Tulsa: «Mi nominación al Grammy me pareció marciana»

Miren Iza presenta «Centauros» en una gira para la que «ha tirado la casa por la ventana» con una banda de seis músicos

La compositora vasca
Israel Viana

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Cuando Carlos Galán, fundador de Subterfuge, llamó a Miren Iza allá por 2007 para comunicarle que había sido nominada en la categoría de nuevos artistas a los Grammy Latino se quedó «completamente sorprendida». «¡Imagínate! Me alegré, pero me pareció todo muy marciano. Lo primero que pensé fue que me iba a Las Vegas con toda la banda, convencida de que lo pagaban todo… pero no. Me fui desinflando y al final no me apeteció ir. Y tampoco nos dieron el premio », recuerda la compositora vasca detrás de Tulsa.

Desde aquel debut, «Solo me has rozado», Iza ha publicado tres discos y la banda sonora de «Los exiliados románticos», de Jonás Trueba. Ha colaborado , además, con artistas como Enrique Bunbury , Xoel lópez, Christina Rosenvinge o McEnroe , recibiendo siempre buenas críticas. «Los que me quieren creen que podían haber tenido una carrera mucho más fulgurante. Pero, ¿quién sabe?», comenta la cantautora sobre su tendencia a esconderse de la exposición pública. «Es mi forma de ser y no creo que merezca la pena luchar contra ello. Además, nunca he fantaseado con el éxito , ni siquiera con la nominación al Grammy. No sé, puede que sí que haya jugado en mi contra a la hora de alcanzar a más público y conseguir que el proyecto sea más sostenible», reconoce.

En su último trabajo, «Centauros» (I*M Records, 2017), Iza vuelve a apostar por la música popular y accesible , si no pensamos en ella en términos estrictamente comerciales. «Siempre he intentado utilizar el lenguaje accesible del pop para cantar letras más profundas. Hay mucha música pop banal. Eso es lo peor, la razón por la que está un poco denostada. Este tipo de música puede ser frívola, pero no tiene que ser banal , ni en las letras ni en la música», defiende.

¿Esa tendencia a esconderse es por inseguridad o por timidez?

No lo sé, todavía estoy intentando averiguarlo (risas). Creo que la exposición mediática siempre tiene coste y yo no siempre he estado dispuesta a asumirlo o no sé hacerlo. Es muy cómodo estar en tu refugio , así que intuyo que debe haber algo de eso.

Ya decía algo parecido en otra entrevista para ABC en 2010: «La exposición mediática es lo que más me ha costado. Prefiero ir a lo mío. A las cosas que van apareciendo no les presto atención, porque sé que me pueden influir negativamente. De momento mi defensa es esa». ¿No cambiado nada?

¡Anda, fíjate! Bueno, ahora lo acepto más . La exposición me da cada vez menos miedo y he aprendido a colocar todo eso en su sitio, donde no me haga daño.

Multinacionales versus sellos pequeños

¿Le ha surgido la posibilidad alguna vez de fichar por una multinacional?

No ha habido ninguna oferta real. He estado toda mi vida en otro universo. Con «Centauros» tanteé la posibilidad. Pregunté por Warner y sitios así, donde muchos amigos como León Benavente o Maga han sacado discos y estaban contentos. Pero claro, si el interés no venía a por parte de ellos, no me iban a ofrecer nada que me interesara y que no chochara con los parámetros de independencia en los que me he movido siempre. Así que nada.

Algunos artistas comentan que en España ya no hay tanta diferencia entre las multinacionales y lo que llaman música independiente.

Yo creo que ya no se puede hacer esa división entre sellos grandes y pequeños, es un poco artificial. Uno muy pequeño puede tener mucho afán en intervenir en lo que haces y uno grande, lo contrario. Lo sellos pequeños con los que yo trabajado no tienen músculo ni una gran infraestructura, por lo que el recorrido es más limitado. Sin embargo, artísticamente no se meten en nada . Lo que no puedes pretender es firmar un contrato con Sony , que te dé un adelanto muy grande para sacar el disco y, cuando intenten marcarte las pautas, querer ser independiente. Ellos la inversión la quieren recuperar.

Pues usted ha apostado fuerte con este último disco. Llegó a decir que tenía pensado salir de gira con una banda de seis músicos. ¿Va a ser posible?

Sí, he tirado la casa por la ventana . El problema principal es el dinero, porque pagan muy poco, menos de lo que merecemos. Aún así, ya hice el ejercicio de controlarme con el anterior disco, «La calma chicha» (2015), y sufrí mucho. Lo más importante de tocar es hacerlo como si fuera el último concierto de tu vida .

¿Quiere decir que los cachés que se manejan ahora son muy bajos?

No sólo es el caché, tampoco se contrata a los músicos ni tienen unas condiciones de trabajo justas. Eso hace que muchos estén obligados a vivir en una especie de limbo social sin ningún tipo de garantía , lo que conlleva que no haya una clase media en la música que pueda tener una carrera digna. Por eso montamos hace poco la Unión Sindical de Músicos, Intérpretes y Compositoras . Nos está contando que muchos músicos se unan a ella y sean conscientes de que las cosas puedan cambiar.

¿Cuáles son las luchas que tienen entre manos?

En primer lugar, cambiar las condiciones en las que se organizan los conciertos, donde los músicos son muchas veces falsos autónomos . Los promotores, por ley, están obligados a contratarlos y rara vez lo hacen. ¡Es increíble! Y por otro lado, todo el tema de la Ley de la Propiedad Intelectual y la gestión con la SGAE , para luchar, por ejemplo, contra los contratos editoriales que se firman a perpetuidad y hacen que los editores se lleven para siempre un 50% de la obra de los autores. Dos reivindicaciones que pensamos que pueden mejorar la vida de los músicos.

¿Usted sigue compaginando la psiquiatría con la música?

Sí. No se puede decir que la música me sostenga económicamente. Aquí entra el dilema en el que vivo, de no saber si soy una cosa o la otra, lo que me vuelve un poco majara. Al final soy las dos cosas . Unas veces dedico más tiempo a una y, a veces, a la otra. Un poco raro que convivan, pero lo hacen.

Si las condiciones fueran tan justas como ha comentado hablado, ¿cree que podría vivir completamente de su música?

Yo creo que sí. Desde que hago música siempre he tenido la sensación de que muchos músicos estamos sometidos a todo tipo de abusos , bajo el pretexto de que hacemos esto por vocación . Ante este problema, los músicos nunca han conseguido organizarse, es un poco «sálvese quién pueda», mientras que los actores tienen su sindicato hace 30 años.

¿Alguna vez ha pensado en dejar la música?

Sí, claro . Es inherente, sobre todo si tienes una tendencia a la autocrítica, como yo. La sombra más tenebrosa que planea sobre la composición es la te lleva a pensar: «Antes sí podía y ya no… esto se ha acabado». Pero ahora estoy en esa tregua tan maravillosa que es haber publicado el álbum.

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