue muy buena. Sobre todo aprovechando un montón, el aprendizaje fue enorme y como teníamos tantas cosas que hacer y analizar pues todo suma. Y aunque al final aplazaron los Juegos, seguíamos pensando en Tokio y no teníamos ni un segundo de descanso, con lo que los días se me pasaron volando sin darme cuenta.

Y cuanto teníais tiempo libre, ¿a qué lo dedicabais?

La verdad es que tiempo libre teníamos muy poco, pero el que teníamos yo lo dedicaba todo los estudios. Estoy acabando la carrera, me quedan tres asignaturas y justo ahora, antes de hablar contigo, tenía una videoconferencia con una de las profesoras con la que estaba haciendo dos presentaciones. Si Dios quiere y me pongo las pilas, en junio habré acabado la carrera entera

Con el aplazamiento de Tokio y con la carrera terminada tienes un año por delante para pensar solo en los Juegos.

De todas formas iba a acabar la carrera antes de los Juegos sí o sí. Me había matriculado y haciendo el curso durante el año. En enero hice el trabajo final de grado, lo defendí y he hecho todas las asignaturas del primer semestre y ahora solo me quedan estas del segundo. Acabar iba a acabar igual. Lo que sí me agobiaba mucho el tema de la carrera era porque no me gusta dejar las cosas por el último momento, al final quiero hacerlo todo, pero se hace. El hecho de acabar este verano, y que ahora quede un año por delante te da la tranquilidad que ahora sí que me podré dedicar solo a navegar, aunque en realidad ya lo hacía, pero igual este tiempo que quería para mí y desconectar y descansar no lo tenía porque tenía que dedicarlo a los estudios. Para mí va a ser un alivio y más tranquilo mentalmente.

Antes de que suspendieran todas las competiciones, estabais a las puertas de disputar el Mundial de 470 en El Arenal.

Sí, de hecho salimos a navegar aquel día muy temprano porque había que apuntarse en la lista para las mediciones, y así volvíamos antes para ser las primeras. Al volver y poner un pie en la arena de la playa, nos dijeron que ni lista ni nada, que se había cancelado. Nos quedamos con la cara a cuadros porque, por un lado es normal por todo lo que estaba pasando pero hasta aquel momento no habíamos sido conscientes de la importancia y la gravedad del caso. Fue cuando te viene abajo todo el trabajo previo, de tenerlo todo listo, de haber estado más de un mes en Mallorca entrenando y que iba a ser el último mundial femenino de 470. Teníamos muchas ganas e ilusión, en casa, mis padres y mis abuelos venían…y de repente de pasar por fin a competir, a no hacerlo. Obviamente, fue duro pero este parón ha sido para todo el mundo, para los que estábamos navegando, los que estaban estudiando, trabajando…

En aquel momento aún no teníais la confirmación de que ya habíais sido seleccionadas oficialmente por la federación como tripulación olímpica para Tokio, sino que os lo confirmaron en Santander.

Nos dan la noticia de que vamos a los Juegos durante el confinamiento, y claro, obviamente estoy contenta porque era uno de los objetivos, pero no lo celebras como si hubieras estado fuera. Para mí son los primeros Juegos y fue una noticia que me hizo mucha ilusión, pero como estamos inmersos en una época muy extraña con todo lo que está pasando, fue un sentimiento extraño.

Todos estabais centrando vuestra preparación para estar a tope en verano. Tu como ves el aplazamiento un año de los Juegos.

Patricia y yo estábamos preparadas para que en julio y agosto competir a tope. Veníamos muy fuertes en estos últimos meses. Pero creo que el aplazamiento ha sido una decisión acertada y responsable porque lo del COVID-19 es mucho más importante que el deporte o cualquier otra cosa. Aquí estamos hablando de que se están perdiendo vidas, las familias no lo están pasando nada bien. Pero como en todo hay que buscarle el lado positivo, tienes un año más para prepararte bien, pero en realidad lo tienes tu pero también lo tienen las otras competidoras. Yo lo veo como una forma de seguir apretando y no aflojar, una oportunidad de seguir aprendiendo y pensando también en cosas que a veces no le das tanta importancia. Este año iremos a muerte y hasta que no llegue el día de verdad de los Juegos, yo no voy a parar de trabajar.

Por ahora no hay fecha de vuelta a la competición, incluso la World Cup de Enoshima –sede de vela de Tokio 2020- también se ha cancelado. A este paso la primera regata será la Christmas.

Sonríe. A este paso…la verdad que está siendo un chasco. Pensábamos que a lo mejor dentro de unos meses podríamos ir a Japón a entrenar, pero van suspendiendo todas las regatas a nivel mundial, pues no sabemos cuando va a poder ser.

Imagino que estáis replanteando la temporada, pero primero saber cuando va a haber regatas.

En realidad también estamos trabajando en un posible calendario y ya tenemos un borrador con las distintas posibilidades una vez se confirme el nuevo calendario. Hemos puesto como primera posible regata el Europeo que se debería celebrar en septiembre y el mundial en octubre, aunque aún no están confirmadas las fechas. Hemos ido poniendo varias regatas en el calendario y donde entrenar y estamos hablando con otros equipos. Así el primer día que se levante el confinamiento y nos permitan navegar poder ponernos en marcha rápidamente y no desaprovechar ni un solo día.

Vuestras rivales para la selección fueron las olímpicas en Río Bàrbara Cornudella y Sara López, pero ha sido una competición muy sana.

Sí, la verdad es que estoy muy contenta y la suerte de haber tenido una competencia sana entre los dos equipos. El trabajo de que esto fuera así fue en gran parte del entrenador Gustavo, que supo gestionar perfectamente a las dos tripulaciones para que no hubiera problemas, haciéndolo fácil para que pudiéramos compartirlo juntas. Cuesta de creer, pero gracias a que la cabeza del equipo pusiera las bases y nos ayudara tanto a las dos, para que estuviéramos unidas, y gracias a eso fue una selección muy buena aprendiendo unas de otras. Mejores compañeras de equipo no podíamos tener.

Tu vienes de una familia que vive la vela al cien por cien.

Tener una familia así básicamente lo hace todo. Para empezar, todo lo que se, desde la base me lo han enseñado ellos. Ahora que el camino ya es más profesional como el ir a unos Juegos, está mi padre que me ayuda en todo, material, planificación…Tener el apoyo de la familia, todos me entienden, todos navegan, la vida que llevo y las necesidades en cada momento y lo que es saber ganar y perder, esto me lo hace también muy fácil y que también la alegrías y las penas sean compartidas.

Tu padre, que fue entrenador olímpico, está muy implicado.

Sí, y en todos los aspectos. De hecho mi hermano David también nos está ayudando mucho grabándonos para poder ver como son nuestros entrenamientos. Todos muy implicados.

Conseguiste muchos éxitos en categorías juveniles con Paula Barceló y después de separaros, ahora seguís en el equipo olímpico pero en caminos diferentes.

Somos dos niñas que hicimos muy buena amistad y cuando nos separamos al Paula querer centrarse en sus estudios de Medicina, nos dio mucha pena. Ahora volver a coincidir en el equipo olímpico es una gran alegría, además de que también ha conseguido la plaza en FX, está haciendo muy buenos resultados y me hace muy feliz. Paula es una gran amiga más que otra cosa, somos de la misma edad, las pequeñas del grupo, nos entendemos muy bien y es un gran apoyo

El hecho de ser más joven del equipo olímpico ¿te condiciona?

En absoluto. Aquí somos varios de edades parecidas, aunque en realidad jóvenes y mayores nos llevamos todos muy bien. Tenemos todos un mismo pensamiento.

Y después de Paula llegó Patricia.

Sí, después de Paula tuve que buscarme una compañera. La primera sensación fue que con Paula lo estábamos haciendo muy bien y de pronto me quedo sin tripulante. Me puse a buscar, sabía que Patricia estaba ahí pero no había hablado con ella en la vida, me propusieron a ella por sus condiciones físicas, había hecho la campaña olímpica anterior con Ángela (Pumariega), pero había dejado de navegar. En España no había muchas tripulantes con su experiencia y fue una apuesta sin saber como podía salir. Yo que pensaba que estaba ya todo medio perdido pero lo intentamos, la llamé y no se lo esperaba. Me pidió unos días para pensárselo y colgó el teléfono. Me quedé en blanco pensando tenía que ser sí o sí. Además no teníamos casi tiempo ya que quedaba muy poco para el Sofía, y yo sin tripulante. Y a los dos días me llamó, y me dijo que había dejado de navegar, que estaba estudiando, pero que al final que lo íbamos a intentar. Yo solo le podía dar las gracias. Estuvimos entrenando una semana e hicimos el Sofía. Fue alucinante, de no conocernos y de llevar ella más de un año sin navegar, quedamos terceras. Tengo que dar gracias a Dios porque fue una gran suerte, y ahora ya conociéndola, es una deportista que está súper implicada, trabaja una barbaridad, tiene un carácter fenomenal, siempre positivo, cuando estoy algo decaída, ella siempre sale con buen humor, aunque ella tampoco esté bien. Es una alegría de niña. Ha sido un descubrimiento total.

¿Cuál es tu objetivo en Tokio?

El objetivo siempre son las medallas, claro. A quién no le gustaría tener una medalla olímpica. Hemos hecho podio varias veces en regatas importantes, pero es complicado porque las rivales directas son las japonesas, las inglesas y las francesas. Son tres y nosotros cuatro las que siempre estamos en podio. Es complicado pero nos vemos fuertes, somos jóvenes y el 470 se está volviendo muy físico con el tema del remar, ya que siempre que está la ‘oscar’, nosotras ahí tenemos mucha ventaja.

¿Tienes algún referente que sea tu espejo?

No soy muy de fijarme en referentes, pero a lo mejor Hannah (Mills), la inglesa de 470 es una persona que es una persona que de cierto modo admiré cuando empecé a competir, porque dentro de toda la gente la veía a una chica muy humilde y muy tranquila, discreta y simpática. Cuando comencé en 470 lo pasé un poco mal los primeros años porque fue llegar y otras tripulaciones te echaban de todos lados, no te dejaban casi hueco en la playa, nos quitaban de en medio…y en cambio ella era una de las personas que eso no lo hacía, y esto me llamó la atención. Además era buenísima y ahora poder ver que la hemos ganado varias veces, que competimos de tu a tu.

El 470 siempre ha sido un barco puntero en España y con muy buenos resultados.

Esperemos poder seguir la tradición, si Dios quiere. Ojalá podamos seguir dando la talla

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