Grada de preferencia

Un derbi después de la resaca

«Madrid y Atlético llegan pletóricos. Siguen en la Champions y han logrado aliviar sus finanzas»

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La resaca es de los dos, del Madrid y del Atleti. Viene de jugar dos finales en Champions. Se la jugaban a un solo partido y los dos salieron no solo ilesos, sino con solvencia. Uno, el Madrid, recuperó las noches de gloria y otro, el Atleti, demostró que sabe aguantar la presión y resolverla. Vienen ganadores, uno más, el Madrid, porque por arte del birlibirloque salió primero de grupo, en contra de todas las apuestas, y el Atleti porque en un grupo con el Bayern supo aguantar la presión de los que venían detrás.

Sobre el tapete del ajedrez que es el fútbol, los dos llegan pletóricos. No solo han pasado la fase de grupos, sino que, en un año tan trastornado como éste, han logrado que las finanzas se alivien. Es cierto que un derbi sin público en las gradas, como un partido de Champions, es una broma siniestra, una orfandad que se hace insoportable para este deporte que surgió, como el cine, a principios del siglo pasado como el gran fenómeno de masas, de gentes, de himnos, de pasión. Ahora todo se queda en un trámite burocrático, pero es lo que hay. El Atleti ha encajado dos goles, dos, en todo lo que va de campeonato, no ha perdido desde aquel lejanísimo febrero de este maldito año en el Bernabéu. Con una disposición que Simeone ha cambiado, para mejor. El Madrid se presenta con la lotería, el azar, que ha mostrado. Hoy gano a los grandes (Barça, Inter, Borussia) y mañana pierdo (Cádiz, Alavés). Preocupante porque nadie sabe qué Madrid saltará al césped del Di Stéfano. Es una ruleta rusa. Lo cierto es que si algo cabe pensar es que Zidane acierta cuando alinea a un equipo titular, que se conoce, que se siente cómodo, que sabe a qué jugar y a quién pasar el balón. Entonces, el equipo responde. Cuando, por razones varias, lesiones, cansancio, se decide por las rotaciones, la cosa se rompe, deambulan por el campo, se rompen las líneas y los huecos son abismos. Sin una figura que defina, Joao aún está en ello y Benzema hace lo que puede pero no es su papel, se enfrentan dos excelentes equipos. A pesar de la resaca europea será un gran partido, un exquisito plato de gourmet al que solo le faltará la salsa: el público, la esencia del espectáculo. Sí, es lo que hay.

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