Victorinos en la primera corrida cervantina de la historia

La primera corrida cervantina, que se celebrará el 23 de abril en Alcalá de Henares, contará con una victorinada. Los toros de la A coronada serán protagonistas en este festejo especial, en el que harán el paseíllo Rafaelillo, Manuel Escribano y Chechu, triunfador el pasado agosto al indultar un toro de Buenavista.

El mundo taurino quiere rendir de esta manera tributo al llamado Príncipe de los Ingenios en tan señalada fecha, jornada de los Premios Cervantes. Si ya existe la goyesca o la picassiana, el próximo abril se estrenará la corrida cervantina y la idea es que los actuantes vistan como en el Siglo de Oro para lidiar los toros de Victorino.

El cuarto centenario la muerte de Miguel de Cervantes marca la agenda cultural de 2016, con más de sesenta grandes actividades prevista por toda España, como la magna exposición de la Biblioteca Nacional.

El Gobierno creó el pasado año la Comisión para la Conmemoración de esta efémeride, con carácter de «acontecimiento de excepcional interés público», con los Reyes como presidentes de honor.

En «Don Quitote de la Mancha», joya de la literatura universal, no faltan la referencias a los toros, como en el maravilloso capítulo donde Don Quijote habla del desagradecimiento como el pecado mayor de los hombres, por encima de la soberbia. En el texto aparecen referencias como esta:

—«¡Ea, canalla, para mí no hay toros que valgan, aunque sean de los más bravos que cría Jarama en sus riberas! Confesad, malandrines, así, a carga cerrada, que es verdad lo que yo aquí he publicado; si no, conmigo sois en batalla», dice el famoso hidalgo en las páginas literarias.

Genial es la conferencia que ofreció Ignacio Sánchez Mejías en la Universidad de Columbia-Nueva York en 1929, donde sentenció que Don Quijote, «con el cuerpo lleno de heridas, de cornadas que le han dado los toros», es el mejor de los toreros españoles. «Don Quijote fue el primer en descubrir que el mundo tenía la forma del ruedo, que el mundo era redondo por los cuatro costados. Y, como sabía torear, cuando vio que el toro le comía el terreno, lo cambió de tercio a medio: más claramente, lo pasó de la mitad vieja del mundo a la otra mitad: lo trajo al nuevo mundo. Y eso solo lo puede hacer quien sea capaz de torear a todos los toros en todos los terrenos. Don Quijote lo hizo y, en el esfuerzo, se abrieron sus heridas y se derramó casi toda su sangre», pronunció.