S. J. Watson: «Fue surrealista ver a Nicole Kidman diciendo cosas que yo había escrito»

S. J. Watson tiene en su haber el mérito de haber vendido cinco millones de copias de su primer libro, «No confíes en nadie». Además de recibir los Premios Crime Writer's Association y el Galaxy National Book, por la mejor novela de intriga del año (2011). El éxito fue tan encarrilado que llegó el cine. Rowan Joffé («El americano», «28 días después») dirigió la película, protagonizada por Nicole Kidman y Colin Firth. La confianza de S. J. Watson subió como la espuma y ahora publica su segunda novela: «Otra vida» (Grijalbo). A la espera de cómo será recibido por el público, nervioso, conversa con ABC en un club privado del Soho londinense de empinadas y sinuosas escaleras, como sus tramas.

-¿Por qué se decidió a escribir thriller?

-Siempre me atrajeron los libros en los que ves que te dan las tres de la madrugada y quieres seguir leyendo y llegas a las seis de la mañana y has devorado el libro entero.

-¿Deduzco que antes de lanzarse a la escritura, usted fue un voraz lector del género?

-Sí, aunque no leo exclusivamente thriller. No obstante, la historias que más me gustan son los que tienen un misterio o la psicología de un personaje de por medio.

-¿El thriller y la novela negra tienen los mismos ingredientes?

-No tengo muy claro si hay tal distinción. En el thriller, si se quiere captar la atención del lector, involucrarle, tiene que suceder algo siniestro, inesperado. No se puede escribir un thriller sobre una bolsa de patatas que cae en un charco. Es impensable. Aunque, ya sabe que a las editoriales les encanta poner etiquetas.

-¿Cuándo escribe piensa o se imagina la trama conforme a códigos cinematográficos?

-Como muchos otros autores, creo que cuando escribo pienso de un modo muy cinematográfico porque si vas a montar algo creíble tienes que visualizarlo antes en tu cabeza. No obstante, no escribo con vistas a que la novela se convierta en película. De hecho, no tenía ni idea de que eso fuera a suceder con mi primer libro, «No confíes en nadie».

-¿Y no ha pensado en escribir directamente una película, un guión?

-Lo he pensado, pero es una disciplina completamente distinta.

-¿Se sorprendió con el éxito?

-Con «No confíes en nadie», tenía la sensación de que estaba escribiendo mejor que nunca y que la gente a la que enseñaba la obra disfrutaba con ella y eso me alentaba a seguir. Pero nunca me pude imaginar que se fuera a traducir a cuarenta idiomas y que se vendieran cinco millones de copias.

-¿Valora más la opinión de los lectores que de la crítica?

-La de los lectores. Yo no leo lo que dicen las críticas, por el mismo motivo que no cojo una cuchara y no me la meto en un ojo.

-¿Cuál ha sido la reacción más sorprendente o agradecida que ha recibido de un lector?

-Los comentarios de aquellas personas que han dicho que nunca habían leído un libro antes del mío y desde este momento tienen ganas de leer más.

-¿Y qué les recomendaría que leyeran después de esta iniciación?

-Cualquier cosa, ¿quién soy yo para decir algo bueno o algo malo sobre los gustos de la gente?

-Supongo que muchos de sus lectores estarán al acecho para pillarle en un error, suele pasar con este tipo de novelas, ¿cómo los esquiva?, ¿cómo los «engaña»?

-Es cierto que intentan adivinar lo que va a suceder, pero yo tengo que hacer lo posible para que el giro sea inesperado, pero creíble. No se trata de que de la nada aparezca un alienígena. Ahora estoy leyendo un libro de Agatha Christie que tiene ese punto de sorpresa y veo cómo va dejando las pistas para que le lector las encuentre.

-¿Agatha Christie es su maestra?

-Cada libro que leo me influye. Si leo un libro bueno quiero emularlo y si leo uno malo quiero arreglarlo de alguna manera. Pero, sí Agatha Christie y Margaret Atwood me gustan mucho.

- ¿Cree que este nuevo título, «Otra vida», acabará en la gran pantalla?

-Aunque la primera experiencia fue fantástica, dudo que se vuelva a repetir en la misma medida. En aquella ocasión fue surrealista ver a Nicole Kidman diciendo cosas que yo había escrito. No obstante, ya han comprado los derechos.