Dos abuelas andaluzas triunfan en el FIBABC

Las andaluzas María Vázquez y Antonia Oliva tienen algo en común: protagonizan dos de los cortos más vistos de la VI edición del Festival Iberoamericano de Cortometrajes de ABC (FIBABC), «Pura (hasta la sepoltura)», de Alejandro Lobo; y «Yaya Crochet», de Joaquín Vilallonga, dos falsos documentales que comparten una mirada divertida y sorprendente sobre la cotidianidad. El festival, que es un pasaporte para los Goya, celebra estos días su fase de competición, donde internautas de todo el mundo pueden votar hasta el 19 de abril.

Pero María Vázquez y Antonia Oliva comparten también haber superado los setenta y cinco años, haber debutado en el audiovisual a la tercera edad y no ser actrices profesionales, hecho, este último, por la que fueron seleccionadas por sus directores, ya que buscaban la frescura que pudieran aportar al falso documental.

María Vázquez, natural de la localidad gaditana de Prado del Rey, fue elegida para «Pura (hasta la sepoltura)», historia de una anciana que se ha dedicado toda la vida a limpiar sangre de muertos, tras pasar un «casting». La experiencia previa de María es «un taller de teatro en el pueblo donde llevo cinco años y solemos hacer comedias». Con el personaje de Pura comparte el hecho de ser dos mujeres «muy luchadoras. He trabajado toda mi vida desde que tenía trece años y no he parado», señala. El rodaje, concentrado en pocos días, le sorprendió: «Hay que repetir un poquito las tomas y hay mucha gente. Pero me sentí cómoda, me parecía que lo había visto toda la vida. No se me hizo nada pesado. Si hay que repetir, se repite y si hay que estar toda la noche, se está una». Tras su paso por el FIBABC, es un rostro aún más conocido en su pueblo: «Me paran y me dicen “¡Ay María! ¡Ay María!” Y yo les digo: “¡Dejarme, dejarme!”». «Pura» se encuentra actualmente entre los cortos breves más votados del festival junto a «Vietnam 4D Experience» y «El Club de los 27».

La sevillana Antonia Oliva llegó al mundo del corto a través de su nieta, Amanda R. Melguizo, que trabaja en la productora Sur5d, donde también lo hace el director de «Yaya Crochet», la historia de una viuda que quiere alegrarle la vida a su barrio mediante esta labor de ganchillo. Su experiencia previa fue en algún corto y la serie web «Malviviendo», además de hacer de extra en la serie «Padre Coraje».

«Yo sabía que mi nieta llevaba la empresa y muy bien, pero un día se le ocurrió: "¿Abuela tú vendrías?" Y yo diciéndomelo ella, voy a donde sea». De la experiencia en «Yaya Crochet» ha quedado «encantada, porque me gusta y soy una persona que me adapto estupendamente. Primero, porque eran personas conocidas, y aunque hubieran sido extraños. Me dicen que vaya a hacerlo sin cobrar nada y lo hubiera hecho, una experiencia nueva». Ante el rodaje, confiesa, que «vergüenza» no le daba, aunque temía que se le fuera a «olvidar» el guión. Esto no fue un problema, «porque dejaron pasar cosas que a mí se me ocurrían. El papel era cortito, pero para mi edad y el tiempo que hace que yo no estudio...».

Sobre la posibilidad de seguir haciendo cortos, ambas responden afirmativamente, aunque con matices. María dice que «sí, pero lo veo trabajoso, no trabajoso, sino con mucha inquietud, aunque me sentí muy cómoda rodando». Antonia: «Con otro director que no conozca, no sé, porque yo no tengo facilidades, eso ha sido pura casualidad. Pero estoy contenta con el resultado y me lo he pasado muy bien».