Black Mountain: «Han pasado seis años, pero volvemos muy fuertes»

Formada hace doce años en la localidad canadiense de Vancouver, Black Mountain pegaron fuerte en la escena rockera del siglo XXI con una poderosa y original mezcla de stoner, psicodelia, pop experimental y raíces sureñas plasmada en tres discos sensacionales. Y entonces, llegó el largo, largo parón. «Hemos estado ocupados con nuestros proyectos paralelos», explica el baterista Joshua Wells, y con razón: bandas como Lightning Dust, Blood Meridian, Obliterations, Sinoia Caves, Pink Mountaintops y un interminable etcétera han contado con algún miembro de la Montaña Negra en los últimos años. «Creo que esa diversificación le viene muy bien a nuestro grupo –continúa Wells–, no solo porque podemos expresarnos a nuestro aire en otros proyectos para desahogarnos, sino porque volvemos cargados de nuevas ideas que, de una u otra manera, acaban integrándose en la música de Black Mountain».

Seis años es el tiempo que ha pasado desde el magnífico tratado de rock vintage «The Wilderness Heart», tras el cual llegó el mencionado hiato, solo interrumpido por colaboraciones con películas, videojuegos y anuncios de televisión, «pequeños proyectos que ayudan mucho a mantener la salud financiera de un grupo en la era de la piratería», asegura Wells. Y ahora, con la banda reunida de nuevo, vuelven al candelero con «IV», un cuarto trabajo en el que han dado un fuerte manotazo al timón. «Sin duda los teclados son mucho más importantes en este disco, y hemos vuelto a utilizar la caja de ritmos en algunas partes, en lugar de baterías reales», explica Wells, que señala otro elemento de cambio en la producción: «Hasta ahora habíamos producido todos nuestros discos, pero esta vez hemos contado con un productor».

Han vuelto actualizados, y a juzgar por cañonazos tan adictivos como «Mothers of the Sun» o «Florian Saucer Attack», han vuelto con ganas. «Así lo sentimos nosotros. Desde que tuvimos los temas completados, supimos que el material estaba entre lo más potente que hayamos hecho nunca. Y de hecho esas dos canciones son las primeras del disco para noquear, para dejar claro que han pasado seis años, pero volvemos muy fuertes».