Lucian Freud, ante el espejo

Exposiciones, biografías y su catálogo razonado de pintura «resucitan» al genial artista, que en 2023 llegará al Thyssen

Tres autorretratos de Lucian Freud, en la Royal Academy de Londres EFE

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Ni uno, ni dos, ni tres... Medio centenar de autorretratos de Lucian Freud , algunos inéditos, cuelgan, hasta el 26 de enero de 2020, en una exposición en la Royal Academy de Londres . Después viajará al Museo de Bellas Artes de Boston. Es, con permiso de Rembrandt, uno de los pintores que más y mejor exploró su propia imagen. El primer autorretrato del artista británico está fechado en 1939; el último, 64 años después. Toda una vida observándose, día tras día, a través del espejo: no sólo apreciamos las huellas del paso del tiempo en su rostro y su cuerpo, sino también la evolución de su trabajo. Las cicatrices del cuerpo y el alma , bajo capas y capas empastadas de pintura.

Lucian Freud: «A Life» (Phaidon). Mark Holborn, en colaboración con David Dawson, director del Archivo Lucian Freud. David Hockney y Lucian Freud, en el estudio de éste en 2002 DAVID DAWSON

Un espejo que no es metafórico, sino real: había espejos por el suelo de su desvencijado y sórdido estudio, que le permitían (auto)retratarse obsesivamente –solía pintar catorce horas al día– desde todos los ángulos posibles. En toda su crudeza, sin concesión alguna. Al parecer, solía autorretrarse cuando atravesaba alguna etapa complicada. Tenía algo de catártico para él. Si su abuelo ( Sigmund Freud ) sentaba a sus pacientes en el diván para psicoanalizarlos, su nieto hacía lo propio autorretratándose y retratando a sus modelos como «animales».

David Dawson: Lucian Freud, 2005. Detalle Bridgeman Images © David Dawson/Private Collection

Murió en 2011, a los 88 años, pero Lucian Freud sigue más vivo que nunca . Dicen que el tiempo pone a cada uno en su lugar y la Historia del Arte le ha colocado donde merece: en el olimpo de los artistas figurativos. Tampoco el mercado se resiste a esa carne trémula que impregna cada centímetro cuadrado de sus lienzos y que tanto nos estremece. En 2015, un retrato de Sue Tilley, «Benefits Supervisor Resting», se vendió por 56,2 millones de dólares en la sala Christie’s de Nueva York, récord del artista.

David Dawson: Kate Moss y Lucian Freud, 2010. Detalle Bridgeman Images © David Dawson/Private Collection

Aparte de la muestra en Londres, el Museo Irlandés de Arte Moderno (IMMA) , en Dublín, confronta 46 obras de Freud con 48 del pintor irlandés Jack B. Yeats (1871-1957) en la exposición «Life Above Everything», comisariada por David Dawson , asistente del artista durante las últimas dos décadas de su vida y director del Archivo Lucian Freud. «Lucian admiraba mucho a Yeats –dice Dawson–. Le encantaba la fuerza y la energía de sus imágenes». Freud adquirió en los 80 un dibujo de Yeats, «The Dancing Stevedores», y lo colgó sobre su cama. La muestra forma parte del «Proyecto Freud» , que incluye programas educativos, de investigación y expositivos en torno a su figura. Freud mantuvo una estrecha relación con Irlanda. Vivió un tiempo en Dublín (compartía estudio con el pintor local Patrick Swift), sin mencionar su digamos turbulenta amistad con el pintor irlandés Francis Bacon , que acabó como el rosario de la aurora.

Harry Diamond: Francis Bacon y Lucian Freud, 1974 © National Portrait Gallery, Londres

En España tendremos aún que esperar un poco para ver su obra. Será en 2023 en el Museo Thyssen (retrató en dos ocasiones al barón). A Lucian Freud le apasionaba Velázquez . No era extraño verle por las salas del Prado admirando absorto sus lienzos. «Las Meninas» era su cuadro favorito. En 2010 viajó una mañana a Madrid solo para verlo en el museo. Esa misma tarde regresó a Londres para seguir pintando. Decían que posar para Freud era «como meter el dedo en un enchufe y estar conectado a la corriente eléctrica». Buena definición. Según el crítico de arte británico David Sylvester, Lucian Freud no tenía tanto el ojo de un pintor como de un patólogo, tal era el despiadado escrutinio que hacía de sí mismo y de sus modelos.

Harry Diamond: Lucian Freud con sus hijas Rose y Ali Boyt, 1973 © National Portrait Gallery, Londres

Además de las exposiciones, este otoño ven la luz importantes publicaciones sobre Freud: un catálogo razonado de sus pinturas, el primero de los dos volúmenes de «The Lives of Lucian Freud» , una biografía a cargo de su viejo amigo William Feaver (aborda de 1922 a 1968), a la que se suma otra publicada por Phaidon: «Lucian Freud: A Life» (175 euros). Esta editorial ya presentó hace justo un año una monumental monografía del artista, en dos volúmenes. Esta nueva publicación, editada en colaboración con el Archivo Lucian Freud, y que firman el escritor y editor Mark Holborn y David Dawson , está planteada como un retrato visual del artista. Nos cuenta su apasionante historia (salió con su familia de su Berlín natal huyendo del nazismo) a través de fotografías (desde su infancia hasta poco antes de su muerte) y obras, sus propias palabras y las de quienes mejor le conocían.

Lucian Freud: «A Life» (Phaidon). Mark Holborn, en colaboración con David Dawson, director del Archivo Lucian Freud. Lucian Freud, retratado por David Dawson, Londres, 2005 David Dawson

Se mezclan retratos firmados por célebres fotógrafos como Brassaï, Cecil Beaton, Lord Snowdon o Clifford Coffin, con los que le hicieron amigos como Bruce Bernard, John Deakin o Harry Diamond. Además, el libro incluye 18 cuadros de Freud, obra de Francis Bacon; «Thoughts on Painting» , un texto que publicó Freud a los 31 años; una entrevista con el orondo Leigh Bowery, uno de sus modelos más célebres, y un texto del desaparecido historiador del arte John Richardson y Rose Boyt, hija del pintor.

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