Félix Machuca
Félix Machuca - J. M. SERRANO
ENTREVISTA

Félix Machuca: «Las fiestas de Isis me recuerdan a muchas procesiones de Sevilla»

El escritor y periodista presenta este lunes en el Ateneno su novela «El sueño del búho»

SEVILLA Actualizado: Guardar
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Explicar a los lectores de ABC en pocas líneas la trayectoria profesional de Félix Machuca sería tan injusto, por la cantidad de perfiles que se quedarían en el tintero, como innecesario, ya que este periodista da sobradas muestras de su talento en las páginas de este periódico, tanto en sus artículos de opinión como en sus entrevistas. A pesar de ello, es necesario recordar que Machuca ha sido guionista de televisión para Carlos Herrera y Jesús Quintero, por solo citar dos ejemplos, y es autor de siete libros, el más reciente «El sueño del búho» (Algaida), una novela histórica tan bien documentada como trepidante en la ficción y que se ofrece un fresco de la Híspalis romana en tiempos de Trajano.

La novela la presenta este lunes, a las 19.30 horas, en el Ateneo, con la complicidad de Jesús Quintero, quien ha preparado para la ocasión un montaje audiovisual con una entrevista al Beni de Cádiz para ir introduciendo los capítulos de la obra.

– Sevilla aparece, como lo hizo en «Padre nuestro que no estás en Sevilla», como un personaje más.

– Sevilla creo que es un personaje como pueda ser Nueva York o en un momento de su historia Chicago. Tiene la misma intensidad y la misma fuerza, pese a que los sevillanos la desconozcan o se empeñen en no conocerla. Sevilla es una figura literaria tan fuerte que supera incluso la capacidad de creación de la literatura. Siempre tiene algún perfil, algún matiz, que te va a ayudar a hacer literatura.

– En su novela hay un interés en reconstruir esa Sevilla romana y para ello se apoya en las últimas investigaciones arqueológicas

– Un mapa de la Híspalis posible. Se ofrecen las posibles ubicaciones de dónde estuvo el anfiteatro, el templo de Isis, las termas públicas… todo eso ha sido siempre muy controvertido entre la opinión de los arqueólogos, porque Sevilla se ha hecho una sobre otra. La mejor manera de entenderla es esa caja mágica que es la Giralda, donde ves la base romana, después la Sevilla islámica y finalmente la cristiana. Ahí está condensada todo lo que es la pirámide de la evolución en la ciudad.

– Ese rigor se aprecia también en el desarrollo de la novela. Por ejemplo, en la conquista de la Dacia no cae en lo políticamente correcto y muestra la ferocidad de las legiones romanas.

– Nunca fue mi intención ser políticamente correcto. Mi intención con la novela fue dar a entender que en un mundo de ochenta millones de romanos, no llegaba ni al 1% los que vivían según el modelo Hollywood, o sea, el patricio comiendo uvas y siendo servido por una esclava etíope bellísima. Los demás sobrevivían en un mundo en el que el «carpe diem» tenía sentido, porque una mala cosecha, una adversidad o un pagaré que no podías pagar te hundía en la miseria. A mí no me hubiera gustado vivir en el imperio romano.

– Creo que esta es la primera de una serie de novelas sobre la Bética.

– Si los señores lectores se empeñan, sería así. Intentaría reflejar en esta trilogía el auge de Híspalis en esta época, el comienzo del declive con Adriano a finales del siglo IIy luego la decadencia del siglo III con Marco Aurelio, que está ahí llamando a la puerta con una gran crisis económica y con las presiones cada vez más fuertes de los pueblos bárbaros, que no querían conquistar Roma, sino que querían vivir como los romanos, algo que te recuerda muchísimo al fenómeno migratorio actual.

– ¿Qué pervivencia hay en nuestros días de la Sevilla romana?

– Hay dos muy claras. En la Sevilla romana y todo lo que es el arco mediterráneo, desde Grecia hasta Portugal. De un lado, la figura del patrón o del patronazgo; y, de otro, la figura de la red clientelar. Todo patricio, todo senador o mercader que se preciara y fuera rico, tenía un patrón al que obedecer y una red clientelar que siempre estaba detrás suministrándole todo tipo de apoyos. Patronazgo y clientelismo cuya consecuencia es la corrupción.

– ¿El sevillano es consciente de esta herencia romana o cree que sus costumbres vienen más de los árabes?

– No lo sé. Conozco más la Sevilla romana que la Sevilla andalusí, aunque esta última es realmente fascinante. Pero a mí me produce una mayor fascinación la Bética romana, que pertenece al mundo occidental y de alguna manera esos fundamentos siguen ahí. Si Europa tiene que construirse sobre algo debe hacerlo evidentemente sobre buena parte del legado romano.

– Los romanos ya hacían procesiones.

– Si alguien se pregunta por qué está reflejado en el libro parte del calendario festivo de Roma es porque intento explicar al lector qué eran las saturnales, el día de año nuevo o del sol invicto y la pompa circensis. Y, sobre todo, está el mes de marzo, cuando se abría el periodo de la navegación con las fiestas de Isis, que me han recordado a muchas procesiones actuales de Sevilla, tal como señalan los textos clásicos.

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