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Purito triunfa en los muros del País Vasco

Gran victoria del español, en sequía desde hacía 378 días, tras superar la terrible cuesta de La Antigua junto a Quintana y Henao

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La Vuelta al País Vasco, que se celebra estos días por el norte de España, entregó un regalo para los amantes del ciclismo en el curso de la tercera etapa: el muro de La Antigua. Una pared a las puertas de la localidad de Zumárraga que desprendía el aroma natural de estas fechas en el pelotón: las clásicas. Ahí se impuso Purito Rodríguez en otro día de fábula para su equipo, el Katusha. Kristoff, el tipo de moda en el pelotón, también ganó el GP Escalda después de sus cinco victorias de la semana pasada incluido el Tour de Flandes.

La Antigua rezuma la pasión ciclista del País Vasco combinada con la tradición de la primavera. No hay otro argumento de aquí al Giro que los trazados en serpentina de las clásicas, los muros belgas de Flandes y sus carreras satélites, las colinas de la Amstel Gold Race, los adoquines de Roubaix.

Una formidable cuesta de dos kilómetros con tramos del 20 por ciento al puro estilo Mortirolo.

Ciclistas reptando como culebras de lado a lado, cuando no con el pie a tierra en modo ciclocross ante la exigencia del tramo final donde se corona la agonía. Y al frente de todos ellos, el Movistar para Nairo Quintana, cerrando la discusión y apretando el paso.

No se marchó el colombiano en La Antigua, aunque se le vio cómodo, sin levantarse del sillín en los terribles porcentajes. Lo hizo su compatriota Henao, el que cortó a los favoritos. Quintana, Henao y Purito emigraron hacia Zumárraga y el sprint fue una película de perros viejos. Purito no quiso comerse el aire y consiguió colocarse tercero para lanzar desde ahí el derrote y remontar a Henao ante la dimisión de Nairo.

Hacía tiempo que Purito no levantaba el pulgar. 378 días. Más de un año y medio. Demasiado para un matador como él.

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