Contador vuelve a tropezar con la desgracia

En el viaje hacia Pra Loup, donde hace 40 años Thevenet acabó con el mito de Merckx, que perseguía una sexta victoria en el Tour para romper el desempate con Anquetil, dos notables sufrieron la bofetada de un deporte duro como pocos. Abandonó Van Garderen, enfermo, y perdió un tiempo precioso Contador, 2:14, tras sufrir un pinchazo y una caída en el descenso del Col d'Allos. Resistió Froome (sin compañeros en los últimos kilómetros) los arreones de Quintana, y ganó la etapa el alemán Simon Geschke, que se despegó de sus compañeros de fuga en el penúltimo puerto de la jornada.

[Así hemos contado la etapa]

La etapa se jugó en dos escenarios, como suele ser habitual en este Tour: el de un grupo numeroso de fugados y el del pelotón (cada vez menos nutrido) de los favoritos.

Por detrás ocurrieron cosas importantes desde el Col de Saint Michel, donde Contador intentó sin éxito una de sus escapadas de largo recorrido, y donde Van Garderen, enfermo, puso pie en tierra, abriendo el podio para Valverde.

En el Col d'Allos, Simon Geschke atacó a sus compañeros de escapada y abrió camino, con Pinot persiguiéndole (y cayéndose sin consecuencias graves) en el descenso. En esa vertiginosa y técnica bajada se la jugó Nibali, como estaba cantado, para poner en dificultades a Froome, que no acaba de entender que el italiano está muy lejos en la general y no merece la pena jugársela con él. Fue entonces cuando Contador topó con la desgracia y perdió contacto con sus rivales.

En la ascensión a Pra Loup tomó la responsabilidad Movistar, que hizo sangre con el descolgado Contador. Lo probó Quintana varias veces, ataques escasos de pólvora a los que Froome respondió sin problemas. El gran duelo para las tres etapas alpinas que quedan está servido, por si había pocas dudas, entre el británico y el colombiano, con el factor Valverde a la espera, siempre que Movistar tome riesgos.