Rio 2016 | Taekwondo

Eva Calvo, medalla en su estreno en unos Juegos

La taekwondista de Leganés se mete en la gran final y ahora sueña con el oro

Enviado especial a Río de Janeiro Actualizado: Guardar
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Aunque ella prefiere que se le reconozca por su trabajo antes que por las medallas, Eva Calvo ya tiene su recompensa. Ya ha cumplido un sueño. Este jueves, sin ningún tipo de presión, aunque era una de las grandes opciones del deporte español, se aseguró una medalla olímpica al derrotar en las semifinales a la egipcia Hedaya Wahba (1-0 en el punto de oro). Era una de la rivales más poderosas a las que se podía enfrentar la taekwondista que ha entrado en la historia en sus primeros Juegos Olímpicos. La madrileña, de 25 años, campeona de Europa y subcampeona del mundo, sufrió, pero también disfrutó sobre el tapiz del Carioca Arena 3, donde debió remontar un 3-0 en contra en sus dos primeros combates para alcanzar las semifinales y garantizarse después un merecido lugar en el podio.

Un puesto en la final que se disponía a disputar a partir de las 03:00 de la madrugada (hora española).

«No hay límite. El límite es el oro», insistía Eva Calvo antes de llegar a Río. Se ganó el derecho a pelearlo tras imponerse en una emocionantes semifinales a a su adversaria egipcia. Antes, derrotó en cuartos a la rival a la que no había ganado nunca y en la que más había pensado, la gigante iraní Kimia Alizadeh. No se arrugó contra ella. Acabó con la iraní, a quien hizo llorar, por 8-7, con suspense hata el último segundo. «He dicho: ‘Como me arrugue me arrolla. Con esa pierna...», comentaba radiente Eva Calvo tras plantarse en semifinales. El oro o la plata ya estaban a un solo paso y Eva Calvo exhibió en su penúltimo combate una fortaleza envidiable de gran deportista. Todo el trabajo y sacrificio de diez años dedicados al taekwondo se resumían ya en ese combate, y salió triunfante. Poderosa de físico, y también de cabeza. Hasta el llamado punto de oro que le abrió las puertas del Olimpo.

Ya en su primer combate también se vio obligada a remontar un 3-0 frente a la tailandesa Phannapa Harnsujin (6-5). Ahí comenzó su carrera hacia la gloria olímpica. Empezó a demostrar que estaba muy bien preparada mentalmente para la medalla. «Me ha costado, pero me he dicho: ‘A remontar. Mantén la cabeza fría’. No me suele pasar, pero he tenido calma y lo he conseguido. Sabía que iba a ser difícil. No he salido fría, pero me ha cogido con la guardia baja (para el 3-0 en el primer asalto). Los primeros combates siempre me cuestan», reconoció la número dos en menos de 57 kilos, «contenta» entonces por su reacción y rendimiento.

Después, tras haber ido de menos a más, le esperaba a la joven de Leganés la «gigante» iraní. Más difícil todavía, pero Eva Calvo volvió a exhibir lo mejor de sí misma. Otro 3-0 en contra, esta vez en el segundo asalto, obligaba a la española a tener que dar otra vez la vuelta el combate. «Parece que me he abonado al 3-0», declaraba radiante tras superar a la iraní, que en el último segundo reclamó el vídeo para intentar vencer, sin éxito, a la madrileña.

«Yo estaba segura de que no me había dado. He sufrido, pero a la vez he disfrutado. Es difícil de explicar», aseguraba la espontánea Eva en la zona mixta con su simpatía contagiosa. Ella, a quien tanto le cuesta remontar, estaba tan convencida de sus posibilidades que nunca dudó de su triunfo para pasar a las semifinales y tener la posibilidad dee garantizarse ya al menos una plata. «Me he hecho daño en el dedo», decía la risueña Eva tras ganar a la iraní. Ello no impidió que en su encuentro con la egipcia se mostrase también valiente, aunque con más prudencia que en las anteriores peleas, porque entonces, lo que estaba en juego ya era muy serio. Eva decía que no le importaba ganar o no medalla en Río. Que ella sabe lo mucho que ha trabajado y eso lo que cuenta. Pues ya tiene premio a tantísimo esfuerzo y tantas horas dedicadas a lo que es su vida, el taekwondo.

Joel, a por el bronce

Mientras, Joel González cayó, por 12-7, en las semifinales de la categoría de menos de 68 kilogramos de taekwondo ante el jordano Ahmad Abughaush y tendrá que pelear por el bronce en los Juegos Olímpicos de Río 2016. El gerundense, de 26 años, no podrá repetir el oro que logró en los Juegos de Londres 2012, aunque entonces triunfó en una categoría diez kilos más liviana.

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