CINE

Reír, soñar, amar y fugarnos en diez películas para ver durante el aislamiento por coronavirus

Si hay una disciplina en la que la pantalla es y ha sido siempre fundamental, incluso antes del COVID-19, esa es la cinematográfica. En ella volvemos a refugiarnos para descubrir que el cine, sobre confinamientos y escapes, sabe mucho

Fotograma de «La ventana indiscreta»

Víctor Arribas

A las dos semanas de confinamiento domiciliario, a muchos ciudadanos puede asaltarles el síndrome de ensoñación excesiva. Consiste en dejar volar tanto la imaginación que uno se pasa la mayor parte el día viviendo en mundos inventados sólo por su mente, o por los universos que ha visto en su pantalla privada. Eso experimentamos los cinéfilos estos días, buscando refugio en la colección de películas atesorada durante décadas. Recurrir a la comedia es una obligación. En la Gran Depresión de los años 30, los estadounidenses buscaron cobijo en los cines para escapar de la realidad y nació la comedia screwball .

1. «La comedia de la vida» (1934)

La parsimonia de un encierro obligatorio, donde todo es posible y el tiempo transcurre a velocidad desesperante, frente al vértigo de una trama alocada y al conflicto entre sexos tan propio de Howard Hawks . Las necesidades de evasión del siglo XX del título original, en realidad un tren entre Chicago y Nueva York, son adaptables al XXI, igual de necesitado de elevar la moral de la ciudadanía. Pura improvisación de un elenco de actores y actrices enajenados por el ritmo de la historia. De hecho, el director la usó como banco de pruebas sobre el diálogo-ametralladora , frases pronunciadas y digeridas a la velocidad del rayo. Y teatro dentro del cine: el alucinante empresario teatral John Barrymore resumirá ese momento y se anticipará casi un siglo a este: «Las penas de la vida son las alegrías del arte».

2. «La Señora Miniver» (1942)

Un homenaje a la resistencia heroica de los londinenses bajo las bombas de los aviones nazis nos recuerda hasta qué límite puede llegar la pasta de la que está hecho el humano cuando se trata de apretar los dientes y tirar adelante. Cualquiera de las frases del párroco a su comunidad puede sernos útil en el actual momento de desafío: «Esta es la guerra del pueblo, de todo el pueblo» . La importancia del rol femenino en la resistencia de toda la sociedad es clave. Ellas lideraron y organizaron cada uno de los resortes sociales con los que Inglaterra logró resistir y garantizar la continuidad de su sistema de libertades. Los búnkeres excavados en el jardín de las pequeñas residencias de los habitantes del pueblo sirven de refugio tanto como los apartamentos en los que ahora se recluyen las familias modernas, y el concurso de rosas de Greer Garson es el Internet de hace un siglo , que conecta a la gente en su pesadumbre diaria.

3. «Cantando bajo la lluvia» (1952)

Si hay una película que sirva para levantar la moral y alentar la ilusión por vivir es el musical de Gene Kelly y Stanley Donen producido por Arthur Freed . Hay que buscarla cuando el ánimo desfallece. Es muy necesaria en tiempos de depresión colectiva, como Qué bello es vivir lo es en la melancólica época navideña. Con el pretexto de los cambios del cine mudo al sonoro, la película planteaba la necesidad de luchar siempre para conseguir las metas , como le ocurre a la joven bailarina Kathy Shelden que, pese a su calidad, se ve relegada a doblar a la estrella del estudio. Los números musicales elevaban la función hasta cotas artísticas altísimas: el archiconocido Singin’ in the Rain que baila Kelly con su paraguas; el trío que celebra la llegada de un nuevo día de ilusión en Good Morning ; y el baile cómico en solitario de Cosmo Brown-Donald O’Connor Make ‘Em Laugh .

Fotograma de «Bailando bajo la lluvia»

4. «Scaramouche» (1952)

Siempre hay un motivo para ver la vida como algo maravilloso. A André-Louis Moreau le ocurre, como escribe Rafael Sabatini en la primera línea de su novela: «Nació con el don de la risa y con la intuición de que el mundo estaba loco». Siempre que algo se nos priva obligadamente, otro don nos será concedido, como ocurre al perder a Diana en el albero y encontrar a Afrodita en una zanja . Las aventuras clásicas siempre son un recurso para la huida de lo real y para ingresar en un mundo de fantasía dieciochesca. En la Francia pre revolucionaria situó Metro Goldwyn Mayer su folletín romántico de capa y espada, que culminaba con el mejor duelo a espada de la Historia de las películas.

5. «La ventana indiscreta» (1954)

En Desde que te fuiste (1944) se definía acertadamente el domicilio de los estadounidenses en tiempos de guerra: «Esta es la historia de una fortaleza inconquistable: el hogar americano». Podemos considerar que eso es aplicable a los hogares de los españoles por el virus invasor amenazante, el epicentro de la privacidad y el dominio de la familia. Aunque el hogar también es la atalaya desde la que otear el exterior y comprobar la marcha de la realidad desde la ventana. La vena voyeur que todos llevamos dentro se desarrolla a sus anchas en un confinamiento como el que sufre el fotógrafo James Stewart , o como el que sufrimos todos con el virus. Pero Hitchcock sobre todo y el original literario de Cornell Woolrich nos advierten del riesgo de entrometernos demasiado en las apariencias de los demás, capturadas con teleobjetivo a través de los cristales. Un microcosmos expuesto a la mirada furtiva.

6. «El ángel exterminador» (1962)

Ensamblada en su habitual crítica a la burguesía, Luis Buñuel propone una ficción que encierra a un grupo de personas en una estancia limitada de la que ninguno puede salir por alguna extraña fuerza exterior que se lo impide. Dentro de ese espacio reducido comienzan a aflorar todas las miserias , en una obra profundamente pesimista sobre la naturaleza humana. La película es un compendio de las obsesiones buñuelianas, incluida lo difícil que resulta a veces a los hombres cumplir los pequeños deseos que le son inherentes como especie , como deambular libremente al aire libre, el gran perjuicio del momento actual.

Fotograma de «El ángel exterminador»

7. «Viaje alucinante» (1966)

La invasión de elementos nocivos en el organismo humano deriva, cuando hay contagio masivo, en pandemias como la actual. Richard Fleischer demuestra en este clásico de la ciencia ficción cinematográfica que la invasión puede tener también fines curativos y de investigación científica. Extrañamente no ha sido esta una de las obsesiones de la literatura de anticipación, pese a lo atractivo de la propuesta : un grupo de médicos y militares son reducidos a tamaño microscópico dentro de un submarino para ser inyectado en el caudal sanguíneo del enfermo y bombardear con láser un hematoma cerebral desde dentro del cráneo. Como es previsible, el viaje a través de las arterias se complica y obligará a pasar por zonas de riesgo.

8. «Un pez llamado Wanda» (1988)

La parodia como fuente de evasión mental. La digresión de lo real hasta que queda convertido en cenizas , consecuencia de un guion que enreda las situaciones hasta la extenuación y que no pide posiciones filosóficas para su visionado. En la mejor tradición de Blake Edwards ( Cita a ciegas podría haber ocupado esta misma recomendación) y de las comedias Ealing a la vez (ídem sobre El quinteto de la muerte ), este robo de joyas terminará por convencernos de que es mejor quedarse en casa que planificar mal un golpe. Los gags visuales alcanzan la creatividad máxima, los actores interpretan los papeles más adecuados para ellos de todas sus carreras.

9. «Solo en casa» (1990)

La metáfora de Kevin McAllister es la de todos nosotros. Aislado en su casa accidentalmente, el niño de ocho años descubre inopinadamente lo grande que es un hogar para venirse encima de uno mismo y lo pequeño que puede llegar a ser, hasta despertar venas claustrofóbicas, incluso en los más hogareños. Un mega hit linchado por la crítica de su época y de las posteriores . Obra de una de las mentes más prolíficas y creadoras de los años 80 en el cine ( Gremlins y Goonies ), Chris Columbus , en su propia sencillez y ausencia de pretensiones radica su mejor baza: tener a toda la familia, mayores y pequeños con todo el catálogo de edades, entretenida durante dos horas.

10. «La habitación» (2015)

El título elegido en España mueve al engaño. El niño confinado en un cuarto desde que nace junto a su madre secuestrada denomina a ese espacio vital, a ese universo reducido dentro de cuatro paredes tras las cuales no existe nada para él porque nada ha conocido, lo denomina «habitación», sin el artículo. A pocos personajes en las películas como a este niño de corta edad les ha resultado tan confortable un cautiverio forzoso en un espacio cerrado. Lenny Abrahamson construye una primera hora fascinante de cine muy recomendable para retiros prolongados.

Fotograma de «Solo en Casa»

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