Ángel Jiménez, en un pase de pecho
Ángel Jiménez, en un pase de pecho - JUAN FLORES
Toros

Temple al natural de Ángel Jiménez que salva la de Partido de Resina en la Maestranza

El sevillano da una vuelta al ruedo tras negarle el palco la oreja. David Martín y Antonio Medina, sin opciones

Sevilla Actualizado: Guardar
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La vuelta de los pablorromeros a la Maestranza gustó a parte del público, que aplaudió de salida y en el arrastre a varios ejemplares, pero lo cierto es que la de Partido de Resina fue muy complicada y deslucida para la terna de novilleros. Solo Ángel Jiménez dio una vuelta al ruedo tras negarle el presidente, que se ganó una bronca, la oreja del primero.

El astigitano no se lo pensó para ir a chiqueros a recibir a «Gallareto», que tenía nombre de toro de triunfo. Así se llamaba el de Victorino, premiado en la Feria de Abril de 2008. El novillo de Partido de Resina, con nobleza aunque con la carita a media altura, sirvió para que el sevillano formara un lío con la zurda con naturales de exquisito trazo, en una faena de temple y gusto que comenzó por estatuarios.

La estocada cayó arriba pero el astado, aplaudido en el arrastre, se resistió a doblar y el novillero a coger el descabello.

En el cuarto, un precioso astado aplaudido de salida que se empleó en el caballo y apretó en banderillas pero difícil en el tercio final. Jiménez estuvo dispuesto y dejó detalles de su concepto al natural antes del mitin con el descabello.

A portagayola también se fue David Martín para recibir al manso segundo que exigió mucha firmeza dado que fue siempre a su aire en la muleta y acabó poniéndose peligroso. El sevillano pasó apuros con la espada y fue silenciado. Se repitió la historia en el quinto que manseó de salida, recibió castigo en varas pero sacó casta en la muleta y pidió el carnet de matador. Martín, con tres festejos el año pasado, lo intentó tras el brindis  y pasó otro mal rato con el verduguillo.

Antonio Medina, que se presentaba en la Maestranza como triunfador de promoción, estuvo dispuesto con el tercero. Brindó al público una labor de largo metraje en la que hubo naturales estimables pero que no llegó a tomar vuelo. Asomaron algunos pañuelos y saludó la ovación. Otra gran ovación se llevó el sexto al salir al ruedo, un torito al que saludó con una larga de rodillas y se lució con el capote. Poco historia en la faena que refrendó con una buena estocada. 

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