CRÓNICA

David Bisbal triunfa en La Cartuja en una cita que supone mucho más que un concierto para Sevilla

El artista almeriense encandiló a las miles de personas que acudieron al primer espectáculo musical de gran aforo desde el inicio de la pandemia

David Bisbal actuó este jueves en el estadio de la Cartuja Rocío Ruz

Fernando Rodríguez Murube

Debido a la mejora en la situación epidemiológica y al buen ritmo de vacunación, Sevilla, al igual que el resto del mundo, le va cogiendo poco a poco el pulso a los grandes eventos sociales. Las aficiones ya vibran en el Sánchez Pizjuán y el Benito Villamarín ; en apenas unos días, del coso del Baratillo retumbarán los ecos del hermoso pasodoble ‘Plaza de la Maestranza’, nuncio precoz y sevillanísimo de que la emoción y el arte se mantienen incólumes sobre el albero hispalense pese a las ‘cornás’ pandémicas, políticas y demás avatares; y ayer, Sevilla por fin vivió su primer macro concierto desde el inicio de la pandemi a . Sin duda, otro paso más hacia la anhelada normalidad.

Bien es cierto que este verano ha habido una considerable cifra de espectáculos musicales de distinta índole, género y espacio (al aire libre y salas cerradas), todos con una gran respuesta de público, aunque sin pasar las 1.500 personas en ningún caso debido a las restricciones, pero lo de anoche fue diferente.

Imagen del público congregado en el estadio de la Cartuja F.R.M.

Obviamente no me refiero a lo que respecta a la calidad del artista –cada uno tiene sus gustos y preferencias–, hablo de las sensaciones de libertad, complicidad (con otros miles de fans a los que les gusta lo mismo que a ti), euforia y alegría que insufla un concierto en un mastodóntico recinto como es el Estadio de La Cartuja , donde en tiempos pretéritos se llegaron a congregar 80.000 personas (AC/DC, Héroes del Silencio) y en el que ayer se dieron cita en torno a 7.000 seguidores para disfrutar de David Bisbal . Una cifra, la de anoche, que después de tanto distanciamiento, de tanto aislamiento, fue percibida por muchos de los presentes como más de 70.000.

Los que por ‘culpa’ de esta bendita profesión estamos acostumbrados a cubrir este tipo de eventos, ya en los aledaños del estadio reverdecimos rápidamente el ambiente de multitudinarias citas anteriores , no tan lejanas en el calendario (2019), pero sí a muchísima distancia en nuestra mente (la de todos), que ha ido deglutiendo, cada cual como ha podido, tal cantidad de dolencias del espíritu, tragedias y malas noticias en los últimos dos años, que un evento de este tipo ha amarilleado tanto en la memoria que parece que hubiesen tenido lugar en el Pleistoceno.

Así, el ‘deja vu’ fue con tinuo desde una hora antes del inicio del show: el trajín en los aparcamientos, los fans comprando camisetas del ídolo musical, otros entonando canciones claves el repertorio , colas (perfectamente organizadas) en los accesos. Y expectación, mucha expectación.

Ya dentro, afloraba la inquietud previa tan típica del fenómeno fan. Y una vez que se desmayaron los focos del estadio, se hizo la luz sobre el escenario y sonaron los primeros acordes de ‘Silencio’ , la canción con la que el almeriense arrancó, fue realmente emocionante observar a conciencia a todas las personas que tenía alrededor y gozar de la pasión insaciable de ver, oír y sentir que irradiaban. En definitiva, ganas de vivir en cantidades industriales.

Por supuesto, la organización del evento no escatimó en medidas anti Covid: geles, uso obligatorio de mascarillas, distanciamiento , etc. Y es que como muy bien comentó Santi Balmes (líder de Love of Lesbian) hace poco días en ABC de Sevilla, el sector ha entendido que cada concierto influye sobre los futuros.

En lo estrictamente musical, David Bisbal facturó un espectáculo a la altura de su brillante y ya dilatada carrera. El cantante, que hacía parada en Sevilla con su gira ‘En tus planes’ , hizo gala de una gran voz durante toda la noche , así como de una potente puesta en escena marca de la casa, aunque no tan ambiciosa como en su anterior visita a este mismo estadio hace justo cuatro años. Aquel día lucieron seis pantallas gigantes sobre el escenario, las cuales añadían gran espectacularidad visual, mientras que anoche hubo solo dos, una a cada lado. Entonces vino acompañado de seis músicos, ayer lo hizo con cuatro, un aspecto que se notó en algún que otro tema.

Se le notaba especialmente motivado por actuar en su ‘querida Andalucía’ . De hecho, no dejó de nombrar durante las más de dos horas de concierto a su Almería natal, a Sevilla y a la comunidad autónoma de ambas ciudades, en cuya bandera se pasó envuelto gran parte del concierto.

Madurez artística

Lejos queda aquel 2001 en el que Bisbal llamó con la fuerza de un ciclón a las puertas de la música a base de impetuosas patadas al aire y rizando el rizo de su melena rubia en aquella ya mítica primera edición de Operación Triunfo . Con el paso de los años el cantante de ‘Oye el boom’ se ha vuelto menos estridente y ha perfilado aún más su voz. en definitiva, anoche vimos a un David Bisbal en plena madurez artística.

Pero hay algo que no ha cambiado, su entusiasmo y energía a raudales a la hora de transmitir buenas vibraciones a un público completamente entregado y que disfrutó de lo lindo mientras coreaba la inmensa mayoría del repertorio. Tras flirtear con el funky y la electrónica en su anterior disco, con ‘En tus planes’ ha vuelto por sus fueros de antaño (realmente nunca los dejó) redoblando su apuesta por los ritmos latinos. Así, no faltaron ‘Perdón’, ‘Bésame’ o ‘En tus planes’ , éxitos recientes que fue intercalando con clásicos de su repertorio como ‘Antes que no’, ‘Quién me iba a decir’ .

Otro rasgo característico de este incombustible artista son sus baladas. Anoche no escatimó en este aspecto, destacando sobre el resto ‘Dígale’ , un tema de su primer disco que tocó la fibra y fue muy celebrado por el público. Buena dosis de música lenta que fue intercalando durante el concierto y que sirvió para reservar fuerzas antes de la apoteosis final con ‘Bulería’, ‘Ave María’ y otros éxitos explosivos del que fuese concursante de la primera edición de Operación Triunfo hace una década.

Una vez concluido el concierto, el público abandonó el estadio con la sensación de haber dejado atrás muchos miedos y de que la vida, al igual que la música en directo, se abre paso después de todo y antes que nada.

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