De izquierda a derecha, el sepulcro, estado de la momia al abrirlo, el cadáver y sus ropas, y finalmente el cuerpo al comenzar la autopsia
De izquierda a derecha, el sepulcro, estado de la momia al abrirlo, el cadáver y sus ropas, y finalmente el cuerpo al comenzar la autopsia - Gino Fornaciari/University of Pisa

Las heces de la momia ayudan a resolver su asesinato: Cangrande fue envenenado

Señor de Verona y protector de Dante Alighieri murió tras una fulminante dolencia en plena campaña militar para conquistar el Veneto

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Se ha escrito un crimen: el asesinato de un noble italiano, Alberto I Canfrancesco della Scala (1291-1329), resuelto 675 años después de su muerte gracias a las heces halladas en el interior de su cadáver. No ha sido a través de la deposición de los testigos ante la autoridad judicial, sino que la resolución del caso ha venido dada por las deposiciones momificadas de la víctima. Como en la mejor serie forense del momento, el cuerpo del noble más conocido como Cangrande della Scala fue exhumado porque se había momificado de manera natural y ese estado ha permitido analizar su materia fecal y tejidos de algunos de sus órganos.

El finado era un prócer italiano que además fue patrón del poeta Dante Alighieri, todo un guerrero ambicioso y batallador, que fue señor de Verona desde 1308 a su muerte repentina.

En su día se documentaron las sospechas de envenenamiento, pero jamás se pudo probar. Ahora, el análisis de sus heces ha determinado que murió envenenado con hojas de dedalera, la digitalis purpúrea, una planta que puede detener el corazón.

El autor de la Divina Comedia dedicó parte de su magna obra al hombre más poderoso de Verona, este Cangrande della Scala que vivió entre 1290 y 1329. Este condottiero murió tempranamente, a los 38 años, el 22 de julio de 1329. Según consta en los documentos de la época, se encontró mal y padeció vómitos y diarreas, muy pocos días después de haber conquistado la ciudad de Treviso. La ciudad había sido tomada dentro de una campaña de Cangrande para controlar el Veneto, en el norte de Italia. Gino Fornaciari, profesor de Historia en la Universidad de Pisa, citado por Discovery news, es quien ha dirigido la investigación y relata que en la época se pensó que había muerto días después de beber de una fuente no potable o contaminada.

Rumores de asesinato

Al mismo tiempo, la extraña y rápida muerte desató el rumor de envenenamiento inmediatamente. Fue en 2004, 675 años después de su muerte, cuando el equipo de la Universidad de Pisa, dirigido por Fornaciari, exhumó el cuerpo de Cangrande, enterrado en un suntuoso panteón de mármol, en la iglesia de Santa María Antica de Verona

Alli descubrieron, momificado de forma natural, el cuerpo con sus ricas vestimentas, en un asombroso estado de conservación. Primero se sometió a la momia a un estudio por rayos x y a después a varios escáner. Los resultados de esos análisis se publicaron en la revista «Science».

C.S.I.: Restos regurgitados

Gracias a la exploración, los científicos hallaron restos regurgitados de comida en la garganta, signos de artritis en los codos, y también evidencias de tuberculosis y cirrosis. Cuando el escáner alcanzó la zona abdominal, se detectaron heces en el recto, después de lo cual se decidió extraer una muestra.

Y allí es donde la investigación dio un vuelco, propio del C. S. I. El análisis de las heces mostró concentraciones muy altas de digitalis, el principio activo de la hoja de dedalera. De inmediato, decidieron hacer extensivos los análisis al tejido del hígado, que ratificó el veredicto del forense: sin duda Cangrande había muerto envenenado con las hojas de la dedalera. También se detectó manzanilla y moera, hierbas sin duda empleadas para combatir su repentino problema gástrico

Síntomas: Visión amarilla y halos

La muerte por envenenamiento de digitalis suele traer aparejados diversos síntomas. Para empezar xantopsia (visión amarilla) y halos (perfiles desdibujados de las cosas). Además tiene un efecto vagal en el sistema nervioso y, en dosis incontroladas (y es muy estrecho el margen) bradicardia que conduce a la parada total del corazón. Para que sea más efectiva, por tener más cantidad de principio activo, la hoja de dedalera se recolecta a primera hora de la tarde. Hoy en día es un fármaco empleado en el tratamiento de las arritmias, en dosis muy específicas.

«Aunque no podremos descartar una ingesta accidental, la hipótesis más plausible es el envenenamiento intencionado por administración de una dosis letal de digitalis», concluye la investigación dirigida por Fornaciari y sus colegas. Los vómitos y diarrea son compatibles con las primeras fases del envenenamiento por digitalis. Lo más probable es que la infusión de amarga hoja de la dedalera había sido enmascarada con manzanilla (sedativa y antivomitiva) y morera (astringente), de ahí los restos encontrados.

¿Quién fue el asesino?

Después de la muerte de Cangrande, uno de sus físicos, los médicos de la época, fue ahorcado por su sobrino Mastino II. Fornaciari comentó a Discovery que «ello hace más evidentes las sospechas de envenenamiento, aunque resulta imposible saber quién fue el asesino». Desde luego, Cangrande tenía enemigos, entre los que destacan los poderosos señores de los Estados vecinos, como la República de Venecia o el Ducado de Milán, a los que el dominio creciente del condottiero en el Véneto no debió gustar nada. Pero el autor material del envenenamiento debió ser alguien cercano. «Incluso el propio Mastino II», comenta Fornaciari.

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