El equipo libre, también quinto

Hay ritmo, talento y voluntad. El equipo español de natación sincronizada tiene cerca el podio, pero en Kazán se han visto desplazadas a la quinta plaza y se lleva la lección aprendida: todos los países han aumentado la exigencia. Porque desde la octava hasta la primera plaza la competencia se ha multiplicado.

España presentaba una rutina libre con mucha velocidad, dificultad y una sucesión de figuras que hacen de su «Tropical» un ejercicio muy vistoso y atractivo. Falta pulir la técnica, acercarse a la pulcritud con la que Rusia se acerca a la perfección, China les sigue la estela, Japón recupera el podio mundial y Ucrania araña décimas hacia la tercera posición.

La final alentó a las chicas, que consiguieron medio punto más que en la ronda preliminar, pero el podio quedó todavía demasiado lejos: a un punto y medio.

Esa brecha que comenzarán a acortar en cuanto pongan rumbo a Río 2016, pues la rutina de equipos sí otorga gloria olímpica en forma de medalla. En Brasil contarán con su lideresa, Ona Carbonell.