Servando, uno de los baluartes de la zaga. A. V.

J. M. A.

El empate ante el Almería ha provocado sensaciones agridulces en el aficionado cadista. Queda el regusto amargo de que se escapa la oportunidad de dar un salto de tres puntos frente a un adversario de la zona baja y en el propio Carranza. Además, la imagen tediosa de la primera mitad no eleva precisamente la moral. Es un hecho que el Cádiz no ganaba un punto el viernes, sino que perdía dos, y que se pueden escapar los enemigos que le preceden en la tabla clasificatoria.

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