Ander Herrera posa para ABC en Las Rozas
Ander Herrera posa para ABC en Las Rozas - IGNACIO GIL

Francia-EspañaAnder Herrera: «Me paso horas viendo National Geographic»

El centrocampista del Manchester United, que admite que ha dado un salto con Mourinho, busca hacerse un hueco en la selección española

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Ander Herrera (14 de agosto de 1989, Bilbao) es un futbolista normal, que habla como un chico normal y que tiene los gustos de una persona normal. Podría ser todo lo contrario e imitar lo que ve, pues ahora comparte vestuario en el Manchester United con los peinados de Pogba o los tatuajes de Ibrahimovic, pero él no se aleja de ese niño que creció obsesionado por el fútbol y que ahora acude con frecuencia a las llamadas de Julen Lopetegui para estar en la selección. Sufre por el Zaragoza (club de su infancia), adora la vida que tiene en Inglaterra, está encantado con ser padre y mantiene un interés poco usual en su gremio por lo que sucede en el mundo, seguramente el motivo que le llevó a matricularse en Periodismo.

No jugó en Gijón, pero es probable que lo haga mañana en París, amistoso de altos vuelos contra la poderosa Francia.

-¿Cómo sienta la selección?

-Me ha costado mucho venir. Llevo tres convocatorias seguidas y me he de ganar el seguir viniendo, pues estar con los mejores es lo máximo a lo que se puede aspirar.

-¿Un niño piensa en la selección o solo piensa en triunfar en un club?

-Yo tenía la ilusión de vivir del fútbol y de jugar. Además, he confiado siempre en mis cualidades e imaginaba que me podía llegar el momento, pero a este nivel no. ¡Qué va! Jugar en el equipo más grande de Inglaterra como el Manchester United y estar en la mejor selección del mundo, pues como que no... Hubiera sido ponerse el listón demasiado alto siendo un niño.

-¿Cómo era de niño?

-Muy futbolero, un chico normal. Muy de mis padres, muy familiar. Y sobre todo, loco por el fútbol. Mi madre me dice siempre que yo no he sido un niño, que desde muy pequeño he sido muy adulto, muy maduro. Tenía aficiones de niños mayores. Con uno o dos años me quedaba viendo el fútbol en la tele. ¿Para Reyes qué quieres? La equipación de un equipo, un balón, estas botas... Nunca he sido de juguetes, solo quería fútbol.

-¿Qué camiseta le hizo más ilusión?

-Tuve muchas, pero guardo, o no sé si aún la tendré, una que me regaló mi padre. Cuando era el secretario técnico del Zaragoza, de un viaje a Argentina me trajo la de Maradona, el «10». Era cuando volvió a Boca, que jugaba con esa franja en el pelo de color amarillo.

-¿Era su referencia?

-Bueno, mis ídolos eran los del Zaragoza, porque yo era de ese equipo y me tocó una época muy buena cuando era niño. Campeones de la Recopa con los Poyet, Nayim, Esnáider, Cáceres... Esos sí que eran mis ídolos, pero veía más fútbol del resto del mundo y por supuesto que Maradona era una referencia, por eso me hizo tanta ilusión esa camiseta.

-¿Cuándo se dio cuenta de que viviría de esto?

-En el filial del Zaragoza. En ese salto de juvenil hay muchos, pero el filtro se hace pequeñito y cuando subes al filial ves que puedes. Ahí destacas, empiezas a trabajar en el primer equipo... Pero como decía, no me veía jugador del Manchester United y de la selección española, no se puede imaginar eso.

-¿A usted le gusta el fútbol?

-Me encanta, me gusta muchísimo. Mi padre estuvo en el Zaragoza y en el Celta durante 20 años como secretario técnico, y con él hablaba mucho. Me pedía incluso consejo para fichar a jugadores y me pegaba a la tele para ver fútbol argentino y ver quién era bueno. Me gusta conocer y ver fútbol en general.

-¿Y lo que le rodea?

-Pues algunas cosas sí, y otras no tanto. Es cierto que se ha convertido demasiado en negocio, creo que cada vez el aficionado está más en segundo plano. Y para mí el fútbol no es nada sin los aficionados, nada de nada.

-¿Por qué se está alejando el fútbol de la gente?

-Pues porque las televisiones mandan, los ingresos marcan la toma de decisiones... No es normal poner partidos el viernes a las diez de la noche, o el lunes a la misma hora. Pero yo no voy a cambiar esto ahora. Yo soy un obrero del fútbol, pero digo lo que me gustaría. Quisiera volver a disfrutar de seis partidos a la vez los domingos a las cinco de la tarde, volver de viaje escuchando la radio, el carrusel, los goles... Me temo que eso ya es imposible, el dinero manda. Inglaterra cuida más al aficionado, y se debería aprender alguna cosa de ahí.

-Escuchaba el carrusel porque usted estaba obsesionado con cantar goles, ¿cierto?

-Bueno, bueno... Empecé Periodismo, pero no sé si hubiera ido encaminado al deporte. Algo hubiera hecho con el fútbol, pero no sé si periodismo deportivo. Es muy difícil, y ahora, además, tampoco estoy de acuerdo con muchas cosas de las que veo en el periodismo.

-¿Pero no hizo un curso de locución?

-No, no. Le cuento. Era como un campeonato para niños y teníamos que narrar goles. Y lo gané, pero de lo que no me acuerdo es qué gol canté. Seguro que sería del Zaragoza...

-¿Y por qué Periodismo?

-Me gusta contar lo que veo y creo que lo puedo hacer bien. Empecé por eso, pero no solo pensando en fútbol. También me gusta mucho el periodismo de investigación. Y veo también muchísimo National Geographic, me encantan esos medios con los que trabajan. Me paso horas.

-¿Pero de animales, o de países, viajes, paisajes...?

-Animales, animales. Llevo la idea de hacer pronto un safari. Me encanta.

-¿Prefiere ir a ver leones o bañarse con tiburones?

-¡Al tiburón le tengo un miedo que te cagas! Pero es cierto que me crea muchas incógnitas lo que es el mar. Sobre todo me gusta el león, la sabana africana, los elefantes...

-¿Viviría en el campo, entonces?

-No, soy de ciudad, muy de ciudad, y muy de centro de ciudad.

-¿Está puesto en actualidad?

-Lo que puedo. No vivo ausente a lo que pasa en el mundo, pero tampoco me considero un erudito que esté todo el día leyendo actualidad.

-¿El futbolista en general vive ajeno a la realidad?

-Hay de todo. Es un cliché y también es verdad que el futbolista tiene miedo a hablar con vosotros. Bueno, mejor hablar de respeto. Muchas veces das una entrevista de 20 minutos aprovechables y te meten un titular que... Al siguiente día, vas con el freno de mano. Esta entrevista yo la considero aprovechable, estamos hablando de todo, pero si me metes un titular que crea polémica, pues el próximo día igual no te hablo igual.

-¿Cómo está en Manchester?

-Muy contento, asentado, son tres años ya en el club más grande de Inglaterra y con el entrenador apropiado. Lleva ya siete u ocho meses en el club y hemos ganado dos títulos. No los más importantes, pero por algo se empieza. Estamos en Europa League, queremos entrar entre los cuatro primeros de la Premier para ir a la Champions... Soy optimista con lo que está creando Mourinho.

-Ha introducido usted su nombre. ¿Cómo es?

-Es directo, frontal. Si vas de cara y lo das todo, él te lo devuelve. Me ha dado una confianza tremenda para jugar. Es un entrenador de equipo grande. Maneja los egos de un vestuario, que hay mucho de eso. Sabe cómo gestionar un grupo tan importante y él asume toda la presión para que nosotros estemos tranquilos. Es muy listo. Con él he dado un salto.

-¿Mantiene relación personal?

-Sí, sí. Cuando fui padre estábamos en pretemporada y me dijo que me fuera tres días. Yo fui al nacimiento y volví al trabajo, mi novia lo entendía... Pero es un tío normal, muchas veces lo que se habla de él no es real.

-¿Le resulta más fácil ser futbolista en Inglaterra?

-Muchísimo más. Yo valoro y admiro muchísimo a los jugadores del Madrid y del Barça. Tienen un mérito... Todos los días en la prensa, en los programas... Es un mérito brutal. Nosotros estamos alejados del día a día de la prensa. La distancia entre el periodista y el futbolista es mayor y eso hace que se respete mucho más tu entorno y tu intimidad.

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