Alonso y Ferrari, cordial reencuentro en Monza

Hace cinco años Fernando Alonso se hizo un selfie que guarda con especial cariño en su disco duro. Una foto en el podio del circuito de Monza, con una multitud de tifosi al fondo en un decorado que anunciaba lo que no fue: días de vino y rosas entre el piloto y la mítica escudería italiana. Alonso ganó el Gran Premio de Italia de 2010 entre el delirio de los seguidores del "cavallino rampante". Un año atrás, el español dejó Ferrari y se encaminó hacia una arriesgada aventura en McLaren-Honda. Ha regresado al circuito fetiche de la escudería roja y no ha encontrado reproches, sino respeto y calor.

El piloto aterrizó el pasado jueves en Milán-Malpensa y se dirigió directamente al circuito de Monza.

Cuarenta minutos de camino por territorio Ferrari cien por cien.

En la vetusta pista del parque de Monza cumplimentó una sesión de autógrafos con los fogosos hinchas italianos, que viven su pasión por Ferrari con el mayor entusiasmo futbolero. Ni un solo incidente, ningún reproche a la vista, nada que echarse en cara entre el piloto y los seguidores de Ferrari. Por suerte, la Fórmula 1 no es el fútbol y sus odios irreconciliables.

Ahora vestido de McLaren, Alonso se muestra cariñoso en el recuerdo a su antiguo equipo: "Ha sido increíble el recibimiento, tanto en la sesión de autógrafos como en el recorrido hasta el circuito. Ha sido muy bello regresar aquí. Esperemos que Ferrari pueda hacer una buena carrera y acercarse a Mercedes".