ARTE

AlDowayan y los símbolos de resistencia

Sabrina Amrani abre una segunda sede en Madrid. Y lo hace con el trabajo -tan lejano, tan cercano- de Manal AlDowayan

«The Choice II», obra de Manal AlDowayan

Carlos Delgado Mayordomo

La galería de Sabrina Amrani es la única en España que ha puesto su foco en el arte contemporáneo de Oriente Medio, norte de África y sur de Asia . Desde su apertura en 2011, ha articulado un amplio programa expositivo tanto en su sede madrileña como en diversas ferias internacionales. Ahora, Amrani abre un segundo espacio en Carabanchel , un barrio ajeno al circuito de galerías, pero poblado de estudios de artistas e iniciativas culturales colaborativas y autogestionadas. El tiempo determinará lo acertado de la decisión, que no solo implica una apuesta por la descentralización del tejido galerístico: también la voluntad de difundir voces y discursos ajenos al canon occidental.

Seis veces más

La nueva sede, que sextuplica la superficie de la ubicada en calle Madera, se abre al público con los últimos trabajos de Manal AlDowayan (Dhahran, 1973). Una cita que versa acerca de la difícil situación de las mujeres saudíes y que se inscribe en el polémico binomio, señalado en ocasiones como un oxímoron, feminismo e islam. En sus obras, AlDowayan toma como punto de partida imágenes y textos de su país natal que evidencian la invisibilidad de la mujer en la esfera pública ; situación nada excepcional en Arabia Saudí, donde la desigualdad de género y la tutela masculina condicionan actos tan cotidianos como trabajar, viajar o casarse.

A partir de los documentos recopilados, la artista emprende un proceso de relectura que subraya los conflictos generados por la cultura patriarcal: dominio, asimetría, control moral y sexual. AlDowayan construye instalaciones con textiles, asociados a la tradicional labor femenina, e imprime sobre ellos mensajes de subordinación que anidan en el imaginario colectivo. Especialmente reveladora es la serie Tótems , cuyas formas solicitan ser movidas y ajustadas para transformar el discurso impreso y producir narrativas inéditas y liberadoras. En otros trabajos, la artista se adentra en cuestiones espirituales y también reclama el legado colectivo de generaciones de mujeres saudíes olvidadas por la memoria oficial.

La exposición interpela problemáticas concretas que, afortunadamente, «parecen» superadas en Occidente. Sin embargo, se trata de un trabajo muy pertinente para ser exhibido y debatido dentro de nuestro ámbito, y ello por razones que superan la mera dimensión estética: en primer lugar, AlDowayan plantea cuestiones tan complejas como la definición misma de feminismo en un mundo global y multicultural ; en segundo lugar, nos advierte de que el cuestionamiento ideológico que un sector del feminismo occidental proyecta hacia el oriental puede conllevar esquemas coloniales de supremacía. Finalmente, recuerda que las relaciones patriarcales adoptan unos rasgos particularmente conflictivos en el caso de las mujeres inmigrantes en países occidentales.

Desde su primera cita en 2003, AlDowayan ha investigado en profundidad la situación de las mujeres árabes en el contexto de la religión, la política y los medios . Además de la cita en el nuevo espacio, algunos de sus proyectos emblemáticos se pueden contemplar en la retrospectiva que la galería le dedica en la sede de calle Madera. Ambas muestras configuran una oportunidad excepcional para conocer el pasado y el presente de una de las voces más destacadas del nuevo arte saudí.

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