DEPORTES

Así en el campo como en el palco

ATLÉTICO SANLUQUEÑO

Juan Cala compagina su trabajo como central cadista con su labor de dirección al frente del Atlético Sanluqueño

Juan Cala, en el césped de El Palmar tras el Atlético Sanluqueño-San Roque de Lepe. L.V.

Álvaro Mogollo

Sanlúcar

El futbolista lebrijano Juan Cala es alguien inquieto. Además de ser jugador de élite, ahora está inmerso en el nuevo proyecto del Atlético Sanluqueño, que encabeza junto al también futbolista Coke Andújar, ahora en el Ibiza. Y además de ello, también tienen varios negocios que llevan conjuntamente.

El central, titular en el último partido liguero antes del Mundial y firmando una actuación notable en el Santiago Bernabéu, fue cociendo su entrada en el club de El Palmar a fuego lento. Después de varias aproximaciones y tanteos, en el pasado mes de febrero se conoció abiertamente su intención de tomar las riendas verdiblancas si los socios sanluqueños aceptaban la propuesta de convertir la entidad en sociedad anónima deportiva.

Para cumplir ese paso indispensable, Cala se reunió con actores relevantes entorno al club: empresarios patrocinadores, el consistorio municipal y con distintos grupos de aficionados. Estos últimos incluso delegaron en gran número su voto en favor del futbolista para que votase sí a la conversión en la asamblea celebrada en marzo y que salió adelante tal y como se esperaba.

Desde aquel momento, tanto el cadista como el que fuera lateral de Rayo Vallecano, Sevilla, Schalke 04 o Levante, comenzaron a tomar decisiones en el club. Las primeras, en el ámbito deportivo. El exfutbolista Mario Fuentes llegó para formar parte de la dirección deportiva del club y Paco Cala, hermano del central, fue designado hombre fuerte de la cantera verdiblanca, fuente inagotable en los últimos años con productos como Nolito, Jurado, Salvi, José Carlos Lazo, Marc Cardona, Kike Márquez o Lolo González, entre otros. Precisamente en ese área tienen los nuevos dirigentes grandes esperanzas puestas porque entienden que es imprescindible para el crecimiento de la entidad.

Aunque su llegada fue en plena temporada, eran conscientes de que no era lo mismo mantener la categoría que empezar a planificar la campaña en Segunda RFEF. En el tramo final, los malos resultados propiciaron el cese del técnico bornense Manolo Sanlúcar, que vino a sustituir a Pedro Buenaventura, y apostaron por Antonio Iriondo para las últimas tres jornadas. Con el entrenador vasco se sumaron siete puntos de nueve posibles y a punto estuvo de lograr la machada, pero el descenso se consumó.

Durante el verano llegó el momento de arrancar el proyecto desde cero, al gusto de los nuevos dirigentes. Juan Torres, padre del defensa que llegó al Cádiz desde Las Palmas, asumió la presidencia, y los dos futbolistas pasaron a la vicepresidencia. Se dio continuidad a Iriondo y se hizo una plantilla nueva en la que se combina la juventud de talentos emergentes, futbolistas que pueden romper, y expertos veteranos que dan un plus de calidad al equipo como Airam Cabrera, Martí Crespí o Gonzalo Poley. Incluso se llegó a especular que Coke Andújar pudiese vestir la verdiblanca, pero finalmente firmó por el Ibiza, lo que le hace estar momentáneamente más alejado físicamente del club. Pese a ello, los aficionados confían en que ambos dirigentes acaben jugando en el Sanluqueño antes de retirarse.

En las últimas semanas de agosto surgió la opción de que el Sanluqueño ocupara la plaza del DUX en Primera RFEF, pero al final fue para el Talavera. Y también hubo lugar para la polémica con la salida de un jugador icónico como Güiza, que tras varias temporadas en El Palmar, se fue a la Algaida argumentando una deuda no saldada del Sanluqueño. Y un conflicto con el Atlético Baleares que tiene visos de acabar en los juzgados, porque el joven mediapunta Miguelete, titular en el equipo balear en la tercera categoría nacional, se fue del Atleti sin que se pagasen los 100.000 euros del traspaso que exigían desde Sanlúcar.

El presupuesto del club no es de los más altos de la categoría, pero el propio Cala ha expresado en alguna ocasión que la idea es optimizar los recursos hasta que el Sanluqueño sea autosuficiente. En ese sentido, en el económico, Cala y Coke tuvieron que hacer un importante desembolso para asumir la ampliación de capital exigida por el Consejo Superior de Deportes, en el que se incluían las deudas existentes. Además, hay que recordar que el club recibió, tras una inspección realizada el año pasado, una cuantiosa multa de la Seguridad Social que asciende a una cantidad cercana a los 400.000 euros.

Y hace un mes llegaba un revés inesperado cuando una jueza dictaba la paralización de la conversión del club en sociedad anónima deportiva por una denuncia de un grupo inversor americano que aseguraba haber llegado a un acuerdo previo al de Cala y Coke con el anterior presidente para hacerse con el control del Sanluqueño una vez que dejase de ser propiedad de sus socios. De momento, en el seno del club hay tranquilidad al respecto y esperan que la situación se resuelva.

En lo deportivo, la idea de juego de Iriondo va calando poco a poco en sus pupilos y el equipo está a las puertas del playoff, empatado a puntos con el Betis Deportivo. Esta jornada ha sumado tres puntos importantes en un partido frente al San Roque de Lepe, que quedó 4-3, y Juan Cala, que el sábado cumplió 33 años, estuvo presente en el palco y posteriormente en el campo felicitando a sus jugadores. Durante el partido no paró de hablar, por teléfono y con sus acompañantes, entre los que se encontraba Manuel Vizcaino Melero, hijo del presidente del Cádiz y que también está inmerso en labores administrativas dentro de un Sanluqueño que tiene muchas esperanzas puestas en el futuro.

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