Fórmula 1 | GP de ChinaHamilton exprime el Mercedes

La resurrección del Ferrari obliga a Hamilton a exprimir el Mercedes. En vez de pasear y fumar mientras gana como en las últimas temporadas, el inglés tiene que apretar la mandíbula y sacar lo mejor de sí mismo y de ese coche. Así lo hizo en China, donde ganó por quinta vez en su vida. Fue en una remontada maestra de Verstappen, del decimosexto al tercer lugar. Sainz logró un estupendo séptimo puesto. Y Alonso volvió a abandonar: segunda retirada en las dos primeras carreras, lo nunca visto en su trayectoria deportiva.

Tensión en Shanghái en un inicio de gran premio marcado por la duda de siempre. ¿Qué hacer si chispea? Ligera llovizna, chirimiri, orbayu. Los líos habituales de la estrategia y las ruedas.

Carlos Sainz fue el más osado al montar neumáticos de seco y por ahí vio alguna perspectiva de éxito, pero rápidamente todo volvió a la normalidad. Todos cambiaron ruedas, los coches de seguridad asentaron el riesgo y Hamilton tomó la cabeza.

Mercedes parece que tiene que ganar por inercia, pero no. Ese coche ya no estan poderoso y la diferencia son las manos del piloto. Las manos maestras de Hamilton. Bottas, su compañero al que un ingeniero llamó Nico en recuerdo fallido de Rosberg, concluyó sexto, con errores de conducción y poco atrevimiento.

Arrojo no le falta a Verstappen, que pudo culminar una obra colosal en un circuito excitante. Salió el decimosexto y acabó tercero, con pasadas increíbles, adelantamientos suicidas y una salida para enmarcar. Verstappen será pronto un campeón si las confluencias coche-motores-piloto no fallan.

Ferrari ha crecido mucho. Vettel lo demuestra. Primero en Australia, segundo en China. Poderoso coche, motor veloz y fiable, y Vettel solvente a los mandos.

Un desastre para McLaren otra vez. Vandoorne se retiró en la vuelta 19 por un problema del combustible y Alonso en la 35 por un palier defectuoso. Están haciendo la pretemporada, mientras los demás coches y pilotos progresan varios cuerpos por delante.