Las españolas comienzan discretas en la fiesta de Lydia Ko en Mission Hills

El primer grande de la temporada femenina de golf tuvo una celebración de relumbrón en su primera jornada: la número uno mundial, Lydia Ko, se presentó a lo grande igualando el registro de Annika Sorenstam de 29 rondas consecutivas bajo par. Esta marca, sólo al alcance de las privilegiadas (empieza su octavo torneo consecutivo ganando siempre a los campos), deja claro que la neozelandesa está tocada por la varita mágica del talento: ha llegado a esa cifra con sólo 17 años con la presión de demostrar ser la mejor del planeta durante los dos últimos meses.

En California se presentó sin presión, aparentemente, y acompañada de su gurú David Ledbeatter. Mas su primera jornada no marchaba muy allá y, a falta de dos hoyos estaba al par del campo.

"Ni me acordaba del record; estaba más preocupada por los altibajos del día que otra cosa", reconoció después con su sonrisa pícara de niña buena. En efecto, después de cuatro "birdies" y otros tantos "bogeys" necesitaba apretar en sus dos últimos hoyos y acabó a lo grande, dejando la bola colgando del hoyo en el hoyo 8 (empezó por el 10), lo que le sirvió para rebajar el golpe que le faltaba.

Para el público local, por otra parte, la heroína fue Morgan Pressel. La de Florida, que ya sabe lo que es ganar este torneo, acabó como líder con cinco bajo par y demostró que traviesa por un gran momento de forma (acabó decimoquinta la pasada semana). Por lo que respecta a las españolas, tuvieron un día complicado que sacaron adelante cada una a su manera. Belén Mozo, que fue la que firmó una mejor tarjeta (+1), superó los malos momentos a base de garra, pues "las españolas somos muy buenas y no nos dejamos llevar por los inconvenientes", señaló con su gracejo andaluz. Las tres navarras, curiosamente, firmaron un golpe más después de diversas vicisitudes. Beatriz Recari fue bajo par hasta el hoyo 14, cuando un "bogey" le sumió en unas dudas que le llevaron a otro doble en el 16 que le estropearon la tarjeta. "Pero soy consciente de que todo se debió a un mal golpe; el resto del día jugué muy bien y de forma consistente, no hay de qué preocuparse", relató. Para María Hernández la tarde fue un auténtico calvario, ya que comenzó con dos hoyos perdidos y eso es difícil de recuperar. "Lo mejor es que no me vine abajo, me agarré al campo y conseguí no descolgarme", confirmó. Por lo que respecta a Carlota Ciganda, tuvo momentos brillantes y otros horrorosos en los "greens", lo que le permite ser optimista de cara al futuro inmediato. "Sólo necesito tener un poco más de acierto con el 'putter', pues estoy jugando bien _señaló_. No estoy lejos de la cabeza y aún queda mucho torneo."