Concierto

Luísa Sobral: «Ya no tengo ganas de cantar en inglés porque ahora estoy muy enamorada de mi idioma»

La cantante portuguesa actúa este jueves en Sevilla en la primera jornada del festival Nocturama, que durará hasta el sábado

Luísa Sobral actúa este jueves en Nocturama ABC

Andrés González-Barba

Luísa Sobral (Lisboa, 1987) actúa este jueves en la primera jornada del ciclo Nocturama , que durará hasta el sábado. La cantante portuguesa, autora del tema con el que su hermano Salvador Sobral ganó Eurovisión, ‘Amar Pelos Dois’ , protagonizará un concierto íntimo con influencias del jazz.

¿Qué siente al volver a actuar en Sevilla y en un festival tan consolidado como Nocturama?

Me hace muy feliz porque la última vez que toqué en Sevilla fue en un evento privado, solo para invitados, y tenía muchas ganas de hacer un concierto más normal, para todo el mundo. Me encanta Sevilla, aunque estoy segura de que hace mucho calor, pero estoy muy contenta igualmente.

Usted se hizo muy popular después de que su hermano Salvador ganara el festival de Eurovisión 2017 con la canción que usted compuso, ‘Amar Pelos Dois’. ¿Cómo vivió esa época?

El cambio fue realmente para Salvador, para mí no tanto. Para él sí que fue muy drástico y pasó todo muy rápido, pero yo ya hacía conciertos y giras antes de Eurovisión, y de hecho en España había tocado un montón. Cuando salió mi primer disco, en España estaba en el top del jazz. Así que no creo que haya cambiado tanto para mí. Lo que sí ha cambiado es que hay más gente que me llama para componer o escribir, ya que antes pensaban que lo hacía solo para mí. Y eso es increíble porque me encanta escribir para otras personas. Es una segunda pasión.

¿No cree que Eurovisión se ha banalizado demasiado y que canciones como la suya son apuestas que van más al corazón que a lo comercial?

Cuando decidimos participar en la competición previa en Portugal, nunca pensé en Eurovisión porque jamás creí que pudiéramos ganar. Esa competición es, de hecho, muy famosa en mi país. No obstante, los años anteriores, en mi opinión, estaba en declive, las canciones eran cutres y entre los músicos comentábamos que no representaba la música que estábamos haciendo en Portugal. Quizás por eso invitaron a compositores portugueses, para que fuera un poco más real y reflejara la escena del país. Así que me dije: «Tengo que hacer algo para cambiarlo». Yo escribí esa canción porque me parecía bonita y pensé que podía quedar preciosa en la voz de mi hermano. Y no porque quisiera ir a Eurovisión, nunca pensé en una victoria. Mi hermano es un cantante increíble y aunque la canción es bonita, no pensé que a la gente le pareciese adecuada para Eurovisión. Pero nosotros estábamos contentos, nos gustaba la canción y eso era lo importante. Después fue una locura. Y cuando llegamos a Eurovisión vimos que llevábamos una canción que no cuadraba nada con el resto de músicas, y por eso creo que fue tan especial. Hay mucha música buena en todos los países pero no es necesariamente la que se ve en el concurso. Por eso creo que ‘Amar Pelos Dois’ ha sido una flor en el asfalto. Era rara, distinta, y eso tuvo un gran impacto.

Por su estilo de música se le ha asociado a grandes nombres del jazz como Ella Fitzgerald, Billie Holiday, Chet Baker, Marc Ribot… ¿Piensa que en cierto modo le puede deber algo a todos ellos?

¿Algo? ¡Todo! Y eso que al principio no escuchaba jazz, porque en mi casa nuestro padre no solía oírlo. Pero cuando empecé a estudiar, Ella Fitzgerald y el resto de esos músicos fueron una inspiración muy grande. Cuando aprendes un idioma -y el jazz es un idioma- tienes que imitar, escuchar, hablar y aprender palabras. Así que empecé a escuchar mucho a esos artistas y creo que algo se ha quedado en mí, aunque son demasiado geniales para compararme con ellos. De hecho, el otro día estaba grabando una canción para un disco de big band y salió un poco la Ella Fitzgerald que hay en mí. La música que hago ahora ya no tiene mucho de jazz pero siguen siendo inspiraciones muy hondas.

Usted ha cantado tanto en inglés como en portugués, ¿qué diferencias fundamentales encuentra a la hora de afrontar discos en ambos idiomas?

Ya no tengo ganas de cantar en inglés porque ahora estoy muy enamorada de mi idioma. Quiero descubrir maneras y palabras bonitas para decir las cosas en mi lengua. También porque descubrí que cuando canto una canción en portugués, muchas veces logra emocionarme. En inglés no pasa eso. Porque no es un idioma que esté conectado directamente con mi corazón y necesité un tiempo para entenderlo. A veces me sucede que no puedo terminar una canción en portugués porque me da ganas de llorar, y eso no me ocurre con el inglés. No es mi idioma, no lo hablo con mis hijos o con mi marido, y no está conectado directamente, ya que hay en medio una parte de traducción que le quita corazón.

¿Qué es lo que queda de esa niña que con 16 años se hizo muy popular gracias al programa televisivo ‘Ídolos’?

Queda la pasión por la música. Y también saber que quiero aprender siempre más, y eso ya lo sabía desde los 16. No solo de música, sino también de muchas otras cosas.

¿Por qué decidió dar el salto hacia los Estados Unidos poco después?

Justo por eso, porque quería aprender más, mejorar mi inglés y ver mundo. Quería conocer otras culturas y vivir nuevas experiencias. Y porque sabía que necesitaba descubrirme en la música. Cuando estás en un programa televisivo como ‘Ídolos’ cantas un poco de todo, y eso te priva de tu propia identidad. Yo quería ir en busca de la mía.

Luísa y Salvador Sobral celebran el triunfo de Portugal en Eurovisión en 2017 AFP PHOTO / SERGEI SUPINSKI

¿Qué supuso aprender jazz en el Berklee College of Music?

Ha sido la experiencia de mi vida, la razón de todo lo que hago y de cómo lo hago. Conocí a muchos compañeros de todo el mundo, pude hacer mi música y componer cosas distintas. También aprendí sobre arreglos y producción musical, a la que ahora también le dedico tiempo. En resumen, pude ver la música como un todo. Eso me dio mucha confianza, sobre todo en lo que a producción se refiere. Ahora cuando estoy con mi banda sé lo que quiero y no dudo demasiado. Eso se debe a mis estudios. Tengo confianza en mis decisiones y eso es porque fui a una buena escuela, y salí de allí con las competencias necesarias. Tengo muchos amigos de esa época, de varios países, y a veces cuando viajo nos encontramos o vienen a visitarme. Es muy bonito.

¿Piensa que a pesar de que somos países vecinos en España hay un gran desconocimiento sobre Portugal en general?

Aunque cuando voy a España la gente es super simpática, creo que en España no se conoce mucho a los músicos portugueses. Y nosotros tampoco conocemos muchos músicos españoles. Cuando me invitaron a componer con Zahara yo no la conocía y en España es bastante famosa. No hay tanto intercambio porque en España se escucha mucha música en español y no tanta en portugués. Pero siempre que voy la gente es increíble y los periodistas están muy preparados. A mi hermano y a mí nos encanta tocar allí y sentimos España como si fuera una segunda casa. La experiencia es siempre muy buena.

Su último disco se lo dedicó a su hija Rosa. ¿Qué ha supuesto este trabajo tan personal e íntimo dentro de su carrera?

La inspiración máxima de este disco ha sido Silvia Pérez Cruz. Fui a un concierto increíble de ella en Lisboa, lloré un montón y fue súper emocionante. Y luego me pregunté por qué sentí todas estas cosas, qué había en su música para que tuviera ese efecto, porque yo quería eso para la mía. Entendí que se trataba de la simplicidad de las cosas, que estaban muy desnudas y eran por ello muy vulnerables. Y eso me gusta, cuando se transmite la fragilidad de la voz y la letra, porque te permite ver todo lo humano que hay detrás. Pensé que quería un disco así y le pregunté a Refree si quería hacerlo conmigo, porque él es muy bueno en eso. Tiene mucho respeto por la voz y la melodía, y sobre todo por el espacio. Y eso hicimos, quitar, quitar y ver qué quedaba. A esa época minimalista la llamo, con todos los respetos, mi fase Miró. Ahora estoy en otra fase, en la que quiero más arreglos pero creo que es también muy interesante porque nosotros, los músicos, tenemos siempre que estar buscando algo nuevo. Y esa búsqueda tiene que ser natural, no puede ser forzada.

¿Cómo le ha afectado en este último año y medio el coronavirus como artista y como persona?

Ha sido un desafío muy grande. Cuando empezó todo yo estaba en Australia y Japón, tocando, y embarazada de seis meses. Fue muy intenso. Volvimos muy rápido porque teníamos miedo de que cerraran las fronteras. Y después me quedé en casa con dos hijos y muy embarazada. No pude hacer nada creativo. Pero también ha sido interesante porque el tiempo libre que tenía me dediqué a otras cosas que tenía pendientes y para las que nunca tenía tiempo. Como un podcast en el que entrevisto a compositores portugueses y hablamos de su proceso creativo. Lo empecé en el confinamiento y ha sido increíble porque aprendo mucho de ellos. Ya voy por la tercera temporada. También escribí un libro para niños y un disco, que va a salir ahora en septiembre. Me sentía culpable por no estar haciendo nada y ahora que miro hacia atrás, creo que hice mucho para alguien que estaba encerrada en casa con tres niños. Soy una persona muy positiva y aún así tuve momentos de tristeza, así que me planteaba con frecuencia cómo de difícil debía de ser la situación para la gente que ya tuviera problemas o inestabilidad emocional. Yo, al final, creo que saqué lo bueno, muchas cosas bonitas, y sobre todo mi hija, claro, que nació en esa época.

Como sé que está muy unida a su hermano Salvador, ¿para cuándo cree que podría ser posible un disco grabado entre ambos?

Hicimos conciertos juntos, que han sido muy especiales, y aún nos queda uno pendiente que se canceló por covid. En ellos representábamos un viaje a través de nuestras vidas, canciones que escuchábamos juntos o cada uno en su habitación. Pero un disco, no sé. No queríamos hacer nada juntos entonces, después de Eurovisión, para no caer en el oportunismo. Buscábamos que la gente entendiera que cada uno tiene su camino musical. A veces venían a mis conciertos y me preguntaban: «¿Dónde está Salvador?». Y a él le pasaba lo mismo conmigo. El público creía que estábamos siempre juntos como si fuéramos siameses. Muy raro. Por eso no grabamos nada. Pero ahora que ya se ha entendido, sí que podríamos hacerlo, claro. Este año le propuse hacer un disco de Navidad, pero como acababa de sacar el suyo, era demasiado pronto. Me encantaría hacer un disco de Navidad porque en Portugal las canciones de Navidad son muy pop y no demasiado bonitas. Y me gustaría hacer algo tipo Nat King Cole con una big band. Es un desafío que quiero afrontar.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación