Europeos de atletismo

Ruth Beitia ejerce de hermana mayor

La campeona olímpica de salto de altura se estrena como enlace entre la Federación y los atletas españoles

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Ruth Beitia ya no se sienta con vistas a los medios de comunicación en las ruedas de prensa, cara al público, protagonista por expectativas y trayectoria, sino de espaldas al bombardeo de preguntas. Desde su butaca aprecia la sonrisa y la ambición que transmiten Ana Peleteiro, Bruno Hortelano, María Vicente y Óscar Husillos. El año pasado en el Mundial de Londres, como el anterior en los Juegos de Río, como tantos veranos, la atleta cántabra era el foco de atención por sus méritos deportivos. En el Europeo de Berlín ha girado el periscopio: ahora ejerce de hermana mayor, de capitana en la sombra, un enlace entre la Federación –cuyo presidente Raúl Chapado quiere contar con ella para el futuro– y los atletas que hasta hace nada eran sus compañeros.

Después de una vida de plena dedicación, éxitos, chascos y ese oro olímpico que lo compensó todo, la naturaleza retiró a Ruth Beitia de la competición. Sus problemas con la artritis reumatoide la apartaron al fin. Hace doce meses, en un hotel junto al Támesis y al Puente de Londres, la santanderina hablaba, como sus colegas en la selección, de dolores, lesiones y malestar general. Ayer se contagió del espíritu que emana de la nueva hornada que encabezan Hortelano, Peleteiro, Husillos o Vicente. Nadie habló de aflicciones o contracturas, ni una sola mención a los achaques.

Ganas y ambición

«La savia nueva pisa muy fuerte, ya lo estamos viendo –declaró la campeona olímpica–. Tenía que retirarme yo para que llegase esta gente con tantas ganas de luchar y ambición por triunfar».

Desde su nueva posición, de espaldas e integrante del staff federativo, Beitia escucha a Ramón Cid, director técnico del equipo, decir que esta generación de atletas «sonríe muy bien». Es una descripción afortunada que retrata la frescura, la transparencia y el buen tono de un grupo que contagia la ilusión. En Berlín solo hay caras risueñas, a la espera de la pista del viejo estadio Olímpico otorgue o quite razones para ese optimismo.

«Física y mentalmente me siento capaz de bajar de 20 segundos en los 200 metros», comenta Bruno Hortelano . «Me gusta ver la carrera de Birmingham (el Mundial en pista en el que fue descalificado por pisar la raya) porque al tipo que destrozó a sus rivales. Y eso me da fuerza», cuenta con seguridad Óscar Husillos, aspirante a medalla en 400 metros. «Iván Pedroso me dice que estoy preparada para llegar a dónde yo quiera», ensalza Ana Peleteiro, de triple salto. «Quiero disfrutar de este ambiente, es un sueño estar aquí con estos atletas. Tengo presión cero, porque este año ya lo tengo todo hecho», dice la benjamina María Vicente , de 17 años.

Esa atmósfera de algarabía y futuro gestiona desde el domingo Ruth Beitia en un cargo de confianza de parte de Raúl Chapado. «Estamos viendo que muchas promesas que apuntaban cosas importantes se están haciendo realidad –asegura la cántabra–. Me complace ver que tenemos un atletismo muy europeo, con presencia en todas las pruebas y sectores. Eso habla de poseemos salud y ganas de competir y hacer las cosas bien».

Las gentes del atletismo español han izado la bandera de la esperanza en un porvenir productivo. Así lo explicaba Ramón Cid. «Llevo seis años como director técnico de la Federación. Y hace seis años me dicen muchos que el atletismo español estaba muerto, que no había futuro. Yo decía que no era así porque veía lo que venía por detrás. Hoy tenemos un equipo sin complejos, que se centra en su propia mejora».

En ese caudal de júbilo, la primera jornada de Europeo dio un baño de realidad a la expedición. Aunque era más o menos previsible, los diez atletas españoles que participaron fueron eliminados . Javier Cienfuegos abrió el campeonato con un lanzamiento de martillo de 72,76 metros, pero no pasó (se pedían 76), decimoquinto.

Ángel David Rodríguez fue quinto en su serie de 100 metros y no franqueó la ronda (10.55). Ekobo y Chinedu Ike también cayeron en la prueba de velocidad. Maribel Pérez fue eliminada en los 100 metros (11.70) junto a la barcelonesa Cristina Lara (11.65). A ambas le queda el relevo.

Carlos Tobalina no superó la clasificación de peso, que se disputó en el centro de la ciudad y no en el estadio. Con un lanzamiento de 19,41 se quedó fuera de la final a la que aspiraba.

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