ABC para UNE

«El equilibrio social no puede ser cuestión de caridad, sino de necesidad social»

Entrevista con Ana María Martín Cuadrado y María Julia Rubio Roldán, las coordinadoras del libro «La intervención socioeducativa: diseño, desarrollo y formación», uno de los manuales del 3º curso del Grado en Educación Social de la UNED

Ana María Martín Cuadrado y María Julia Rubio Roldán

Publirreportaje

El educador y la educadora social ocupan un papel cada vez más importante en la sociedad. Con el paso del tiempo esta profesión se ha ido consolidando y profesionalizando. Ana María Martín Cuadrado y María Julia Rubio Roldán son las coordinadoras del libro «La intervención socioeducativa:diseño, desarrollo y formación», uno de los manuales del 3º curso del Grado en Educación Social de la UNED. Una publicación que permite conocer el origen de esta profesión, entender su importancia en la sociedad y valorar el trabajo de estos profesionales. En entrevista, ambas coordinadoras nos dan las claves para comprender mejor la función de la intervención socioeducativa.

- ¿Qué importancia tiene la intervención socioeducativa en España?

Mucha, especialmente porque la intervención socioeducativa se realiza en equipo, junto a otros profesionales que aportan su Know how para, por un lado prevenir situaciones imprevistas y desestabilizadoras entre los colectivos y en contextos determinados y, por otro, para dar respuesta a las necesidades detectadas y/o  en la variedad de áreas, ámbitos y contextos en los que se trabaja. 

La respuesta que ofrece el profesional de la educación social es siempre desde parámetros educativos, su intervención es educativa y educadora. Necesita de la labor coordinada de otros profesionales (trabajadores sociales, psicólogos, docentes, economistas, …) para que, dependiendo del contexto, puedan valorarse la multitud de variables que rodean al individuo y su ambiente, y de forma sistemática y organizada se pueda ofrecer una respuesta global a la vez que personalizada y/o colectiva. Se busca el aprendizaje y la reflexión del individuo a través del acompañamiento del educador o la educadora social. Se pretende formar personas autónomas e independientes a través del desarrollo y entrenamiento de sus capacidades personales.

- ¿Se le presta la merecida atención? 

Se considera necesaria la labor y actuaciones realizadas, indiscutiblemente. Y, día a día se consolida el profesional y las funciones inherentes a su profesión. Al mismo tiempo, el intrusismo es menor, puesto que hay una gran campaña de visibilización del profesional y su función educativa, claramente diversa a otras funciones más administrativas, clínicas o docentes… En la variedad de ámbitos señalados, se debe diferenciar las competencias de los profesionales que integran los equipos, señalando las competencias comunes y las específicas.

- ¿Cuándo empezó a tener un papel relevante la figura del educador y la educadora social? 

 Como tal, desde los años 90 se inicia todo un proceso de profesionalización importante, en el que la formación inicial desde las universidades ha sido uno de los hitos más importantes. Pero, en la literatura histórica encontramos a educadoras y educadores sociales de los que nos nutrimos para trabajar aquellos componentes que integran la identidad profesional de los futuros profesionales, porque a través de sus experiencias construimos las experiencias de nuestra sociedad. Es el caso de Pestalozzi (finales de 1700-principios de 1800) y sus tratados sobre la educación de los niños en situación de pobreza, la educación de los jóvenes y personas adultas en las zonas rurales; Diesterweg (1800) y la educación de los niños en las fábricas, la educación de las mujeres…; Kerschensteiner (1900) y la educación cívica; Krieck (1900)  y la educación profesional de los jóvenes; Spranger (1900) y la educación popular...

- ¿Cuáles son las bases para su formación?  

En la actualidad, la persona interesada en formarse como educador o educadora social puede realizar el Grado en Educación Social. En España, la mayoría de las universidades ofrecen esta opción a partir del 2007, momento en el que el Espacio Europeo de Educación Superior dio un giro a los planes de estudio universitarios. Desde ese momento, en cada universidad se diseñó un perfil académico en cuanto al título universitario de Graduado en Educación Social. De esta forma, en la UNED se han tenido en cuenta seis materias más otras relacionadas con las Prácticas y el TFG (en total, 240 ects).

- ¿Han cambiado mucho los pilares de la intervención socioeducativa? 

Desde el punto de vista axiológico, no. Existe un sentido filantrópico y de confianza humanista. En cuanto a su valor y sentido ético es muy destacable todo el trabajo que se ha realizado sobre el Código deontológico de educadoras y educadores sociales.

El sujeto esencial de la intervención socioeducativa es la persona o el grupo formado por personas, por lo que la actuación y su evaluación deberá estar fundamentada en bases de carácter antropológico, social, cultural, ético y científico. Para establecer una intervención socioeducativa y su evaluación, se arbitran elementos interrelacionados  cuya esencia consiste en ayudar al usuario a ser empoderado y así convertirse en agente activo de su cambio y mantenerlo lo más alejado posible de conductas reincidentes fortaleciendo estrategias integrales de intervención que han de tener en cuenta irremisiblemente los requisitos y los ámbitos en los que la intervención se efectúa. Que el eje está en el desarrollo del destinatario no ha cambiado mucho. 

- ¿Se va adaptando a los cambios de la sociedad? 

La intervención socioeducativa cambia con la sociedad porque es parte muy activa de ella. Es aquella que tiene los referentes y cuando alguna persona (o colectivo) sufre por la falta de evolución acorde, averigua qué sucede y propone (nunca impone) una hoja de ruta. Ni fuerza ni culpabiliza. Acepta la realidad e incluso la ama como es. Luego, si además hay que cambiarla… pues apoya en el cambio. 

¿Existen distintas metodologías de intervención socoeducativa?

Sí y no. Sí porque en realidad se podría decir que hay tantos modelos como personas, grupos y familias. Por otro lado no, porque la raíz de la intervención es la misma. Sí es cierto que a lo largo de su historia ha crecido en humildad y ha dejado de considerar que tiene la respuesta perfecta para reconocer que puede haber muchas respuestas posibles. 

- ¿Qué dificultades presenta la evaluación de la intervención socioeducativa?  

La evaluación de la intervención socioeducativa se hace desde el principio pero con una evolución paralela a la que ha sufrido el avance de otras disciplinas como la psicología, sociología, la política, la economía o la pedagogía. Cada una ha tomado su deriva propia y se asienta en parámetros diferentes que la caracterizan. Los mecanismos de evaluación de diversas disciplinas se adaptan a la intervención socioeducativa y a la vez la enriquecen. Se han incorporado con mucho más detalle todo lo que tiene que ver con la recogida de datos de tipo personal con un enfoque social dirigido a la incorporación de las personas de estudio, hacia la vida activa, a su aporte personal y a su desarrollo. 

- ¿Está bien valorada la profesión en el mercado laboral?  

 Es una profesión con grandes potencialidades a la que con frecuencia se llega desde otros itinerarios. Por ello sus profesionales ya van construyendo un hacer profesional compuesto por la interrelación de diversas competencias profesionales de distintos perfiles; es una profesión acostumbrada a trabajar de forma multidisciplinar y a valorar las diferencias y aportes de otros perfiles. Además su carácter vocacional hace que muchos profesionales comiencen a conocer en profundidad entornos de intervención antes de estar capacitados académicamente para atenderlos. 

 En el caso del mercado de trabajo de los educadores/as sociales se reclama cada vez más a profesionales con formación de calidad y más especializados debido a la amplitud de áreas, ámbitos y contextos en los que desempeñan su labor así como a las necesidades del mercado laboral. El desafío profesional de la universidad para la educación social procura ajustar la formación de los futuros profesionales y a su vez los colegios profesionales hacen un trabajo muy intenso por ello. El equilibrio social no puede ser cuestión de caridad, sino de necesidad social. Es decir, un requisito. ¿Es relevante? Esencial. Hay muchas personas que jamás hubieran podido salir adelante sin su intervención, sin su apoyo, sin su forma de dar luz. 

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